Capítulo 12 - Memorias de un comienzo.

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"Hermione deambulada por los pasillos sin rumbo fijo

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"Hermione deambulada por los pasillos sin rumbo fijo. Había sido un fiasco de noche, nada parecía querer salirle bien.

Quería olvidarse desesperadamente del estúpido de Ron y su también estúpida novia. Pensaba que podría usar a su compañero de aquella noche, Cormac McLaggen, para conseguir su medio, pero había sido un completo desastre.

Era consciente que el apuesto joven, un curso por encima de ella, tenía un claro interés en ella. Lo había mostrado más de una vez, aunque parecía algo más sexual que romántico, lo que a la joven no le molestaba en aquel momento.

En la práctica, salió corriendo a la primera de cambio, cuando quedaron atrapados debajo de un muérdago encantado. La altanería del joven era lo que había arruinado sus planes, no se acordaba de lo asquerosamente egocéntrico y adulador que era. Le daban arcadas.

La luz plateada de la Luna bañaba el pasillo del Corredor de Gunhilnda de Goorsemor en el Tercer Piso.

- De todos los alumnos del castillo – una voz profunda le hizo alzar la cabeza – la última persona con la que esperaba toparme es con la Princesa Sabelotodo de Gryffindor.

El profesor Snape se encontraba sentado en el alfeizar de una de las ventanas. Ni siquiera la miraba, su mirada estaba perdida en el cielo estrellado.

- No me considero ninguna princesa señor – respondió respetuosamente. Sus negras orbes se posaron sobre ella y un escalofrío recorrió su espalda.

- ¿Qué la trae por aquí, Granger? – ella ignoró su pregunta – Es demasiado tarde para que una joven ande deambulando por los peligrosos pasillos.

- Hay aurores por todos lados – puntualizó para llevarle la contraria. Esto ni siquiera inmutó al profesor de Defensa.

- Si los aurores fueran solventes yo no estaría ahora en este pasillo.

- ¿Por qué? ¿Acaso representa un peligro para alguno de nosotros?

- Podría ser – respondió sin pensarlo demasiado.

El docente no se explicaba por qué estaba hablando con ella en lugar de castigarla y mandarla derecha a su cama.

- Le acompañaré a su torre – se incorporó con pesar.

- No deseo pasar la noche en mi torre, Señor.

- Mala suerte para usted – comenzó a caminar en dirección a las escaleras más cercanas –. Por el contrario, para mí usted es la última cosa en mi lista antes de volver a mis aposentos.

- ¿Podría acompañarlo?

El profesor se quedó de piedra en aquel momento. ¿Acaso esa chiquilla sabía qué le estaba proponiendo? No, seguramente sería su necesidad la que pensaba por él.

Encuéntrame ~ SevmioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora