Capítulo 27 🍷

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-No me dijiste nada, ¿quién eres en verdad?- pregunto Marian mientras observaba detalladamente aquellos preciosos ojos cafés.

-Lo sabes Marian, soy tan sólo un chico normal que está dedicado en su trabajo y como todo trabajo siempre deja una ganancia si a eso te refieres, ¿pensaste que era pobre?- pregunto serio.

-Disculpame ¿si? Hice mal, juzgue sin conocer, pero no preste atención en ello, tan sólo tenía en mente que había encontrado mi felicidad. Y no juzgo lo que eres o lo que tienes o el como le hiciste para ganar todo esto, no soy una persona interesada si no te quisiera aunque ya hubiese visto todo esto de igual forma rompería contigo. Tan sólo perdón por ese error- hablo sincera y se acercó a él para abrazarlo.

-Descuida, no eres la primera que piensa así normalmente en la ciudad las personas que no me conocen piensan de esa manera pero como toda persona que sabe patear las piedras que avientan en su camino, lo que opine la gente sobre mi tan sólo por mi apariencia es lo de menos mientras no suba de nivel son cosas que no me importan al querer yo cambiar solo por que la gente no me acepta como soy es aceptar que soy un perdedor y todo lo que dicen.

- Eres una gran persona Jonathan y aparte eres muy lindo- se acercó y dio un beso en los labios de Jonathan.

-Vaya, ¿te gustan las manzanas?- pregunto Jonathan.

-Jaja no, amo las manzanas son mi fruta favorita- respondió.

- Bien, estás en el lugar correcto entonces ammm- dio vista a su reloj en la muñeca -normalmente comemos a las tres de la tarde, son las dos y treinta así que nos da tiempo de recolectar algunas manzanas- tomo la mano de Marian.

Caminaron por un largo pasillo hasta llegar a la parte trasera de la casa dónde a lo lejos se podían ver terrenos con cultivos tanto frutales como vegetales, algunas casitas por ciertos lados y gente trabajando.

Marian quedó atónita okey que el tipo era rico tenía terrenos, una casa enorme, al entrar a la casa había notado algunas camionetas de carga.

-Son frutas de temporada así que se tienen que aprovechar- cortaba manzanas y las echaba en un cesto.

-Ya veo, debes de saber mucho de todo esto.

-Bastante a decir verdad, toma- le entregó una manzana a Marian -esa manzana te aseguro que tiene un sabor agradable- le pasó un balde de agua para que Marian lavara su manzana y así fue.

Marian mordió la manzana y resulta que estaba envenenada así que se murió :> pero Jonathan la beso y revivió.

-Esta rica, es muy dulce.

-Así es, toma otra- le entregó otra manzana.

-¿Para llevar?- pregunto Marian.

- No o bueno si quieres llevar algunas más tarde venimos, amm estás son para unos amigos, no sabes cuanto las adoran- se puso de pie y seguido lo hizo Marian.

-¿Quiénes?

-Vamos- la tomo de la mano y caminaron está vez a un establo donde ya se escuchaban algunos caballos relinchar y galopeando, entre otros animales, cerdos, borregos, becerros, toros, vacas, montón de pollos, claro todos en sus respectivos corrales.

-Orales, tienes bastantes animales- se acercó al chiquero de los cerdos -ira, hay puerquitos.

- Si, jaja chacha acaba de parir hace unos quince días.

-Chacha, ¿así se llama su mamá?- pregunto.

-Jaja si.

-¿Y los agarras?- eran muchas las preguntas de Marian.

-Cuando de repente toca lavar el chiquero, como vez ahorita ya está algo sucio así que así como el chiquero y chacha ya les va a tocar baño. Vamos, el olor que sobresale penetra la ropa, después no oleras lindo.

-Oh ya y estoooo- corrió a un corral al sol donde estaban ubicados los borregos junto con ovejas.

Jonathan corrió a alcanzarla.

-También ¿los bañan?- pregunto Marian.

- Uhmm no son fan del agua jaja, les gusta ser cepillados- respondió Jonathan.

-Aaaa ya ¿y que hacen con todos ellos, se los comen?- Marian la curiosa.

-Ammm de repente cuando es algún cumpleaños o algo así siempre conscientes del gran ciclo de la vida jaja, solo solemos consumir la carne de cerdo y vaca, no hemos probado borregos pero no nos llama tanto la atención y aparte nos gusta tener animales, hacen sonar nuestra casa en ambiente y así no nos sentimos tan solitarios.

- Pero los sonidos de aquí son mejores que escuchar fábricas, autos haciendo sonar sus claxon. Estos sonidos deben relajar.

- Uhmm a veces, cuando estás estresado la verdad nunca falta que el maldito gallo te cante jaja al menos eso me molesta a mi cuando estoy estresado. Pero ya ven, no te distraigas- la tomo de la mano y se acercaron a donde estaban unos caballos.

-Supongo que deben de gustarte los caballos- comentó Marian.

-Claro que si, este es el mío- se acercó a una yegua color beige -bueno mía, es yegua.

-Ya veo, todos son bonitos ¿tiene nombre?

- Yo le puse manzana, nada original jaja y aparte le gustan las manzanas.

-Oh por eso me pediste que trajera una manzana?

-Traje una aparte para ella, en realidad esa es para que conquistes al nuevo.

-¿Al nuevo? ¿cómo nuevo?

-Es el recién llegado, le he dado manzanas y le gustan pero algo tienen los caballos que cuando ofreces algo se adaptan a ti, como que les haces sentir que él va a ser para ti y tendrá confianza para que puedas montar.

-¿Montar, voy a montar?- pregunto algo nerviosa.

- Si, te voy a enseñar así que...- comenzó a buscar con la mirada a una persona que estuviera por ahí -¡Juan!- alzó su mano para ser visto y ante eso aquel tipo se acercó.

-Joven Jonathan ¿necesita algo?- pregunto.

-Por favor, dale un traje de montura a Marian yo creo que la talla de Gabriela le va a quedar bien y después preparame a carbón. Por fa.

-A está bien, sigame señorita- dijo el tipo amablemente.

Este tipo llevo a Marian hasta un tipo vestidor y le entregó un traje especial para poder montar, después fue a alistar el caballo.

Marian se vistió y era raro para ella llevar esa ropa, ósea no era fea pero se sentía rara, así que una vez terminada de vestir salió encontrándose con Jonathan.

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