❤2❤

295 24 22
                                    


—¡Uf!— suspiró el oji-bicolor —Casi te atropellan muchacho.

—¿En serio?— susurró el castaño claro, confuso por lo sucedido —Pues ni cuenta que me he dado jeje, ¿Me salvaste verdad?.

—Si.

—Pues, gracias joven.

—No es nada— dijo el desconocido levantándose para irse de inmediato con una sonrisa leve y alegre.

—¡E-espera!— exclama Sparta, mientras también se levantaba del suelo.

—¿Eh?— preguntó el joven desconocido dirigiendo su mirada a los ojos color miel de Sparta.

—¡Hombre! ¡Que no ma has mencionado tu nombre! Yo soy Sparta.

—Bueno, que mas da... Un gusto Sparta, soy Raptor— respondió aquel caminando hacia la otra carretera para coger un taxi —Espero vernos pronto.

Raptor, el nuevo conocido de Sparta, entró al taxi que se paró frente a él, Sparta solo quedo petrificado, hasta volver en razón y seguir con su camino; esta vez a ver a su padre.

En el camino no dejó de pensar en el muchacho apuesto y castaño oscuro que conoció aquel día. ¿Sera que lo volveré a ver? Espero que si...; Eran sus miles de pensamientos en ese momento, solo Raptor, Raptor y más Raptor, sus grandes pensamientos fueron interrumpidos por su llegada a casa de su padre.

El castaño, abrió la puerta de la casa y se encontró con un peli-azul dormido en uno de sus sofás mientras en la tele estaba puesto un programa de promoción poco interesante, exacto, era él, su padre; Timba.

—Pá...Papá, padreeee ¡Papaaa!— exclamaba cada vez más fuerte el muchacho, al no ver respuesta de parte de su padre, quien pues; estaba dormido plácidamente mientras roncaba a mil por hora, decidió chocar unas cazuelas en sus oídos, lo hizo, y dio resultado, aquel se despertó de golpe y gritando; "¡Cinco minutitos más abuela!". Sparta solo rió a carcajadas —Jajaja, papa, llevo tiempo gritándote para que despiertes hombre.. Cuando te echas una siesta, no hay quien te despierte jajaja.

—Hijo, no hagas eso casi me revientas el tímpano hombre... Algún día me matas, dejame esforzarme Sparta— dijo Timba mientras intentaba ponerse la manta y acostarse en el sofá cómodo, pero Sparta lo impidió e hizo que se levantara.

—¡Ni de broma!— exclamó aquel empujándolo para que se levante. —¡Venga, además te traje comida del super.

—Gracias Sparta jeje.

Pasaron unas horas hablando entre ellos como padre e hijo.

—Hijo...

—¿Si?.

—Te veo raro...

—¿Raro? ¿Así cómo Pá?.

—Pues más animado, pero misterioso.

—¿Misterioso? Jajaja ¿qué?.

—Acaso...

—¿Acaso?...????

—¿Estás enamorado?.

—¿¡Qué!?

—¡Eso! ¿Si te gusta una chica guapa?..

—¿Qué diablos dices papá?

—¿Sordo? Chale..

Chale tu prima la coja..

—Con mi prima la coja no te meta'.

—Padre, no creo estar enamorado, pero...— interrumpió mirando la hora de su reloj de mano —¡Me cago en..! ¡Tengo que ir a repasar con Acenix, Flex, y el profesor Trollino y se me hace tarde!.

—No pierdas tiempo hijo, adiós Sparta.

—Adios Pá.

Sparta se dirigió hacia la casa del profesor Trollino de Química, le caía muy bien, pues, daba clases de una forma especial a pesar de ser un vinagrito algo pesado. Aquel, no solo le ayudaba a estudiar química, también otras asignaturas, pero no todas, las otras las estudia con el profesor Mayo de física.

Su hermano mayor Víctor ya se había graduado hace unos años de la universidad, pero decidió trabajar para el gimnasio ya que le gustaba mucho la buena salud y el ejercicio diario en sí mismo y apoyar a otras personas a hacer todas muy seguido y proteger su salud.

Sparta ya estaba en casa de su profesor y al tocar el timbre dos veces aquel le abrió con...bueno, no se podría decir que "con una sonrisa de oreja a oreja";

—Llega tarde señorito Sparta...— dice el profesor algo enojado.

—L-lo siento— dijo el muchacho con miedo, ya que sabe si aquel se enojaba te hacia pasar horas estudiando y estudiando.

—Da igual, pasa...

El azabache dejó que el castaño claro entrara en su humilde casa, ya Sparta había ido algunas veces a estudiar con otros compañeros de aula. Trollino, acompañó a Sparta hacia la sala, donde se encontraba una mesa grande de cristal fuerte y ahí estaban sus amigos Acenix y Flex, se saludaron y pasaron de eso a estudiar.

El reloj marcaba las 5 de la tarde aproximadamente, los compañeros se marchaban cada uno para sus respectivas casas.

Acenix y Sparta, vivían en el mismo edificio, por eso los dos andaban por el mismo camino a casa, en este caso, un pequeño y acogedor apartamento.

Chale Sparta, estas bien callado algo te pasa ¿Más bulling?— interrumpió el silencio Acenix.

—A mi tu no me hables de bulling amante de gatos asqueroso...

—Ya... Tío mira si te hice algo dilo ya hombre.

—Ash...— suspiró Sparta —Nada Acenix, tu no me hiciste nada hombre, eres mi amigo.

X2 Bro.

—Lo que pasa es que creo que me enamoré.

—¿Y? No jodas de que eso es un problema.

—No lo conosco.

—No pos chale.

En ese mismo instante Acenix se encuentra a un amigo conocido.

—¡Hey!— exclama Acenix.

Sparta estaba confundido, al ver quien era ese tal desconocido....;

—¡Acenix! ¡Cuanto tiempo!— exclamó acercándose al amigo de Sparta.

Esa voz la conosco~ pensó

Sparta giró y al ver, se llevó una gran sorpresa.

❤Gracias por Amarme❤ [#Spartor]   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora