Capítulo IX

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Esa pequeña salida fue suficiente para relajarse un poco y alejar esos pensamientos tan dañinos que no le hacían bien a nadie.

—Pero que idiota fui hoy...¿En serio quise hacerlo? Con suerte él apareció o lo hubiera hecho—Suspira—Kami...esto se me está saliendo de las manos.

Sintió que su celular vibró y vio un mensaje de su esposo.

—No me esperes para cenar, comeré acá y llegaré tarde... una de las maquinarias explotó—leyó en voz alta.

Empezó a escribir preguntando por su bienestar, solo por impulso.

La respuesta fue un sí, pero debía quedarse.

—No sé si creerte...ya me dijiste que tienes a otro. Si llegas jodidamente quemado ahí sí te creeré—lanzó su celular al sofá para luego sentarse él y encender la tele.

Ni siquiera le estaba prestando atención a nada de lo que estaban pasando. Estaba totalmente aburrido.

Suspiró y cerró los ojos.

Al abrirlos, ya habían pasado algunos días. No hubieron peleas graves en ese periodo de tiempo y eso era algo bueno para Black.

Esa tarde decidió salir a algún café de la ciudad, solo, pero eso ya era costumbre para él.

Estaba anocheciendo y Black estaba esperando lo que ordenó. Miraba su celular distraído hasta que alguien se le acercó a la mesa.

—Hola, lindura. ¿Vienes acompañado?

—En realidad...

—¿No quisieras salir conmigo?—toma su mentón pero Black se aparta.

—te pido que no vuelvas a tocarme.

—Hey, él está esperándome a mí—un chico de ojos azules, los cuales Black reconoció al instante, apareció y se puso entre Black y el otro tipo—te pediré amablemente que lo dejes en paz.

—Agh...pensé que era soltero—se aleja de ellos y sale del café.

—¿Estás bien?

—Sí...Te lo agradezco.

—¿Puedo sentarme?

—Claro—el joven se sentó frente a él.

—Te me hiciste conocido cuando entraste. Y recordé que chocamos hace unos días.

—Oh, sí, lamento eso...

—No te preocupes, yo también estaba distraído. Bueno, mi nombre es Granola, ¿Puedo saber el tuyo?

—Me llamo Black.

—Mmh, lindo nombre.

Black dio una pequeña sonrisa, la cual desapareció unos segundos después. Cosa que le pareció tierno al peli-verde.

—Creo que ya entendí porque se te insunuaron.

—¿Por qué?

—Eres alguien bastante lindo.

Se sonroja—Gra-Gracias... pero yo no creo eso.

—¿Ah, sí? ¿Por qué? Yo creo que alguien seguramente te lo ha dicho—vio el rostro de Black y notó que no estaba bromeando—¿No?—el otro niega con la cabeza.

—Mi hermano no creo que cuente...

—Bueno, pues deberías saber que tu hermano tiene razón.

—¿Tú crees?

—Sí.

—Pues te lo agradezco—apoya su cabeza en su mano.

Se le ocurre algo—¿Sabías que si sonríes no puedes sentir tu lengua?

—¿Qué?

—Inténtalo y verás...

Black sonrió y al notar que no era cierto mira al joven.

—Te engañé. Que linda sonrisa... deberías de lucirla más, ¿no crees? Te sienta muy bien.

El peli-palmera rió levemente ante eso. Nadie le había dicho algo así. El chico le pareció agradable y empezó a hablar con él mientras se acoplada un poco a la forma de ser de Granola.

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