Jisung apoyó las manos en la pared y asomó levemente la cabeza por la esquina del pasillo que daba a su cuarto. Lamentablemente, para su necesaria pasada desapercibida, la presencia del guardia personal que tenía el príncipe rondando en los pasillos no era una ventaja.
Changbin tomaba una hora de descanso para cenar a las ocho, por eso debía volver a esa hora, pues a las diez Jisung ya debería estar en la cama y encerrado entre sábanas, no sentado en un muelle casi desnudo con otro hombre al lado.
Oh, debería recibir mínimo un castigo, pensó el príncipe, apoyando su mojado cabello en la pared de casi cuatro metros que tenía detrás.
Su boca se abrió dejando escapar el aire de sus pulmones, necesitaba buscar alguna manera entrar a su habitación sin ser visto por el guardia, pues podía tener una buena relación amistosa con él, pero seguía sirviendo a sus padres, no a él.
Antes de que pudiera pensar en algo mejor que dormir en el establo, un cuerpo se paró a su lado en silencio, logrando que Jisung se sobresaltara en su lugar y casi cayera al suelo por el susto.
Hyunjin tenía una manzana en su mano y una ceja elevada en su rostro mientras le miraba sin ningún tipo de disimulo la camisa al revés que llevaba puesta y el girasol lastimado en una de sus manos.
—¿Puedo preguntar qué fue lo que pasó? —preguntó el menor, dando un mordisco a su manzana y sonriendo mientras masticaba. Jisung quería que el suelo se abriera en dos y se lo tragara en ese instante.
—¿Si digo que no realmente te callarás?
—No, obviamente no. Era una pregunta por cortesía. ¿Eso es un girasol?
—¿Qué haces despierto? —evadió Jisung, volviendo a tranquilizar su corazón y acomodándose en una pose firme de nuevo.
—Siempre estoy despierto a esta hora, es el mejor horario para leer, mientras nadie más está despierto —contestó el menor, su boca se abría mostrando la manzana que aún no se había tragado. Jisung hizo una mueca de asco—. Y ahora qué sabes mí secreto, quiero saber el tuyo.
—Hay cosas de las que no necesitas enterarte, Hyunjin. Solo... ve a leer a otra parte, por favor —pidió el mayor, volviendo a asomar su rostro por el pasillo y asegurándose de que Changbin seguía ahí sin escucharlos.
—Oh, no puede ser. —Hyunjin tapó su boca con la manzana—. Saliste del castillo. Es decir, es obvio. Tienes la camisa al revés y hay tierra en tu brazo. Además, te falta un calcetín y tu cabello está mojado. —Hyunjin señaló cada uno de los puntos con una mirada curiosa, Jisung le pidió en un gesto rápido que se callara.
—Hyunjin, de verdad. Deja de sacar conclusiones.
—Voy a tener que darte clases de disimulo —soltó el menor, sin darle mayor importancia a los reproches de su hermano—. ¿Cómo pudiste olvidar un calcetín? ¿No tienes frío?
—Bien —bufó Jisung, dándose la vuelta a mirar con el ceño fruncido a Hyunjin—. ¿Qué quieres para guardar silencio?
Hyunjin dio un saltito de emoción y se tapó la boca como si todo ese secreto fuera algo emocionante. Jisung rodó los ojos.
—Dime a qué fuiste. Dímelo, por favor.
—Salí con alguien. ¿Está bien? —aceptó Jisung para dejar atrás la conversación, pero Hyunjin comenzó a hiperventilar.
—¡Tienes un romance secreto! Creo que mí presión está bajando. Si, definitivamente voy a morir aquí mismo.
—¿Quieres callarte, Hyunjin? Se supone que nadie debe saberlo —pidió el mayor, llevando su dedo índice hasta sus labios para sisear con molestia. Hyunjin llevó su mano a su boca para reprimir un grito.
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Our Fairytale - [Minsung] [✓]
FanfictionLa ceremonia de antifaces daba inicio como una intacta tradición a fines de invierno en el gran castillo de Alsanne. Las etiquetas eran dejadas en la puerta y la pirámide de la vida se destrozaba para nivelar a todos los humanos en el mismo eslabón...