Las gradas.

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•2•

La voz del presentador del canal de noticias resonaba por toda la sala.Yo había bajado a desayunar, mi padre estaba viendo noticias y mi madre leyendo el periódico.

Aún sentía la tensión entre los dos, llevaban semanas seguidas discutiendo, el hecho era, que siempre lo hacían, lo que me preocupaba era que se hacían más intensas con el pasar del tiempo.

Mordí la tostada observando distraídamente el pájaro que se había ubicado en la ventana, mi mente evoco la conversación con el desconocido la noche anterior, su voz, su nombre...

No me alcanzarían los dedos de las manos y los pies para contar cuántos días tenía sin hablar con alguien que no fuera los animales, plantas, hasta conmigo misma.

Era una persona demasiado solitaria, y no, no era emo, rockera, rebelde, o alguna cosa así, que era como se identificaban los solitarios en la secundaria.

Era muy alegre, habladora, amable y carismática.Posiblemente oyente, que estás escuchando con atención, te preguntaras ¿Entonces porque siempre estabas sola?, la respuesta era muy simple, en la secundaria se vivía de apariencias, de estereotipos, y yo no encajaba en lo que se requería para ingresar a un grupo social.

Cuando mis padres comenzaron a discutir de nuevo , me levanté, tomé mi mochila, me despedí de mi planta como si me estuviera despidiendo de mis padres, los cuales no habían notado mi presencia y salí de casa directo a la secundaria.

Los pasillos estaban llenos, y ahí estaba yo, fingiendo rebuscar algo en mi casillero para que no me vieran sola.

—Oye manson —una voz masculina me llamó, me gire emocionada—Tirame el balón, cayó justo a tu lado.

Era Thomson, un jugador de fútbol de la escuela. Baje mi mirada y ahí estaba el balón junto a mi pie.

—Ten —se lo alcance, al menos alguien se sabía mi apellido.

—Gracias —se quedó con el balón en las manos, pareció querer decir algo pero solo se fue junto a sus amigos.

Pude sentir una mirada, demasiado intensa que me hizo girarme. Mis ojos recorrieron el pasillo, pero seguía siendo invisible.

Excepto para aquel chico que me observaba en el fondo del pasillo.

Entrecerré mis ojos, no recordaba ver ese chico en el instituto ni una sola vez. Sacudí la cabeza, debía de ser alguien nuevo. Cerré mi casillero en tanto maldecía internamente al tener que ir a clases de historia, no quería ir a ninguna clase para tener que sentarme sola como siempre.

Cuando volví a observar el pasillo, él chico seguía ahí, parado como una estatua, mirándome fijamente.

Empecé a caminar cuando la campana se escuchó, escapando del radar de sus ojos, era muy extraño.

¿Has tenido esa sensación de incomodidad cuando estás solo en un lugar, en el que todos son amigos?

Bueno, pues era lo que sentía en ese momento, en una banca sola, el asiento a mi lado, desolado, y el resto de las mesas, estaban llenas.

El maestro entró, dio su clase con normalidad, pero luego las palabras que salieron de su boca me generaron pánico.

—Harán grupos de cuatro y trabajarán en el proyecto este fin de semana —demandó, sentándose en su escritorio.

Podía sentir mi corazón latir demasiado rápido, me giré, solo un poco, para ver como los demás hacían los grupos, otra vez estaba sola.

Odiaba esa sensación.

CAÍN [Engaños #1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora