Lo que dice tu mirada [Libro II saga "Miradas"]

16| T í a

3/3

Como olvidarme— La Beriso

Bridget:

Camino como una loca hasta la puerta del departamento de Jaden cuando oigo que la puerta se abre.

—¿Cómo ha ido el juicio?—pregunto, viendo a Jaden entrar, seguido de mis amigos y mi sobrina.

Creo que he sonado algo loca, porque Sahumerio ladra, Jaden si acerca a mi y envuelve sus brazos a mi alrededor.

—Tranquila, preciosa—dice besando mi frente.—Todo ha ido genial. ¿Verdad?

Se gira para obtener una respuesta de nuestros amigos y veo a Charlotte asentir con su cabeza, pero en Cameron se dibuja una sonrisa traviesa.

—Jaden le ha dado a un guardia con el bate.

Jaden abre mucho los ojos y luego vuelve su mirada hasta mi.

—Amor, eso no es...

—¿Qué tu has hecho qué?—hablo, más bien grito.

—Que no es cierto, Cameron solo quiere fastidiar.

—¿Cómo puedes estar así de loco? No te dejaré llevar el bate a ningún otro sitio que no sea el campo de beisbol.

Escucho como Cameron y Charlotte estallan en risas.

—Eres un idiota. Harás que mi novia embarazada tenga un colapso—le reprocha J.

—No es necesario que destaques que está embarazada, lo sabemos y se está empezando a notar su barriga.

—¿Insinúas que ella está gorda?—creo que eso tendría que haberme ofendido, me realmente me causa gracia y es así como ellos empiezan a discutir bobadas.

Henos aquí a Charlotte y a mi, presenciar una pelea de mejores amigos entre Cameron y Jaden.

—Cito aquí palabras de Severus Snape.—menciona mi amiga mientras le sirvo un poco de té y ahora resulta que los dos "niños" discuten sobre quien tenía mejores promedios en la secundaria.

—¿Qué palabras?—pregunto, porque, si bien he visto Harry Potter, no soy una fan apasionada y no recuerdo mucho de ello.

—Pelean igual que un viejo matrimonio.—Se lleva la taza de té a sus labios con toda tranquilidad y luego seguimos presenciando la estúpida discusión hasta que se calman y se sientan junto a nosotras.

Wendy había estado tan callada que olvidé por un momento que estaba aquí, pero ella se encuentra demasiado entretenida jugando con Sahumerio.

—Amorcito, ¿podrías ayudarme con el ensamblaje de un nuevo mueble que compré?—le pregunta J a Cam.

—Claro, ¿Dónde lo tienes?—le responde Cam y mientras ellos se van por el pasillo, nosotras nos empezamos a reír.

—La mayor parte del tiempo no los entiendo, pero esos se quieren con locura a pesar de todo.

—Tenlo por hecho.—le respondo a mi amiga.

***

—Bridget, que gusto verte. ¿Cómo has estado?—Morgan, mi doctora, y también la que estará al pendiente de mi embarazo durante estos meses abre la puerta del consultorio, dejándome pasar y me interroga con la mirada cuando Jaden pasa detrás de mí. Más bien, se lo come con la mirada.

Joder, ya no me cae tan bien.

—Hola Morgan, el es mi novio Jaden. Amor, ella es Morgan.—digo de manera serena, porque si bien ella se lo come con la mirada, debo ser una adulta y comportarme como tal.

—Un gusto—él le tiende su mano.

—Igual—le contesta ella y luego centra su mirada en mi—¿Estás lista para tu consulta?

Yo digo que sí con mi cabeza y ella me da las usuales indicaciones.

Luego de ponerme la incómoda bata que deja mi trasero al aire, me recuesto en la camilla y ella vuelve a poner sobre mi estómago ese gel súperfrio que odio.

Lo mueve durante varios minutos, y luego lo quita, anotando algo en su libreta.

—Por lo que se ve, Bridget, ya tienes dos meses y medio, aún no puede verse el sexo de los niños, pero ellos se ven muy sanos, así que todo está bien.

—¿Está segura que no puede ver el sexo?—Jaden, quien se había mantenido callado, habla con emoción en su voz.

—Lo siento, pero aún son muy chiquitos para fijarse datos como ese. Si tenemos suerte, el próximo mes se dejen ver.

Jaden bufa, pero luego se inclina hacia mi y deja un pequeño beso en mi frente.

—Te amo y amo a esos pequeños guisantes.—murmura para que solo yo pueda escucharlo. Y aquí es cuando aparece el hombre que hace a mis sentidos volverse locos.

Con esa voz grave y sensual, diciéndome "te amo" es todo lo que necesito para ser feliz.

***

Tres días después de la consulta médica, hemos decidido organizar un almuerzo con las familias para darles la noticia, creemos que ya es momento.

—Mi mamá ya lo sabe—le comento a Jaden quien va conduciendo luciendo condenadamente apetecible con esas gafas y esas sudaderas de todos colores que suele llevar.

—Oh, no sabía que se lo habías dicho.

—Fue antes de decírtelo a ti, ya sabes, tenía bastante miedo de tu reacción y ella me hizo entrar en razón.

—Pues me alegra que ella te haya ayudado, después de todo, son la madre e hija más unidas que he conocido.

—Me alegra que seamos así.

El resto del camino tenemos una charla divertida sobre nombres extraños que a él le gustaría utilizar para nuestros hijos. Y cosas sobre que deberemos comprar todo al doble.

Cuando llegamos a su casa, en donde se realizará el almuerzo, se me hace extraño ver, entre los autos de nuestro amigos, un auto de alta gama, en color azul petróleo. Un auto que no he visto nunca en mi vida.

—¿Sabes de quien es el auto azul?—le pregunto a mi novio.

—No tengo idea, tendremos que averiguarlo cuando entremos.

Cuando estaciona, nos quitamos el cinturón y entramos a su casa. Se oyen murmullos provenientes del patio trasero, por lo que nos dirigimos hasta allá.

Jaden va tomando mi mano, y se pone tenso de repente, sigo el recorrido de su mirada hasta que veo que observa algo.

Mejor dicho a alguien.

Su tía, la hermana de su madre. Quien también lo mira con odio, la cual parece discutir con Cole.

Cuando queremos pensarlo, la menuda mujer ya se encuentra aquí. Frente a nosotros y estampa su mano en la mejilla de Jaden, haciendo un ruido sordo.

Todos los presentes, quienes son mi familia y la familia Lawrence contemplan la escena con cara de horror. Puedo ver como a Cam le hierve la sangre y empieza a caminar hasta donde nosotros nos encontramos.

Pero él y creo que todos nos quedamos de piedra al escuchar a la tía de Jaden gritar lo siguiente:

—¡No tienes cara si te dignas a aparecer en la casa de tu difunda madre!¡Maldito asesino!