Capítulo 10 - Confesiones y reencuentros.

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Hermione movía su pie izquierdo con nerviosismo

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Hermione movía su pie izquierdo con nerviosismo.

Estaba sentada en las bancas rojas de madera del Pret A Manager del London City Airport. Desde allí podían leerse las pantallas de llegadas y salidas.

Los nervios la habían traicionado aquella mañana, impidiéndole tomar ni siquiera un bocado del delicioso desayuno que le habían preparado, por lo que nada más llegar se pidió un par de tostadas.

Una vez que su estómago estuvo lleno se dedicó a esperar pacientemente con un chocolate caliente entre sus manos, tomando pequeños sorbos de vez en cuando.

Su corazón dio un vuelco cuando el vuelo de Sydney ascendió un lugar y cambió su estado a "aterrizado". Intentando mantener la calma le dio otro buche a su caliente y dulce bebida.

La castaña inspiró profundamente, entre que desembarcaban y recogían su equipaje aún le quedaba un rato de espera.

Tras terminar su bebida se levantó del asiento y se fue a la papelería WHSmith a pasar el tiempo. Si alzaba la vista hacia la entrada podía ver si algún grupo de pasajeros se acercaba a la salida.

Mirar libros y artículos de papelería era algo muy entretenido para ella. Uno de los tantos libros que vio, irremediablemente llamó su atención y no pudo evitar comprarlo al momento. Poco duró su estancia en aquellas secciones, demasiado cortas para su gusto.

Se llevó tanto tiempo esperando, que comenzó a mirar cosas que no le eran interesantes, como la parte de bolsos o juegos de cartas. Cuando iba por la mitad de aquel último, para ella, aburrido pasillo, empezó a escuchar el eco de ruedas de maletas proveniente de fuera de la tienda.

Inmediatamente la joven alzó la cabeza por encima de las medianas estanterías. Un grupo grande de turistas se dirigían a la salida.

La que fue calificada como la Bruja más brillante de su generación salió inmediatamente de la tienda, aferrándose con nerviosismo a la correa de su bolso de cuentas mientras con su otra mano sujetaba la pequeña bolsa con el libro que había comprado.

Sus padres fueron casi de los últimos pasajeros en atravesar aquella puerta. En el momento, Hermione reconoció inmediatamente a su madre. Estaba idéntica, el mismo tono de color de pelo y aquellos amables ojos verdes.

A su lado se encontraba un hombre que ligeramente se parecía a su padre. Su pelo castaño claro ahora parecía rubio debido a numerosas canas y su cara estaba más roja de lo normal. Incluso se había dejado barba, cosa que Hermione nunca había visto en él.

La última vez que su hija vio a Robert Granger este tenía un incipiente sobrepeso, ahora la camisa levemente ajustada mostraba una figura atlética. Casi podría asegurar que parecía más alto.

Definitivamente, a sus 50 años el padre de Hermione había dado un giro radical a su vida.

Sobre sus brazos el señor Granger cargaba a un niño pequeño que abrazaba con fuerza un peluche y buscaba esconder su rostro en el pecho de su padre.

Encuéntrame ~ SevmioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora