Demencia.

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•12•

Las gotas de sudor bajaban por el cuerpo de ambos, estaba agotada pero necesitaba seguir.

Su mano seguía haciendo su trabajo mientras yo utilizaba ambas.

No pude evitar el jadeo que salió de mi boca.

—¿Puedes dejar de hacer tanto ruido? —no dejaba de hacer su trabajo.

—Pues tal vez si fueras un poco más delicado podría —conteste cansada.

—Esto no es una guardería princesita, aprende el ritmo —Max volvió a golpear.

Estábamos practicando pelea cuerpo a cuerpo en la parte trasera de la cabaña, y el maldito era muy brusco.

—Bien, descanso de cinco minutos —decreto haciendo una mueca.

Suspire acercándome hacia la botella de agua, ya había pasado un mes aquí, estaba progresando con las clases de Max.

La cabeza me dolía, los ojos los sentían cansados, el entrenamiento me agotaba.

Caín se estaba acercando a nosotros en ese momento, estábamos bien, y aunque me
gustara la estadía aquí, aún tenía muchas cosas haciendo ruido.

—Puedes irte a descansar, los tres tendremos una reunión sobre la pandilla y no te puedo comprometer —avisó ayudándome a levantar.

—Está bien.

Él se retiró junto a Max y Rebekha, que salió de detrás de un árbol, el cuál estaba estratégicamente al frente de donde siempre entrenabamos. Fingí que entraba a la cabaña para que creyeran que iba a descansar.

Pero en cuanto se fueron alejando, los seguí.

Tal vez estaba mal seguirlos, pero no pude evitarlo, siempre me daban curiosidad sus reunsionsitas.

Se estaban adentrando a lo profundo del bosque, me moví sin hacer ruido, táctica
aprendida por Max.

Se adentraron a una pequeña cueva, así que me quedé afuera.

Pegue la oreja a la superficie rocosa, cuando oí sus voces discutiendo.

—Sabes que esto ya no tiene retorno —ese era Max.

—Lo tengo perfectamente claro —Caín tenía molestia en su voz.

—¿Alguna vez le dirás la verdad? —Rebekha parecía estar burlándose.

—No necesita saberla, ya está conmigo y eso es lo que importa.

—En algún momento sospechara y querrá escapar.

—Ella no escapara, no se lo permitiría, estamos unidos —mi corazón latía fuertemente al escuchar las palabras de Caín.

—Pero lo intentará.

—Pero yo lo impediré, ya está claro, es mía y yo soy de ella, es un pacto que no puede
romperse.

Sentí que se estaban acercando, lo que me hizo salir corriendo en dirección a la cabaña de nuevo.

Estaba abrumada, no creía lo que había escuchado, él no, él no haría nada como eso.

Cerré la puerta de mi alcoba, no podía controlar mi respiración.

Tenía que irme, yo solo, sentía que debía irme.

Tomé una mochila y empecé a guardar mis prendas y objetos necesarios, tomé la mochila de Caín para sacar dinero pero...

Mis ojos se abrieron en sorpresa con una foto, estaba yo dormida, la volteé observando la fecha, era de la noche en que nos conocimos, y un mechón de cabello estaba adherido a la fotografía con cinta.

CAÍN [Engaños #1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora