Engaño Parte 2

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•14•

(Coloquen la canción cuando Claire este en la bañera)

Mi mirada se mantuvo en sus pozos negros, en ese abismo que ofrecia. Era demasiado obvio que no podría escapar de Caín, y mucho menos con Rebekha y Max ayudandolo. De alguna manera, muy en el fondo, me sentí dolida de que Max le ayudará, por muy maniático que se comportara conmigo, creí que teníamos una amistad.

Pero claro, yo solo era una ilusa que no salía de su burbuja.

—¿Y bien? —pregunto tendiendome su mano.

—Estas loco si crees que iré contigo —contesté arrimándome más al árbol.

El chasqueo la lengua dejando que una sonrisa ladina invadiera su rostro.

—Loco estoy, bueno no —él tomo su barbilla con aire pensativo—Es más que eso, pero da igual, te estoy ofreciendo venir por las buenas porque después no podré intervenir si te niegas.

—¿Intervenir en que? —mi ceño se frunció.

—Te lo advertí —él suspiro dando un paso atrás.

Lo observe confundida, hasta que sentí el agarrón en mi cabello tirando de él hacia atrás.

—¿Parece que eres masoquista, eh? —Rebekha tiraba de mi cabello arrastrándome por el rocoso suelo del bosque.

—¡Suéltame! —grité intentando soltarme cuando mi cuero cabelludo ardía.

—Sueltala —esa voz fría se escuchó desde arriba.

Estaba sentado en la rama de un árbol.

Rebekha freno soltandome de mala gana.

—Aún me debes lo de la flecha —me miro mal.

Si las miradas mataran...

Me masajee la cabeza tosiendo por la tierra que se había colado en mi boca al ser arrastrada. Una sombra cubrió mi cuerpo y me atreví a levantar la mirada.

Él tomó mi barbilla con fuerza obervandome directamente a los ojos, el contacto fue tan intenso que me hizo bajar la mirada.

—Vete —pronunció soltándome.

—¿Que? —mis cejas se juntaron en una clara expresión de confusión.

—Que te vayas, ¿Acaso eres sorda? —él habló bruscamente recordandome al Caín que conocí esa noche en el parque.

—Pero...

—Vete antes de que sea demasiado tarde —Max tenía tensa la mandíbula.

Me levanté confundida, sacudí la tierra de mis rodillas y brazos, y los observe con duda.

Rebekha y Max estaban detrás de Caín, el último tenía los brazos cruzados y una expresión seria, mientras que los otros dos mantenían una sonrisita ladina.

Salí corriendo.

Tal vez hubiera sido una trampa, pero no me iba a quedar a descubrirlo.

Debía estar lejos de ellos cuanto antes.

Y esa idea me dolía.

Volteé a ver atrás en varias ocasiones, por si me seguían, pero quedé descolocada cuando nadie me siguió.

Corrí tanto que la garganta me ardía por la falta de aire,el muslo me dolía demasiado, ya había retirado la navaja, pero no paré en ningún momento.

Cuando visualice el cartel de bienvenido a la ciudad, un sollozo escapo de mi boca, abrumada.

¿A dónde iría?

CAÍN [Engaños #1]✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora