Cap. 3 Nuevos comienzos.

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Los siguientes meses decidí esperar para decirle a mi padre con respecto al viaje y preferí enfocarme en mi plan de vida. Me preparé para volver a la escuela, metí mi solicitud y recuperé mi rutina que me gustaba demasiado y de algún modo me mantenía ocupada para bien: asistía a mis terapias, iba a natación, hacía revisiones médicas para mantenerme sana, incluso la relación con mi padre se mantenía estable visitando sus grabaciones de vez en cuando o compartiendo comidas y momentos juntos lo que me alegraba mucho y me ayudaba a ver mi vida de un modo mucho mejor.

Después de llevar algunos meses en mi rutina me sentía más feliz, estaba preparada para dar los siguientes pasos en mi vida y uno de ellos era la escuela, así que quise arreglar mi escritorio que tenía lleno de basura, pero ya no más, acomodé mis libros, papeles, plumas, materiales, todo para que mi espacio de estudio fuera un verdadero espacio para mí. Una vez que estuvo todo listo me metí a darme un baño caliente y al salir puse música mientras me cambiaba, al quedarme con ropa interior me sentí por un momento más segura, había perdido el gusto de verme al espejo, me sentía avergonzada por todo lo que había hecho y lo que me había pasado y verme en el reflejo era algo que no podía por más que quisiera, pero por un momento todo eso cambió y me vi al espejo. Meses atrás había parecido un muerto en vida, pero cuando me vi era como si de un momento a otro hubiera cambiado, me veía más ancha de las caderas "es por natación" nunca había sido una mujer esbelta, pero me veía un poco más delgada que de costumbre, mi cabello lucía bastante largo por que no había prestado atención en cortarlo, el color rubio que tenía anteriormente ya no existía más que en las puntas y mi cabello castaño y ondulado se dejaba ver, mis ojos ya no se veían tan ojerosos. Todo en mi parecía verse diferente, me sentía bien y era algo gratificante, pero por un momento me detuve en mis cicatrices, no todas eran tan grandes ni tan notorias pero mi rodilla si, esa cicatriz era más grande, más notoria y era la que menos me gustaba ver, eso me hizo sentir un pequeño ataque y voltear mi vista a otro lado, no me sentía tranquila y por alguna razón se me hizo fácil marcarle a la doctora Abigail.

- Andrea, ¿pasa algo?

- Lo siento, es solo que... Me vi al espejo y me sentí bien al verme, pero vi mi cicatriz y... - La voz se me cortó. - no me había visto con tanto detenimiento y me estaba sintiendo bien, todo parecía andar bien hasta que los recuerdos me golpearon con fuerza.

- Andy. - Soltó un suspiro. - Recuerda que es un proceso y parte de ese proceso es respetar tus tiempos y tus límites, está bien si tuviste un buen momento, está bien si aún te cuesta verte por completo, lo importante es que diste un paso adelante.

- Aún no me siento preparada para que alguien más lo note.

- Tranquila, ya te sentirás un poco más lista después, hoy alégrate por el paso que diste.

- Bueno, al menos me di cuenta que necesito hacer un cambio de estilo, quizá vaya a la estética después de ir a la universidad.

- Muy bien Andy, los pasos que des deben ser importantes para ti, ahora descansa.

- Descanse doctora.


A la mañana siguiente me preparé para ir a la universidad y preparar mi reinscripción escolar, me arreglé lo mejor que pude después de mucho tiempo, aún me sentía incómoda con usar pantalones cortos o algún vestido, pero me peiné y me maquillé como hace mucho que no lo hacía. Bajé a desayunar con mi padre quien al verme se sorprendió y me sonrió.

- Me siento orgulloso de ti. - Tomé las llaves del auto y salí en dirección a la universidad. Una vez llegando ahí sentí un ligero pánico, recordando lo que había pasado, pero tomé valor y entré. De pronto un escalofrío recorrió mi cuerpo y noté que frente a mí a lo lejos venía caminando mi supuesto amigo, no había notado mi presencia hasta que estuvo lo suficientemente cerca de mí, se detuvo y se me acercó.

En algún lugar de LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora