En algún lugar de Londres

Cap. 20 Burning love.

Después de la plática con Sophie me quedé pensando un poco más las cosas, dejé que mi cabeza y todo se calmara y después del resultado que había tenido en la obra me sentía parte de algo, quizá no serían muchos meses los que tendría que seguir en la obra para cumplir con mi trabajo con formalidad y si era verdad lo que Sophie decía sobre la obra Scarlett se quedaría más días de lo planeado.

Dejé reposar mis ideas, mis sentimientos y cuando lo pensé decidí marcarle a Bill para hacer de su conocimiento que me quedaría hasta el final de la temporada pero que tendría que partir por un nuevo proyecto, me entendió a la perfección y me volvió a felicitar por los resultados de la obra.

Cuando terminé de cenar me di cuenta que habían pasado demasiadas cosas en tan solo las últimas 48 horas, había tomado demasiadas decisiones, movimientos y de todo, incluyendo cosas buenas y aunque aún estaba triste podía decir que no me sentía derrotada, ni desbastada o algo peor, pero si me sentía demasiado cansada tanto física como emocionalmente y en lo único que pensaba era que tenía que poner el freno por un instante y respirar. Tomé mi almohada y mi frazada para irme a ver una película en la sala, quizá eso no era la manera de olvidar todo, pero para mí era una manera de despejar mi mente por un breve momento.

Mientras la película avanzaba empezaba a sentir el peso en mi cuerpo, el sueño me invadía lenta y constante hasta sentir que mis ojos se cerraban solos, de pronto escuché un ruido haciendo que me despertara de un salto, no sabía que había sido y creí que quizá había sido mi inconsciente, me levanté del sofá para irme a mi cuarto pero de nuevo volví a escuchar el ruido, era de la puerta pero al ver la hora pensé si debía abrir, decidí ignorarlo pero mi teléfono empezó a sonar, al ver quien me hablaba mi corazón se aceleró, era Tom y de nuevo volvieron a tocar con más insistencia

- Andy... - Sentí como mi estómago caía hasta el piso al escuchar su hermosa y aterciopelada voz del otro lado de la puerta, sentí que perdí el sentido de la realidad, pero era verdad, Tom era el que estaba tocando. - Por favor preciosa ábreme, debemos hablar... Necesito que me escuches, por favor. - Mi corazón aún dolido sentía tantas ganas de no abrirle, pero su tono de voz era diferente, sonaba triste y como un imán me atrajo hacia la puerta y la abrí lentamente. Estaba parado ahí, en el umbral de mi puerta, su rostro se veía decaído, sus hermosos ojos azules cristalizados como si hubiera llorado, no había sonrisa en sus labios, incluso lucía desaliñado, como si no se hubiera cambiado de ropa desde la última vez que lo vi. Me había quedado muda, no sabía que decirle, solo le hice una señal para que pasara, entró al departamento y se quedó parado, viéndome cerrar la puerta, traía consigo una chamarra, por un momento el ambiente se volvió pesado. Duramos varios minutos callados, hasta que ya no pude resistir más de ese intenso momento.

- ¿Qué haces aquí Tom?

- Necesitaba verte para saber que estabas bien. - Se acercó a mí lentamente, como si la distancia que teníamos fuera demasiado grande, dejó caer su chaqueta al sofá y pasó sus manos por mis brazos. - Y necesitaba que me escucharas, sé que no tengo justificación alguna por mi comportamiento, fui un imbécil por dejarme llevar por malos entendidos y a cambio te traté de la peor manera. - Bajó sus manos lentamente hasta tomar las mías, sentí como las yemas de sus largos dedos recorrían mi palma hasta entrelazarlos con los míos en un intento de tenerme un poco más cerca. - Pero si crees que es tarde quiero que sepas que no pretendo irme de este lugar sin antes haber luchado por ti. - Apretó mis manos. - Por nuestro amor.

- Tom... - Se me corto la voz, sentí un nudo en la garganta que me hacía querer romperme.

- Por favor... solo. - Levantó mi rostro con delicadeza para verme a los ojos. - No me alejes, por lo que más quieras no lo hagas, te necesito. - Sus palabras me hacían mil pedazos, no quería romperme frente a él, pero fue inevitable.