DIBÚJAME [©JJK/MYG-Libro I]✓

Capítulo 18

A la mañana siguiente, desperté gracias a la luz del sol que entraba por la ventana, parpadee un poco logrando que mis ojos establecieran mi vista. Noté la gran cama con sábanas blancas el vacío que estaba a mi lado. En ese instante los recuerdos llegaron a mi cabeza recordando todo lo que sucedió anoche: «solo es el comienzo».

Ante sus palabras, me di cuenta que estaba sola en esta habitación. Sin embargo, al tener la sábana cubriendo mi cuerpo, noté que había una pequeña mancha de sangre, llevé mis manos hacia mi boca tapando la vergüenza que estaba sintiendo. El día de ayer perdí mi virginidad, ya no era Kim Yi-hyun, la hija más pequeña e inocente. Al recordar su cuerpo, sus movimientos y, la forma en la que me tocaba era ... Excitante.

Una sonrisa salió de mis labios al recordar cada detalle.

Mire la hora en el reloj que estaba en el mueble de a lado, 7:00 AM, tenía clases a las 8:30 AM. Debía de apurarme lo más rápido, fue entonces cuando note mi uniforme colgado sobre una de las repisas. La puerta se abrió, cubrí mi cuerpo viendo a Taehyung. Al verme se dio la vuelta dándome la espalda.

—Su uniforme acaba de llegar de la tintorería. La llevaré a la universidad. No se preocupe por su chófer, el señor Jeon ya se encargo. En el cuarto de baño tiene todo lo necesario para tomarse una ducha, espero su presencia en la sala principal.

Sin decir más, salió de la habitación cerrando la puerta, rápidamente me puse de pie envolviendo mi cuerpo con la sábana. Al dar los pasos, sentí mi entrepierna doler, me queje. A pasos lentos fui hasta el baño, mire todo lo necesario y en ella había un conjunto de ropa interior nueva y limpia. Me di un baño con agua fría, después de todo lo que necesitaba, salí de la habitación ya lista con mi uniforme.

Al llegar a la sala principal mire a Taehyung.

—El señor Jeon tuvo que salir temprano debido a su agenda apretada —me hablo con una seriedad sin formar una sonrisa —, me dio órdenes de llevarla a la universidad, señorita Kim.

No dije nada, solo asentí moviendo mi cabeza, mis iernas me dolían, pero trataba de caminar de lo más común. Tras el recorrido a la universidad, me encontraba caminando por las instalaciones. Sin embargo, mi cabeza no tenía pensamientos tranquilos,  no dejaba de pensar en lo sucedió, era lógico que al despertarme me esperaba ver su rostro. El rostro de la persona a quien le entregué algo importante de mi: ¿Cómo debía sentirme?

De repente, siento unos brazos atrapar mi cuerpo, me sobresalte ya que me sentía adolorida, pero el olor del perfume de Jimin es tan dulce que logra embriagarme.

—Buenos días, hermosa. —me susurro sobre mi oído.

Con dolor de mi cuerpo, me aleje de él.

—Buenos días, Jimin. —le respondí tan seca. Al hablarme de esta forma, noté como alzó una de sus cejas.

—¿Te sientes bien?

—¿Por qué no lo estaría?

—Bueno, parece que te duele algo. Tienes una mirada de pocos amigos.

—Estoy bien Jimin, solo que me siento cansada.

—¿No dormiste ayer?, ¿Te dio insomnio?

El insomnio de anoche fue... Cautivador.

—Estare bien, no te preocupes.

Cuando hable, me tomo de la mano, sin decir nada, caminamos juntos hasta al aula de clases.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis y siete.

Pasaron siete días, una semana desde que no tuve respuesta del Señor Jeon. El profesor se dedicaba a sus clases, mientras estaba sentada en mi lugar con el libro entre mis manos, ocultando que tenía el celular en mis manos, leyendo los mensajes.