¿F de Fiesta o de Foster?

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Alison

Oren y yo nos encontrábamos sentados en las gradas. Todo transcurría como un jueves normal, teníamos clase libre, la última clase del día. La señorita Hastings no había asistido, así que el chico y yo habíamos decidido pasar nuestro tiempo restante hasta la salida en las gradas del campo de fútbol.

Nos situamos en la primera fila, Oren fumaba un cigarrillo a mi lado, mientras mirábamos el hermoso cielo azul y jugábamos a tratar de encontrar las figuras en las nubes.

—No crees que ya estamos bastante grandecitos para tratar de encontrar figuras en las nubes. —resoplo el ojiverde a mi lado.

—Relájate amargado— respondí divertida. —Era nuestro pasatiempo favorito cuando éramos pequeños. ¿Lo recuerdas? — el chico de sedoso cabello azabache asintió vagamente. — Hazlo por los viejos tiempos. Hazlo por mí. — complete mirando sus ojos y haciendo un puchero.

—Está bien "bichito". — murmuro con sorna.

Indignada lo miré y viré los ojos recordando.

Cuando éramos pequeños nos dejaron un proyecto en el colegio respecto a nuestro insecto favorito. Pase días enteros en el jardín de mi casa tratando de descubrir que insecto podría ser mi favorito, hasta que por fin lo encontré. Era una especie de bicho largo, verde, un tanto regordete y colgaba de una rama, no era muy lindo que digamos, pero decidí que sería el adecuado. Pase horas moldeando a mi bichito como yo le había puesto, con plastilina verde, quería que quedará perfecto, agregue algunos detalles para que se viera bien, incluso compré pinturas de color café y amarillo para qué quedará lo más parecido a aquel bichito del jardín.

Llego el día de la entrega, la mamá de Oren nos llevó en auto al colegio como de costumbre. Fui demasiado meticulosa con mi proyecto, lo cuidé en cada momento. Antes de que llegara la hora de entregarlo fui al sanitario, encargándole mi bichito al pelinegro. Pero, el muy descuidado según él, sin darse cuenta tiro mi proyecto y lo aplasto con su mochila. Cuando lo buscó en la mesa que compartíamos y no lo encontraba, se dio cuenta que lo había aplastado, deformando mi trabajo, tratando que no me enfadara y no me diera cuenta, él trató de darle forma a su entender, arruinando todo.

Cuando regresé, la maestra se acercaba a nuestra mesa y cuando vi mi proyecto, era una masa de color café. Peor aún en lugar de tener forma de bichito de alguna manera extraña tenía forma de un miembro masculino.

Lo miré demasiado enfadada, casi asesinándolo con la mirada. Él rodeó la mesa y arrodillándose me rogó que lo perdonará, me dijo que no era su intención, llorando abrazado en mi pierna me imploro que no dejara de ser su mejor amiga.

Trate de entenderlo, pero en ese momento la maestra paso por nuestra mesa y vio horrorizada lo que había quedado de mi proyecto, me pregunto que era, respondí con toda la inocencia del mundo que un bichito, en ese entonces no tenía ni idea de qué forma tenía y me reprobó diciendo que era una falta de respeto para su clase.

Tiro mi proyecto a la basura y nos sacó de la clase, total, Oren no había entregado nada. Saliendo del salón me puse a llorar no sabía el porqué de la reacción de la maestra, hasta que Oren me explico todo y desde ese momento en las ocasiones que algo se relaciona con cierta parte de la anatomía de un hombre o el chico recuerda ese momento se burla de mí.

—Jamás lo vas a superar ¿cierto? - pregunté con cierto hastío.

—Nunca. —sonrió despreocupado.

Puse los ojos en blanco y suspiré. Nos quedamos unos segundos en silencio hasta que Oren agrego.

—Imagínate. Cuando por fin estés con tu príncipe azul, estén a punto de hacerlo y te pregunte ¿Qué quieres? Y tú digas "bichito". — el idiota soltó una sonora carcajada, mientras que mi rostro se ponía rojo de la vergüenza.

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