Una luz cálida empezó a invadir el cuarto, Tom se encontraba dormido con un brazo bajo la almohada y otro sobre mí espalda. Se veía tan perfecto así, tan tranquilo que solo podía verlo descansar, me acomodé a su lado acariciando delicadamente su cabello para intentar no despertarlo, pero ni lo logré y empezó a moverse. Abrió despacio los ojos y me miró con una tierna sonrisa.
- Buenos días preciosa. - Dijo mientras me acercaba más a su lado. - ¿Dormiste bien?
- Increíble ¿Qué tal tú?
- Como nunca, pero porque no sabía lo que era dormir a tu lado hasta ahora. - Me dio un ligero beso mientras se paraba de la cama rumbo al baño, yo solo podía ver su hermosa piel blanca y aterciopelada que se encontraba completamente desnuda, caminando con naturaleza "esto es algo que nunca podría terminar de encantarme", Me estiré para tomar mi teléfono y cuando vi la hora salté de la cama.
- Carajo. – Dije asustada provocando que Tom saliera del baño con solo una toalla cubriendo bajo su abdomen.
- ¿Qué ocurre?
- Ya es muy tarde y tengo que estar 20 minutos preparando el taller. - Me vestí a toda prisa.
- Pero no puedes irte así.
- No tengo de otra Tom, no puedo fallar en esto.
- Por lo menos te acompaño. - Dijo mientras tomaba un pantalón deportivo y una sudadera. – No podrás salir de aquí tan pronto si no te llevo yo.
- Gracias. - Salí del cuarto poniéndome los zapatos y solo vi como Tom se reía de mis intentos acelerados de vestirme. - No te burles y vamos.
- De acuerdo, como diga mi preciosa novia.
Cuando llegué a mi habitación faltaban 10 minutos, pues la cabaña de Tom era de las más alejadas, lo bueno que había un chico del staff en el muelle que nos llevó hasta el otro lado sin problema. Empecé a ponerme ropa limpia, me peiné con el cabello agarrado, lo más presentable que se pudiera mientras Tom me observaba, ya solo faltaba tomar mi carpeta.
- Lista, te ves preciosa.
- Eso dices siempre, pero hice magia con el tiempo.
- Bueno. - Decía mientras me tomaba de la cintura. - Para mí con todo o con nada te ves bien. - Me sonrojé y él acercó su boca a mi oído. - Aunque preferiría sin nada. – Susurró provocándome un estruendo en mi estómago. Lo besé y él me abrazó aún más, provocando que la poca ropa que traía encima hiciera que pudiera sentir con detalle más su cuerpo, después de la noche que pasamos juntos el imaginarme a Tom de todas las maneras posibles hacía que me sonrojara y ardiera en deseo.
- Tom. - Lo separé un poco de mí antes de perder el control. - Tengo que irme, se hace tarde y no puedo perder la cabeza ahora mismo por tus inquietos besos.
- Está bien, ya tendremos tiempo para esto. - Dijo con picardía mientras tomaba con fuerza mi cadera. Me besó por última vez y salió de mi habitación, me quedé bobeando por un instante, reaccioné para tomar mis cosas y salí de ahí.
Después del taller había quedado con Scarlett para la comida, pues saliendo de ahí me quedé a otras actividades y no había tenido tiempo de verla. La vi sentada en una mesa del exterior riendo sin parar con Chris.
- Hola chicos qué tal.
- Hola Andy, perdona es que Chris me estaba contando su día.
- Descuida, imagino que tu día ha sido interesante.
- Así es, ¿quieres que te cuente? – Dijo aun guardando sus risas.
- Si te quedas a comer con nosotras sí. – Añadí sentándome en la mesa.
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En algún lugar de Londres
FanfictionAndy tuvo la oportunidad de ir a Londres, pero no sabía qué en el trayecto de su aventura se encontraría con Tom hiddleston. Esta historia es una novela de fanfic, diseñada para disfrutar de una historia paralela a la realidad, no todo el contenido...