¿Vivo o muerto?

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Alison

Globos, comida, algunas serpentinas, bebidas, frituras, una rubia corriendo por todos lados...

Esto era un caos. Mi casa era un caos.

Todo por una ojiazul, que al parecer pretendía sorprender a Ashton.

—Más arriba. —indico la chica a Connor, quien estaba subido en una pequeña escalera, colgando un letrero en la sala, que citaba "Bienvenido Ashton". Blake sosteniendo el otro extremo del letrero, subido en otra pequeña escalera, trataba de mantener el equilibrio y acatar todo lo que ordenara Gillian.

—Gillian, ya se ve bien así. — replico el chico, cansado.

—Entiéndelo. Todo debe quedar perfecto. — respondió la chica mirando desde abajo, calculando el ángulo perfecto del letrero. — Ahí es perfecto. — aplaudió, emocionada.

—Parece que quieres impresionar al oficial. — agrego el rubio, bajando de la escalera.

—Tal vez... — dijo la chica con autosuficiencia.

—Se supone que yo soy tú "algo", no ese tipo.

—Por favor Connor, entre tú y el sexy policía, tú llevas las de perder. — intervino Oren.

—Oren tiene razón. — confirmo la chica.

—Lástima... — Connor se acercó a Gillian, quedando frente a ella. — Tú no le interesas en absoluto. Pierdes tu tiempo. Él no te mira de la manera en que lo hace con cierta castaña. — concluyo, desafiante.

Todos me miraron. Me quede estática. Con el tazón de palomitas en las manos. Mire a Gillian, no había emoción alguna en su rostro, estaba herida, pero no lo demostraría.

—Tal vez no me mira de esa manera. Pero sabes... — toco el pecho del chico con su dedo índice. Altiva le dijo. — Él puede tenerme. Incluso si tengo que embrujarlo para que me mire. A diferencia de ti, él sería mi primera opción, no tendría que rogar, ni arrastrarse como tú lo hiciste por mí. Él podría tenerme, o más bien, yo podría tenerlo a él. No te confundas cariño. Tú no me tienes a tus pies. Yo te tengo doblegado a los míos. Yo no te necesito. Tú me necesitas a mí.

El chico trago en seco, la miro, pero no dijo nada. No sabía si se había quedado sin palabras, o le había dolido escuchar lo que parecía ser la verdad.

Deje el tazón de palomitas en la mesa. — Debemos apurarnos. Ashton llegará en cualquier momento. — avise, tratando de dispersar la tensión presente en el ambiente.

Me dirigía a la cocina, cuando una rubia me jalo y me hizo subir las escaleras con ella.

Llegamos a mi cuarto. En la cama había una bolsa de papel, la chica la tomo y me la tendió.

Saque la prenda que se encontraba dentro. Un lindo vestido color vino yacía en mis manos. La miré sin entender.

—No esperas recibir a Ashton con esa ropa o ¿Sí? — explico, mirando incrédula mi atuendo conformado por unos jeans y una sudadera.

—Gillian esto no...

— ¿No es una buena idea? — contesto, altiva. — Tenemos un plan. Debemos hacer todo por llevarlo a cabo. ¡Vístete! —ordeno, dejándome sola en la habitación.

Me cambié. Sabía que no tenía alternativa. Esto era justo lo que teníamos que hacer.

Me miré en el espejo. No me veía mal, el vestido me sentaba demasiado bien, pero tenía un problema, era demasiado corto para mi gusto. Toque mi clavícula, no había ninguna gargantilla, extrañaba tanto la que había perdido.

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