Anteúltimo capitulo.
Damián ya conocía todos los pasos que debían seguir para lograr escapar de aquel maldito lugar, iba a ser un camino muy largo pero todo iba a valer la pena si lo lograban. Días sin dormir, haciendo buena letra frente a los guardias y los demás reclusos para que no sospecharan. Él y Matías debían controlar los ataques de irá de Monzón así que cuando esté intentaba pelear se lo llevaban a la celda a garchar, la única forma de distraerlo.
Su primera tarea no iba a ser fácil, debía volver a ver a Daniel para entrar droga una vez más, mucha más que la última vez. Y sabía que con Daniel no iba a ser gratis, el enano le cobraba con sexo cada vez que iba. Eso era mejor mantenerlo en secreto porque dudaba que a sus compañeros les agradara la idea ya que lo habían proclamado como suyo.
Daniel saltaba sobre él completamente cegado por el placer, Dam también disfrutaba el momento, no era idiota y le gustaba el sexo, mucho. Luego de dilatarse lo suficiente con ayuda del otro fue hora de poner la cocaína en su ano, como siempre al salir del vis a vis quien lo esperaba era el oficial Palacios quien no chequeaba si llevaba drogas o no. Esta vez tuvo que meterse cinco paquetes cuando generalmente pasaba dos, ardía como el maldito infierno y cualquiera que lo viera caminar diría que Daniel le había entrado a él y no al revés.
Al volver a la celda entrego todo lo que debía a Monzón quien rápidamente lo dividió y salió a venderlo, necesitaban juntar el dinero suficiente para que cada uno tuviera con que sobrevivir las primeras 72 horas hasta que un conocido suyo les sacará del país.
Dos días más tarde era hora de comenzar, habían pagado mucho plata a Sauthier y Tobar para que iniciaran un alboroto masivo a la hora del almuerzo. La cárcel se había convertido en un caos completo, presos exigiendo mejores condiciones de vida, una comida aceptable que no pareciera caca de pájaro.
Sin que los demás lo notaran salieron del comedor, muy despacio, sin generar sospechas, poco a poco, uno por uno hasta que finalmente se encontraran los tres y ahí estaba Palacios preparado para ayudarlos a salir. El despelote en el otro salón era tan pero tan grande que hasta los guardias que cuidaban puertas con cerraduras eléctricas y los que miraban las cámaras de seguridad debieron abandonar sus puestos. Los reclusos habían matado a un policía, así que debían salir de allí rápido antes de que alguno se percatara de su ausencia.
Palacios hizo que una tras otra las puertas se abrieran, fue tan simple, tan sencillo pero sin embargo lograr que cada uno de los que debían ayudarlos colaborara le habían costado a Monzón unos tres años de sobornos pero había valido la pena, estaba a un par de días de volver a ver a su familia, Spallatti iba a poder cobrar venganza contra los seguidores de aquel que asesino a su hermano y LaFuente iba a volver a trabajar para su jefe: Lombardo.
Salieron por la puerta donde se sacaban los desechos, allí los esperaba una 4x4 negra con una patente robada, era manejada por nada más ni nada menos que Ribba. Manejo por al menos cuatro horas hasta que llegaron a un hotel de mala muerte, bajaron del auto un par de kilómetros antes para llegar andando a pie en caso de que en televisión saliera en que habían huido. Una vez dentro era hora de cambiar su aspecto físico, primero Mauro tiño su cabello de negro, alguien con el pelo gris era muy fácil de identificar, Spallatti rapo su cabello dejándolo muy cortito mientras que Damián decidió arriesgarse y conservo su aspecto físico intacto. Su ropa también se modifico, jeans azules y remeras comunes sin tantos colores para no llamar la atención.
Después de todas las modificaciones prendieron la televisión, canal tras canal aparecían sus caras. En pocas horas se habían vuelto los criminales más buscados del país, entre risas y locura por haberlo logrado hicieron el amor de forma lenta y pausada disfrutando el cuerpo de los otros porque ninguno era idiota sabían que debían separarse por un largo tiempo si querían tener más chances de sobrevivir allí afuera. Mauro confeso que se había enamorado de ambos jóvenes y esperaba volver a encontrarlos pronto en su camino.
Durmieron un par de horas y había que seguir la travesía para llegar a chile, lejos de las autoridades argentinas. Llegaron al puerto de Buenos Aires, cada uno debería tomar un barco distinto para llegar a diferentes ciudades del país vecino, ya era de noche y había poca iluminación en el lugar.
Creyeron que nadie los seguía, creyeron haber perdido a los oficiales, creyeron que todo saldría bien pero vamos, eran criminales huyendo de la justicia ¿qué podía salir bien? Primero las escucharon a lo lejos pero se iban acercando rápidamente, las sirenas policiales.
Debían separarse antes de lo espero si deseaban que alguno ganara, compartieron un beso desesperado entre los tres, se dijeron cuanto se aman. Y corrieron en tres diferentes direcciones podían oír a las fuerzas especiales ordenándoles por el megáfono que se entregaran y cosas así.
Damián corría, el puerto estaba lleno de conteiners que le facilitaban esconderse pero sentían los pasos ajenos más y más cerca, ya no sabía a dónde huir. Encontró uno de ellos abiertos y se metió allí con la intención de despistar a quienes lo seguían para luego escapar.
No esperaba que Lit hubiese tenido la misma idea de que él y encontrarlo dentro, se miraron y se besaron como si la vida dependiera de eso y entonces lo inevitable paso.
— ¡Manos arriba! — grito el oficial al mando — ¡Ahora!
Hicieron lo que les pidieron, querían escaparse pero no quería morir así que desafiarlos no era una opción válida. Primero esposaron a Monzón y cuando llego el turno de LaFuente la puerta se abrió.
— Todos afuera — grito una voz conocida, demasiada conocida para el gusto de los muchachos.
— ¡Hijo de puta! ¡Nos vendiste! ¡Con la guita que te pague! — vocifero Mauro cuando se dio cuenta de que quien había hablado era nada más y nada menos que Palacios.
— ¿Estás seguro que fui yo? ¿No pensaste que fue alguien más? ¿Quizá alguien a quien creías conocer?
— ¿Dónde está Ecko? — pregunto alterado Dam
— Tranquilo, tranquilo, tu amiguito está bien cuidado — fue el turno de Dani de aparecer en escena.
— ¿Qué mierda está pasando acá? — grito Monzón — ¡Aléjate de él la concha de tu madre — comenzó a forcejear al ver que el arma que portaba Palacios se acercaba a la frente de Damián.
— Soltalo — ordeno Ribba al oficial que sostenía a LaFuente, mostro una credencial — Agente secreto de la fuerzas argentinas.
Mauro grita y puteaba rogando que no mataran a su compañero, no quería esa final para él pero cuando el arma se poso sobre su frente, no hubo disparo. El arma fue agarrada por Dam quien apuntaba a la persona equivocada.
Damián LaFuente apuntaba a Mauro Monzón.
— Quisiste jugar con fuego Lit Killah — había una sonrisa cínica en su rostro — Jugaste con fuego toda tu vida pero a mí me criaron para atraparte Monzón y lo logre — mostro su credencial — Agente secreto de la fuerzas argentinas. Y este es el final de la era Monzón.
La mente de mauro iba a mil revoluciones por segundos, ¿se había enamorado de quien fue enviado para cazarlo? ¿Tan estúpido fue para no darse cuenta que debía desconfiar? ¿Daniel y Mateo también eran parte de esto? ¿Ecko donde estaba?
¿Y ahora que iba a pasar con él?
Sin editar. ¿Preparados para el capitulo final?
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PIOTRKÓW || Damlitcko [COMPLETA Y EN EDICIÓN]
FanfictionLa prisión de Piotrków aloja a los reclusos más peligrosos del país. Con un régimen de disciplina y rehabilitación fuera de lo común busca que los reclusos no reincidan una vez fuera de ella. Aunque, dentro de ella muchas cosas pueden esconderse...