Verdades parte II
Adán.
Camino entre el bosque mirando los alrededores sintiendo el peso de mis antiguos errores tomar protagonismo ahora mismo, donde mi familia está en peligro, y maldigo internamente el saber la maldición que portó y el peso que trae portar mi apellido, teniendo lo difícil que es saber que en cualquier momento por mi culpa pueden acabar con mi familia, que el haberme quedado con Atenea puede significar su muerte y la del hijo que trae; los reclamos vuelven a mi recordando las palabras de mi madre cuando era un crío.
<< Me encontraba sentado frente al espejo mientras mi madre me arreglaba para ir a la escuela.
—Adán, por favor no olvides jamás la maldición que tiene nuestro apellido, no olvides en el peligro en el que estamos y en el que podrían estar los hijos que podrías tener —me recuerda.>>
Mamá siempre fue clara, y desde mis quince años me pidió que no tuviera descendencia, sin embargo, mi deseo por formar una familia con Atenea me cego, y realmente no puedo hacer nada más que proteger a mi familia.
—Adán —me llama Gael.
— ¿Qué? —contesto.
—Debemos de decirle —me recuerda.
—No creo que esté preparada, Gael, está embarazada y acabo de pasar lo de Arine y Alicia —me resigno.
No quiero tener que decirle a la mujer que más amo que debo de dejarla, que debo de partir dejando a nuestros hijos solos.
—Esto lo hacemos por protegerla, después le diremos la verdad, pero no podemos ponerla en peligro, lo hacemos por nuestra familia —me recuerda.
Un ardor inunda mi pecho al escuchar la palabra familia y el nudo en mi garganta que se instala se hace insoportable al reconocer que es cierto y no puedo hacer nada más que dejar a mi familia para poder protegerla.
—Bien, entonces hablemos con ella —acepto.
—Después dejaremos varias cosas en claro, encontró la cabaña y me contó algo, pero luego se los diré, ahora debemos de hablar con ella sobre esto —suspira.
Los tres sabíamos que lastimosamente esto era inevitable, pero a pesar de eso es horrible el tener que dejarla y el saber cómo debemos de hacerlo, a ninguno le agrada la idea de dejar a Atenea embarazada y con problemas, es lo que más nos molesta, pero lo hago para proteger nuestra familia, y cuando la conocí le jure que la pondría siempre como prioridad y la protegería incluso de mí mismo.
— ¿Qué haremos con su hermana? Se ha vuelto una aguja en el culo —se queja.
—Hagamos algo con su familia después de que todo esto pase, At es inocente y de igual forma los quiere, no nos vamos a arriesgar a que pierda a los bebés —exclamo exasperado.
Detesto tener que dejar asunto sin resolver, pero si es por proteger a mi mujer lo hago, ya que no es algo que me cueste demasiado sabiendo que el sacrificio es por ella. Biel sale de la alcoba con seriedad, suspira y habla con tristeza.
—Creo que es hora de hablar con ella —propone.
Todos asentimos y entramos en la alcoba preparándonos para hablar con Atenea, quien se encuentra parada cerca de la cama en un rincón mirando por la ventana.
—Gatita —la llamo.
Mi voz tiembla al pronunciar su apodo, trayendo los recuerdo de cuando la conocí y por qué le puse así, lo cual solo hace que mi nostalgia se incremente al saber que no podré decirle ese apodo, que no la tendré, y el cúmulo se comienza a expandir por lo pecho haciendo que las lágrimas se avecinen por mis ojos.
— ¿Qué ocurre? —responde ella mirándonos confundida—, ¿Estas bien? ¿Qué pasó? —cuestiona alterada.
—Debo de irme, debo de dejarte, gatita, pero no te preocupes, vendré por ti y.... —trato de terminar sin embargo ella me interrumpe.
— ¿De qué hablas? ¿Es una broma? No me puedes dejar, Adán, prometiste que siempre estarías conmigo y que jamás me dejarías, no puedes hacerme esto —las lágrimas comienzan a caer por su mejilla y siento el peso de mis antiguos actos recaer en la mujer que amo.
—At, no puedo, por favor entiende mi situación —trato de acercarme a ella pero se va hacia el rincón como si este fuera su protección.
—No, no, no puedes, lo prometiste —lloriquea mientras se sienta en el piso abrazando sus rodillas negando constantes veces con la cabeza.
—Atenea —trata de interceder Biel.
—Déjala —le pido.
Nada podrá cambiar lo que siente Atenea y lo mejor es dejarla que se desahogue, que no se sienta hostigada. Los tres nos alejamos de la pelinegra mientras ella sigue llorando en una de las esquinas de la alcoba, deseando que todo esto sea una pesadilla que no le arrebaten a lo único que tiene, y es su familia.
—No me puedes dejar —me reclama entre el llanto—, no puedes hacerlo, me prometiste que estarías conmigo siempre —el labio le tiembla al recordar la promesa y esconde la cabeza en el hueco de sus piernas mientras su respiración se agita más y el llanto no cesa convirtiéndose en un martirio para mí; me duele verla así, me duele tener que dejarla, pero por su propio bien no puedo quedarme, y solo deseo que ella entienda eso, que todo lo que hago es por su bienestar, por que la amo como nunca he amado a alguien más en la vida. Me acerco a ella y me pongo a su altura.
—Gatita, lo hago por ustedes —me excuso mirando su vientre mientras acarició su mejilla—, todo siempre será por ustedes —le recuerdo.
—Por favor no, no quiero que me dejes —esconde su cara en mi pecho y la vuelvo a ver cómo la pequeña niña inocente que conocí y rogaba por mi ayuda, como aquella niña sensible que no sabía por qué carajos le estaba pasando todo eso, sin embargo lo soportaba, como esa niña que me pedía que la cuidara siempre y que nunca la dejara, pero ese mismo recuerdo me hace levantarme para irme ya que si la quiero cuidar como le prometí, debo de dejarla.
—Ya hablamos de esto, At, los dos sabemos que es lo mejor —tomo mi mochila de la cama y me devuelvo hacia ella—, todo lo haré por ustedes, te prometí protegerte y no puedo ser yo la razón por la que te hagan daño, recuerda siempre lo mucho que te amo, gatita, por favor no lo olvides —le doy un beso en la cabeza y me levanto tomando rumbo a la puerta.
Y sin más, pasa lo que quería evitar, dejar a mi esposa e hijos por culpa de mi apellido, irme por miedo a perderla mientras ella entre sollozos me grita que no la dejé, sin embargo es demasiado tarde para retractarme.
🤡⚠️
Sé que dije que el capítulo sería en unas horas xd, pero pasaron horas en mi defensa jaja, mentira, me daba tristeza hacer el capítulo por mi At y porque Adán no quería dejar a su familia, pero como mi madre no crío una perra débil, aquí les traigo el capítulo que comenzará con el drama, la tristeza y las verdades en esta historia, porque no todo es felicidad y sexo xd, a veces esto se complementa con el dolor y la destrucción, siendo así que lo que se aproxima lastimosamente no es bueno, sin embargo, como dijo nuestro querido amigo Kenneth Voreloskiemloix, la felicidad siempre está rodeada de dolor, ya sin más que decir, que tengan lindo día seres de Dios u3u ♥️.
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Damn Clowns
Ngẫu nhiênTodo comienza con los secretos y se va desenvolviendo con el deseo, el morbo y la obsesión; Atenea llevaba una vida tranquila sin nada fuera de lo normal, o eso era lo que ella creía. Arine y Alicia siempre estuvieron familiarizadas con el entorno c...