Cap. 17 Sueños de una noche de verano.

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Desperté por culpa de un ligero mareo, quizá era aún por el alcohol, abrí los ojos y pude ver que aún era de noche, la oscuridad invadía gran parte del cuarto pero aún con ella pude notar la presencia de Tom, aun dormía con uno de sus brazos arriba de mi cintura, me acerqué aún más a su lado hasta quedar a milímetros de sus labios, podía sentir su respiración y el aroma de su loción en su ropa, le di un pequeño beso y volví a acomodarme, por un instante sentí un hueco en el estómago, sentía miedo, sentía amor pero también tenía muchas dudas y como si hubiera despertado de un mal sueño solté unas lágrimas, en eso sentí como Tom se movía y traté de hundir mi rostro en su pecho para que no me viera, pero fue inútil.

- ¿Andy qué pasa?

- Solo tengo miedo.

- ¿Por qué razón?

- Porque no quiero perderte. - Su rostro mostraba extrañeza ante mis palabras.

- No me perderás, te lo puedo prometer. - Secó mis lágrimas con sus pulgares mientras sostenía mi rostro y besó tiernamente mi frente, tomó mi cintura y me atrajo más a él, bajó su boca hasta la mía y me besó. - Eres mía y yo soy tuyo. - Sentí esas palabras en el aire como si fuera lo único que quería escuchar haciéndome que lo besara con un deseo desesperado por nunca separarme de él, pasé mis manos por su pecho y empecé a desabotonar su camisa. – Preciosa... - Decía tratando de controlar mis inquietas manos. – No creo que sea el momento, debemos hablar.

- Lo sé y créeme que tengo mucho que decirte, pero ahora no sabes las ganas que tengo de sentirte en mi piel, necesito sentirte en mi. – Se quedó dudoso de mis palabras.

- No creo que sea una buena idea, no sabes cuánto te deseo, pero no sé si sea...

- ¿Correcto? – Interrumpí tiernamente, me subí a sus piernas mientras sostenía sus manos para ponerlas sobre mis costados, seguí desabotonando su camisa para tocar cada pequeña parte de su piel viendo cómo se tensaba por no saber cómo actuar en ese instante.

- Creo que deberíamos parar... - Lo hice callar con un tierno beso.

- Tom tú siempre serás correcto y me encanta eso de ti, pero en este instante solamente deseo que me hagas toda tuya, quiero que sientas que soy tuya y nada más. – Mis palabras afirmaban tanto mi deseo por él que simplemente no pudo continuar hablando y volvió a tomarme para besarme con un deseo desesperado que sólo podía detenerse saciándonos el uno al otro.

- No sabes las ganas que tenía de hacerte mía desde que llegué. - Tomó mis piernas con fuerza y empezó a besar mi cuello mientras seguía hablándome ronca y pesadamente. - Pero hacerte el amor en ese estado de alcohol... - Soltó una risa. - Iba a sentir que me aprovechaba de ti.

- Soy toda tuya. - Relamió sus labios con una mirada llena de lujuria y deseo.

- Eres mía. - Volvió a besarme, cada vez más intenso que entre cada uno podía escuchar como gruñía de deseo, sus manos desenfrenadas quitaban mi ropa tan pronto como sus movimientos le permitían. Mi mente se nubló entre sus besos y sus manos delicadas al tocarme, necesitaba sentirlo, saber que era mío, dejé que saboreara cada parte de mi piel, que sus manos tocaran todo de mi sin ningún pudor dejándonos llevar por el calor de nuestros cuerpos encontrándose el uno al otro.

Nuestros besos y caricias recorrían ambos cuerpos, Tom me seducía con facilidad, me hacía sentir segura en sus brazos, tomó mis piernas rodeando su cadera mientras se colocaba sobre mí y besaba lo largo de mi cuello hasta mi clavícula, de un momento a otro entró en mi con suavidad haciéndome soltar un ligero gemido de placer en su oído.

- Tu voz me enloquece por completo. - Decía con su voz ronca mientras sujetaba mi muslo entrando lentamente con suaves movimientos que me hacían deleitarme. Su cercanía era embriagadora, podía sentir como apretaba sus largos dedos en mi piel y yo tomaba sus hombros con mis manos dejándolo escuchar cada gemido en su oído, haciéndolo excitarse aún más.

En algún lugar de LondresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora