¿Maestra Romanoff? ; scarletwidow / Wandanat

47°

[NARRA NATASHA]

Ha pasado una semana y sigo durmiendo con la camiseta de nirvana que tiene su olor. Poco a poco va quedándose sin aquél aroma.

No he ordenado la cama, no he ordenado la habitación de invitados...

Nos hemos hablado normal, como maestra y alumna...

Extraño que me diga Romanoff. Extraño tanto que diga Romanoff a diario... 'Buenos días, Romanoff', sólo eso quiero oír al despertar, pero no.

Solamente una cama vacía a mi lado, no su calor, no su aroma, no su voz ronca al despertar mientras me dice buenos días.

Me levanté para beber café.

Extraño beber café con Wanda mientras pelea por lo mucho que odia los cereales integrales que como.

Extraño que me diga que le gusta como me veo, que le gusta como hablo... Que me pida que lea sus cómics con ella.

Extraño su olor.

Extraño ver aquellos boxers de dibujitos por casa.

-Joder... - Suspiro y observo mi teléfono.

Sylvie me ha invitado a salir hoy... Se va en unos días a Alemania nuevamente. Aparentemente tiene asuntos pendientes.

Pretendo irme a finales de año también... A Rusia tal vez, una temporada. Un par de años...

Dudo poder arrancar a Wanda de mi cabeza... Y aún más importante de mi corazón. Ella está clavada en mi piel como sí hubiese nacido para mí.

Como sí hubiésemos nacido para estar juntas...
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[NARRA WANDA]

-Necesitas salir de tu habitación... - Pietro habló mientras yo continuaba fumando un cigarrillo. Le lancé una caja de cigarrillos vacía. - Wanda. No quiero regañarte, pero...

-No lo hagas entonces. - Me burlo. - Anda, vete a ver sí ya te han crecido neuronas.

-Wanda, cariño... - Habla él suspirando. - Vi que le compraste algunas cosas a James... Es peligroso. Mamá y papá podrían saberlo.

-Que les den. - Gruño. - A ambos.

-Wanda...

-Ni siquiera son mis padres. - Gruño rápidamente. - No le he comprado nada a James.

-¿Y éstas pastillas? - Me enseña la bolsa de extasis que Bucky me ha vendido. - Aspirinas no son.

-Claro que no. Las aspirinas no me matarán. - Gruño e intento quitarle la bolsa. - Dame eso, Pietro.

Mi nariz comienza a sangrar y él me observa asustado. Me limpio con el dorso de mi mano.

-¿Qué más le compraste?

-Nada.

-Wanda.

-¡Nada, joder! - Grito.

-¿Cocaina? - Pregunta rápidamente y aparto la mirada. - Wanda no puedes destruirte por una mujer.

-Mira sí vas a decirme tú lo que puedo o no hacer por una mujer. - Lleve mi mano a mi collar donde llevaba el anillo de Romanoff. - No era cualquier mujer.

-Lo era.

-Jamás te haz enamorado de tu maestra. Yo sí, y esto es una putada...-Suspiro y observo mi habitación.

Las cortinas cerradas, las paredes rayadas con spray barato que compré en una gasolinera.

Mi guitarra yace en el suelo manchada con comida y bebida.