CAÍN [Engaños #1]✔

La feria.

•8•

Respiré profundo.

La clase ya había acabado. Quería ir a ver a Caín pero tenía que pasar por la dirección primero, tenía muchas faltas.

Camine por el tranquilo pasillo hacia allí, había un grupo de chicas que hablaban en susurros mirándome y luego se reían.

Las ignoré.

Estaba feliz por el regreso de Caín y nada ni nadie lo arruinaría.

Toque la puerta de la dirección, seguido escuche un "Pase" y entré.

—¿Me llamaba Señor Roberts? —pregunté sentándome al frente de su escritorio.

—Señorita Manson, me han notificado de un gran número de faltas. —cruzó sus brazos—¿Por qué?

—Bueno, tenía un problema familiar y... —jugué con mis manos debajo de la mesa— Mi abuelo murió, entonces estaba muy mal.

—Aja —él me miró con una ceja arqueada unos segundos.

—¿Puedo irme?

—No —se quitó los lentes cruzando sus manos por sobre la mesa —. Se que mientes, ademas, quería hablarte de otra cosa, tu relación con ese chico Walker, veo que ha traído algunos problemas ¿No?

—¿Usted cómo sabe eso? —arrugue las cejas, confusa.

—Estoy al pendiente de todos mis estudiantes, por lo que me pareció muy extraño que este chico entrara a estudiar en un periodo intermedio, cuando ya llevaba sin estudiar un año.

Mi mundo se frenó en ese momento.

—¿Qué? —estaba analizando lo que dijo.

—Investigue y Walker llevaba sin estudiar un año, no presentaba indicios de querer estudiar nuevamente, hasta que, de un momento a otro presenta una solicitud para entrar a este instituto, con notable apuro de ser aceptado. Al otro día que entra,  se le ven juntos, incluso eres la única persona con la que intercambia palabras, ya que no lo hace ni con los maestros ¿No se te hace raro eso?

Tragué grueso.

—¿Qué quiere decir? —no quería escucharlo.

—Tal vez, no es una coincidencia que él—

—No. No es lo que usted cree, ya debo irme.

Me levanté rápido. Sentía la respiración pesada y comenzaba marearme.

El pasillo se veía más largo de lo normal, necesitaba salir de ahí.

Tome una bocanada de aire cuando estuve afuera.

Pase el dedo por la taza de Café que me habían acabado de traer.

—Tantas alertas, señales y no las note hasta muy tarde, me negaba, me negaba a sopesar si quiera que todos tuvieran razón, porque no quería y no podía alejarme de Caín.

—¿Pero al final lo lograste, no? Estás aquí —miré la taza con una sonrisa triste escuchando las palabras del reportero.

—Si, pero para poder salir tuve que caerme una y mil veces, arrastrarme en contra, y soltar las cadenas que incluso yo, no quería soltar.

Mis pies se movían contra el asfalto del estacionamiento. Cerré la puerta de mi cerebro evitando que las dudas entraran, no, no arruinare nada ahora que volvió.

Recorrí con la mirada todo el estacionamiento, buscando a Caín, sin embargo solo encontré a Thomson que caminaba en mi dirección.

El pánico apareció de nuevo, no podía hablar con él, si Caín nos veía...