ＴＯＸＩＣ

Capítulo II

No se dio cuenta en que momento dieron las doce del medio día.

Ni siquiera había preparado algo para comer. Pero no tenía hambre, ya era normal que a veces no almorzara y solo comiera algo ligero como alguna fruta o  cosas así.

Mientras acomodaba unas cosas en su habitación, abrió un cajón para guardar cosas que estaban fuera de lugar.

Pero un pequeño destello hizo que apartara los objetos que estaban encima para hallar algo que no utilizaba hace bastante tiempo.

Era su anillo de bodas. Lo tomó entre sus dedos con delicadeza y lo miró por varios segundos.

Notó que la piedrita preciosa que estaba incrustada en él se había partido a la mitad y faltaba una de esas mitades.

Quizás era una señal de que eso debía acabar ya. No era sano lo que tenía con Broly.

No era amor. Solo se mantenía a su lado para no tener más problemas de los que ya tenía. Para no crear escándalos con la prensa.

No quería ser una carga para su familia...

Se sentó en la silla que había allí y le daba vueltas al anillo.

—¿Nunca me amaste?—preguntó a la nada—¿fui tan mal esposo para que no puedas tratarme bien? ¿Acaso viste todos los defectos que tengo cuando por fin me viste desnudo? ¿te doy asco?

Lágrimas caían por sus mejillas, adornando su rostro con ese rastro cristalino. Sentía repulsión por sí mismo.

Le había destrozado por completo la autoestima que no veía más allá de lo que siempre le decía su esposo.

Mírate... en vez de calentarme por excitación me enojo de verte...así de araposo.

—Si no te hago sentir nada...¿por qué sigues conmigo? Si no soy suficiente para ti, ¿por qué no me pides el divorcio? Así toda esta mierda acabaría y serías feliz con alguien que sea lo que esperas... y yo me quedaré aquí solo...como siempre he estado.

Se le hacía un nudo en la garganta. Aún más cuando giró y vio esos pequeños moratones de sus brazos en su reflejo en el espejo que había allí.

—¿Merezco esto?

¡Hermano, tú no eres un maldito juguete! ¡Ya basta, por favor, ven conmigo, yo no dejaré que te haga nada! Ven, por favor... te está matando lentamente...

—Perdón, Goku...pero no puedo...

Aún recordaba las veces en que su hermano menor junto a su cuñado le pidieron que vaya con ellos. Él se negó rotundamente.

No quería que se vieran involucrados en un problema solo por él.

—ya es muy tarde para eso...solo debo esperar a que algún día esto mejore para bien...—una sonrisa irónica se vio plasmada en su rostro. Pero en ella se notaba el dolor.

Black, sé que te dije que es tu vida pero...esto no es vida para nadie... ven a casa con mamá, hijo. Tu papá no soporta que estés con ese hombre y se la pasa muy preocupado por ti.

—¡Perdóname, mamá!— soltó un grito de impotencia al aún poder oír la voz de su madre luego de su disculpa, la cual no llegará a oídos de ella.

Odiaba hacerla sentir mal por haberse puesto de terco y no hacerle caso.

Sé feliz con él... creo que yo sobro aquí, ¿no?

—Zamasu... por favor, no te vayas...—sollozaba recordando cada una de sus últimas charlas con quienes amaba.

Con sus manos apretujaba sus ropas mientras amargas lágrimas caían a su regazo desde su mentón.

Simplemente era un dolor insoportable que nacía en su pecho y crecía hasta extenderse por todo su ser.

Ya no quería estar ahí.

Pero desaprovechó las oportunidades que se le fueron dadas y ya no había escapatoria de ese mar de sufrimiento.

¿O sí lo había?