Capítulo XVI

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—Bien...lo que ocurrió fue que como ya saben este idiota que no quiero decir su nombre pero ya todos saben de quien hablo me obligó a acompañarlo hasta el medio de la nada por tema de trabajo. Ok, llegamos allá y empezamos a discutir, hasta que sacó tema de que yo lo engañaba, que me metí con alguien con quien siempre hablaba y cosas así, por si no saben, esa persona es el joven que me trajo. Bien, continúo, le saqué todo en cara y luego me escapé. Empezó a caer una llovizna, hasta que me topé con el acantilado, quise frenar pero resbalé por el barro que se formó. Quedé colgando de unas raíces. Me intentó subir, pues logró encontrarme, pero... supongo que fue algo que quizás no pensé con claridad, le dije que me dolería menos caer desde esa altura que quedarme con él... me solté y luego no supe que pasó.

—Entonces es cierto que quiso ayudarte...

—Sí... eh, algunas semanas después me encontraba en una cabaña con un hombre que era el chamán de un pueblo pequeño entre lo más profundo del bosque. Me dijo que me encontró antes de que la fuerte corriente llegara. Tenía un par de costillas rotas y la pierna fracturada junto a un brazo dislocado. Me ayudó a sanar mis heridas, su nombre era Piccolo Daimakū. Me quedé con él hasta que pude volver a caminar, me dijo que no me preocupara por pagarle o algo así y me dejó irme, me dio ropa nueva y bueno... eso.

—Ya veo...

—Regresé siendo guiado solo por mi instinto, sabiendo que alguien estaba allí arriba.

—¿Sabías que estaba allí?

—Piccolo me lo dijo—cierra los ojos un momento—Como ya dije...fue solo un milagro que pudiera salvarme. Pero me alegro que fuera así—pega su cabeza a la de su hermano menor, quien sonríe.

—Después de todo...debías conocer a Gogetto.

—¿A quién?—dijo Vegeta.

Ríe levemente—Que Black debía conocer a nuestro hijo, ¿no crees, Vegeta?

—¡¿Qué?!—se levanta del sofá de un brinco—¿Qué tratas de decirme con eso? ¿Cuál hijo?

Black rueda los ojos—¿Estás ciego o qué? ¿no le notas la panza? Si duermes con él.

—Goku.

—Bueno, papá...yo creo que ya era hora de darte un nieto—rasca su mejilla con uno de sus dedos.

—A poco...—dijo el mayor de los hijos de Bardock.

—Sí...

—oh...—terminó por desvanecerse y cayó al suelo.

—¡Vegeta!

—pfff—cubrió su boca para no reírse—perdón, perdón...—Granola quería mantenerse serio pero con la cara de bobo que tenía Vegeta le era muy difícil.

En cambio Raditz y Black no se aguantaron a reírse.

—Dejen de reírse y ayudenlo a levantarse.

—ay, niños...—entre Bardock y Granola levantaron a Vegeta para tratar de despertarlo.

—No tengo...para los pañales...

—Eres un idiota, Vegeta, ya deja tu drama.

—Dile que lo cambie por un perro—le susurra Raditz.

—N-no...se va a enojar conmigo.

—Deja de molestarlo, Raditz.

Se sienta junto al peli-verde—Oye...sé que te dije que necesitaba amarte todavía. Pero creo que...el efecto fue bastante rápido—sin que nadie más lo note le besó la mejilla rápidamente para luego colocar su mano sobre la del menor.

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