capítulo V

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—¿De verdad?

—sí, pero debe ser a escondidas de él.

—Te lo agradezco, Black—lo abraza—Yo te ayudaré.

—Uno de estos días te llamaré cuando tenga todas mis cosas listas para irme.

—Tómate el tiempo que quieras, llámame aunque sea de madrugada, yo vendré por ti. Sonámbulo, pero vendré por ti—eso último que dijo hizo reír a Black.

—Está bien, solo debo mantener feliz a este idiota. Poner mis cosas en el patio, ya que nunca le da un maldito mantenimiento e irme cuando él no esté.

—Ok, ok, ok.

Estaba feliz porque al fin Black dio el brazo a torcer e iría con él. Al fin saldría de esa casa y estaría a salvo con él.

—¿No quieres salir conmigo? Almorcemos fuera hoy, volvemos y te ayudo con tus quehaceres, ¿qué dices?

—No lo sé... debo quedarme a limpiar y... ¡Es broma, hagamoslo!—Exclamó alegre por la invitación.

—¡Así se habla!

—pero...¿qué hago con estos golpes?

—ahora mismo los haré desaparecer. Ven, te cambiarás esa ropa, te cubriré esos golpes con base y te verás como nuevo—lo tomó de la mano y lo llevó a su habitación—bien, veamos—lo sentó en la cama y abrió el armario—agh, ropa del imbécil—hace una seña de asco con su dedo.

—la otra puerta—ríe levemente.

Lo abre y busca entre su ropa—ajá, algo así—coloca un pantalón Jean negro. Era algo pegado al cuerpo, cosa que lo hacía ver mejor. Luego saca una solera de un tono azul yendo más para negro y una chaqueta del mismo color que los pantalones—bien, ponte esto.

—¿Estás seguro?

—Claro que sí. Ya pontelo, te quedará bien.

—eh...ok.

Pasaron unos minutos y Black salió del baño con su ropa ya puesta. Estaba acomodando el cuello de su chaqueta.

—Te ves bien.

—¿Tú crees?

—Por su puesto. Siéntate.

Este obedece y se sienta en la silla que estaba junto al tocador hecho pedazos. Goku de reojo vio las gotitas de sangre y restos pequeños de vidrio que aún quedaban en el suelo.

Sacó su estuche y colocó base en una de las esponjitas para empezar a esparcirla por su rostro.

Black notó como sonreía al hacer eso. Le gustaba en serio. Sentía como irradiaba energía positiva al hacer lo que amaba.

—Muy bien, ya quedó—de su estuche saca un espejito—mírate. No se nota nada—Black vio su reflejo sorprendido. Hace bastante no se veía así—Lindo, ¿verdad? Uy...

—Gracias—lo abraza fuertemente—muchas gracias.

—No es nada. Bueno, salgamos de una vez.

—Sí.

Ambos salieron de la casa para ir a buscar un lugar para comer.

Para Goku ver a Black sonriendo estando algo distraído, sin estar martirizado, no tenía precio. Desearía haberlo visto así durante esos cinco años en los que estuvo alejado de todos.

Sin duda, debía sacarlo de allí lo más pronto posible. Antes de que algo malo le pase y esta vez no pueda ser cubierto por maquillaje...o peor aún, que no salga con vida de ello.

—¿Comida tradicional o alguna cosa diferente? Tú elige.

—eh...no lo sé.

—Algo que desees, cualquier cosa. No sé, alguna pizza, hamburguesas...¡alitas!

—Eh, alitas está bien—sonríe, cerrando los ojos.

—Como ordenes, rey.

Black ríe levemente.


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