Caught

Solo fue una Pesadilla...

Alison

Corrí a abrir la puerta de la casa, alguien tocaba el timbre insistentemente.

Abrí la puerta mientras 3 chicos entraban serenos a la casa. Los vi pasar con toda la confianza del mundo, ni siquiera pidieron permiso para ingresar.

Me quede en la entrada, estática, estupefacta, todavía sosteniendo el pomo de la puerta.

— ¿Qué hacen aquí? — pregunte, sorprendida.

—Yo estoy bien, gracias. ¿Puedo sentarme? — la rubia se encaminó a los sillones, ni siquiera espero una respuesta, ocupo lugar en el sillón y se dejó caer cómodamente.

— ¡Qué manera de recibirnos, castaña! — hablo Connor, haciéndole segunda a la chica.

Hice ademán de cerrar la puerta, pero la rubia detuvo mi acción.

—No cierres, Blake viene detrás.

El chico llegó corriendo y se detuvo en el umbral.

—Hola, ¿Puedo pasar? — bueno, al menos había alguien con educación en el lugar.

—Adelante. — sonreí, cohibida.

Cerré la puerta y vi a Oren saliendo de la cocina.

—Este yogur griego es demasiado bueno. Tu madre deberá comprar más. — el pelinegro disfrutaba del yogur empinándose el envase. Se dirigió al sillón individual de la sala y subió los pies a la mesita de centro.

Me quede atónita mirando todo.

— ¿Cómo demonios entraron? — pregunte, sin entender esto.

—Por la puerta querida ¿Acaso no las conoces? — respondió la rubia, burlona.

Vire los ojos. — No me refiero a eso. ¿Cómo burlaron la seguridad?

— ¿Seguridad? Un candado en la reja no cuenta como seguridad, linda. — se burló Connor.

—Me subestimas, pequeña Ali. Burlar un candado con un pasador es una de mis tantas habilidades. — se vanaglorió Oren tomando el control y prendiendo la televisión.

—Bien, aclarado eso. ¿Qué demonios hacen aquí? — pregunté con las manos en la cintura.

—Que anfitriona tan enojona. — expreso un rubio.

— ¿Anfitriona? — pregunté sin entender.

—Creímos que sería buena idea hacer una pijamada hoy. — explicó Gillian.

— ¿Una pijamada en miércoles?

—Claro, para que esperar al viernes si ya nos tienes aquí. — agrego Oren.

—Mañana hay clases y...

—Si te refieres a la señora Hastings, no te preocupes. No irá mañana. — aclaro Gillian.

— ¿Cómo lo sabes?

—Mi hermano se encargará de ella. — respondió la ojiazul sin darle importancia.

—Además Blake insistió en no dejarte sola desde que recibiste la nota. — agrego el pelinegro. Mire al castaño que se encontraba a mi lado, mientras él miraba sus pies, algo ansioso.

—Gracias. — respondí sincera, algo de compañía no me haría nada mal.

—Y bien ¿Qué esperas? — me miró una rubia desde el sillón. La observé sin entender. — Las palomitas no se van a hacer solas, querida.

—Entonces ¿Por qué no estás preparándolas? — contraataque. La chica viró los ojos.

—Porque yo voy a buscar una película digna de ver. — contesto con sorna. Se acomodó en respaldo del sillón mientras tomaba el control para ver la cartelera de películas disponibles.