18| M i c r o o n d a s

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Como tú— Luciano Pereyra.

Bridget:

Nunca pensé que un embarazo podría tenerme tan sedentaria. Lo único que me dan ganas de hacer cada día que me levanto desde que entré en mis cuatro meses es comer, dormir y acurrucarme con Jaden. Esto último solo sucede durante las noches, ya que mi novio trabaja durante el día y la tarde noche es la que le queda libre.

Es bueno que tomamos la decisión de comprar una casa juntos, ya que la mayor parte del tiempo estoy en su departamento.

Él dice que es una buena idea que empecemos a vivir juntos y tener una casa sería lo ideal.

Aunque, Jaden se excedió con el tamaño de la casa, puesto que viviremos nosotros dos junto a Sahumerio durante un tiempo, y luego llegaran nuestros hijos, pero de igual manera, siguen sobrando muchas habitaciones. Aunque no voy a negar que amo la casa que hemos escogido, un poco alejada del centro de la ciudad, debido a que Jaden quería una casa con patio grande, y las casas así solo se encuentran lejos del centro.

—Amo esta casa.—Comenta mi novio, entrando las últimas cajas que nos sobraban para terminar la mudanza.

La casa consiste de la planta baja, en donde lo primero que se ve al entrar es un pequeño portal, donde venía incluido un pequeño closet ensamblado en la pared para guardar abrigos, zapatos y cosas que se toman antes de salir de casa, supongo.

Sigo caminando y me encuentro con la sala, la cual adoro, las paredes son de azul celeste, bastante claro, mientras que hay dos sillones de un azul más oscuro y un sofá de la misma tonalidad. En el centro una mesita ratona, con un pequeño vidrio que protege la madera. Y una TV de tamaño mediano en un mueble con estantes, donde en la parte de abajo se encuentra la consola de videojuegos de J, y alrededor dos cajas llenas de ellos.

Puesto que todavía hay algunas cosas que no hemos ordenado, aún se encuentran en las cajas, como nuestra ropa o cosas del baño, ya que falta amueblar algunas partes de la planta superior.

Luego hay un pequeño corredor que lleva a la cocina, la cual está muy buen amueblada y tiene un horno que me tiene enamorada porque es perfecto para mis preparaciones. Anoto en mi mente que debo invitar a Lottie y a mamá para estrenarlo juntas horneado un pastel, o galletas.

De solo pensar en comida, mi estómago ruge.

Hay un pequeño baño, un enorme patio con suficiente lugar para que Sahumerio ande correteando—lo cual hace en este momento— y también es lo suficientemente grande para que haya una piscina, con un trampolín y todo.

Jaden de verdad que se pasó, no quiero ni subir a la planta de arriba porque sé que también me impresionará a pesar de que todavía no tenga muchos muebles.

—Miren hijitos, pueden estar orgullosos de que serán los amigos con piscina de sus amigos.—digo acariciando mi vientre, ha crecido bastante para solo tener cuatro meses, pero es entendible, después de todo, son dos pequeñas personitas.

—Lo que me faltaba, que mi sexy, candente, hermosa y despampanante novia hable sola.—dice esa voz masculina detrás de mí, esa que me hace largar suspiros cada vez que me dice "te amo" cada noche. Esa que me tiene enamorada.

—No hablo sola.—Él se encuentra detrás de mí, tomando mis caderas, mientras miramos por el gran ventanal trasero, viendo al pequeño cuadrúpedo correr una mariposa.

—¿Y entonces?—río cuando él hace cosquillas con su nariz en mi cuello.

—Hablo con las personitas que están en mi útero.—Jaden lleva las manos a ese lugar, y nos quedamos así durante varios minutos.

Lo que dice tu mirada [Libro II saga "Miradas"]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora