Capítulo 18

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Aquella noche de fines de abril hacía mucho frío. Niall nunca había pasado un año entero en Vermont, por lo que no sabía cuándo empezaba la primavera, pero estaba seguro de que tendría que haber comenzado ya. Le habría sido más agradable allanar la biblioteca en una noche cálida y no con ese aire glacial.

________ no había dicho nada al pasar junto a él; a lo mejor pensaba ignorarle durante lo que le quedara de vida a Sally. Niall se las había hecho pasar canutas, tal vez había forzado demasiado la máquina. Quería acabar con las fuerzas de ________ para que no pudiera defenderse; de lo contrario habría que estar preparados para lo peor.

Esta noche haría calor en Italia. Las estrellas brillarían sobre su recién reparado tejado, y su vida sería plácida y tranquila. En cuanto encontrara respuesta a sus preguntas

Antes de salir a la terraza enlosada que conducía a la biblioteca, había desconectado el sistema de seguridad. Abrir la puerta usando su tarjeta de crédito sería pan comido.

Si ________ gritaba, actuaría con rapidez, pero estaba echada en el sofá-cama, observándole.

Niall no se había equivocado; ________ había colocado una silla frente a la puerta de entrada, sin caer en la cuenta de que la de la terraza era igual de peligrosa.

—¿Te importa que encienda una luz? —preguntó Niall con toda la naturalidad del mundo mientras corría el pestillo de la puerta de fuera. Podía tomárselo con calma; ________ no escaparía tan fácilmente si una silla le bloqueaba el paso de la otra puerta.

—Sí. —Su voz sonaba autoritaria, intransigente.

—¿Prefieres hacerlo a oscuras?

—¿El qué? Gritaré con todas mis fuerzas.

—En esta casa, ya sea por la edad o porque les interesa, casi todos están sordos. E incluso a oscuras, sé moverme con rapidez. Puedo hacerte callar antes de que hayas empezado siquiera.

—¿Para qué has venido?

Niall se acercó a ella. Veía bastante bien en la oscuridad, y ________ parecía pálida, ofuscada y enfadada. Eso estaba bien. Le atemorizaba un poco encontrársela llorando.

A Niall no solía impresionarle una mujer llorando. Pero sabía que por alguna razón no sería capaz de mostrarse insensible a las lágrimas de ________. Sobretodo si era él quien las había causado.

Ya le había hecho suficiente daño años atrás. No se merecía llorar más.

—¿Te importa si me siento? —Niall pensó que siendo educado ________ no se sentiría ofendida.

—Sí.

Se sentó igualmente, al borde del colchón, cerca de su cuerpo cubierto por un mullido edredón. ________ se apartó, como si estuviera ante una serpiente de cascabel, y Niall estuvo a punto de agarrarla por el tobillo. Resistió el impulso. Ya tenía suficientes problemas; no que ría empeorar las cosas.

Durante minutos que se hicieron eternos, los dos permanecieron sentados en la oscuridad, en incómodo silencio. A Niall le hubiera gustado que ella lo rompiera, pero era más tozuda, si cabe, que él. Más tozuda que Sally, pensó Niall, molesto por ese asomo de admiración que sentía. Si quería conseguir acostarse con ella, tendría que ser él quien tomara la iniciativa.

—¿No quieres preguntarme nada? ¿No quieres gritarme?

—No vale la pena. No servirá de nada si grito. Y me temo que todas mis preguntas ya tienen respuesta.

Era mejor así, se dijo Niall. Era mejor que ella pensara que era un impostor, un farsante, un canalla. Eso se dijo, pero se estaba mintiendo a sí mismo.

El impostor (ADAPTADA) |Niall Horan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora