Eternos[Completa/borrador].

Capítulo 18.

Can't look back- machine gun kelly. 

Tenía los ojos cerrados y por una extraña razón me costó mucho trabajo abrirlos, todo a mi alrededor era extraño y me dificultaba respirar. No sabía dónde estaba, ni si era real o no, tampoco sabía que hacer mientras caía hacia el fondo. Como hundiéndome. Mientras mis pulmones no dejaban de expulsar aire yo era incapaz de recuperar algo para poder continuar respirando.

Cuando toque fondo abrí los ojos y por poco pego un grito por culpa del susto, pero hubiera sido inservible porque aunque nunca había estado en el mar sabía que me encontraba debajo del agua, por lo que un pánico a lo desconocido comenzó a hacerse con el control de mi cuerpo. Intente nadar sin saber hacerlo, intente buscar la superficie, pero al estar en el fondo casi no había luz y para terminar estaba sola, sin saber si el tiempo seguía corriendo o se había parado para mí.

De repente vi algo caer, después de que pareciera que el océano se acababa de abrir, a lo lejos, era Asher, no había duda de ello.

Luche por nadar hasta él, y avance un poco, pero algo me retenía contra el fondo y aunque él intentó también acercarse se veía como algo lo estaba apretando el cuello. Grité al ver como empezaba a ahogarse, mientras nada a nuestro alrededor se movía, y no dejaba de moverme en un intento por liberar mi pie y salvarlo. Porque debía salvarlo, o lo vería ahogarse delante de mis ojos.

Era incapaz, note como algo caliente se deslizaba por mi pierna y para cuando me quise dar cuenta la sangre que me había hecho al intentar desatarme, ya que estaba atada a algo que pinchaba, era una mancha roja a mi alrededor.

¿Así se sentía morir? ¿Era lo que estábamos haciendo? No sabía si era verdad o no pero podría ser una posibilidad. Una demasiado cruel, vernos morir el uno al otro mientras todo tenía lugar en el último sitio que queríamos visitar. El mar.

De la nada vi como Asher alzaba sus manos hacia mí, aunque estábamos a la suficiente distancia para que nos fuera imposible tocarnos. Lo vi sonreírme, incluso con la cara roja por la falta de aire era algo mágico verlo sonreír. Alce mis manos en busca de las suyas, como para sentir que estábamos juntos en esto sin llegar a tocarnos y cuando me quise dar cuenta una extraña luz salió de las manos de ambos, haciendo la distancia aún mayor. ¿Echándome hacia atrás? O,¿subiéndome a la superficie? No lo sabía, solo sabía que Asher había desaparecido de mi vista cuando me quise dar cuenta que alguien me echaba un cubo de agua por la cabeza, haciéndome despertar de repente sintiendo que me ahogaba como Asher había sentido en mi sueño.

Abrí los ojos con dificultad porque los tenía mojados, ahí estaba Asher, enfrente de mí tosiendo por el agua. Y en medio estaba él, T.

Ahora que había abierto los ojos y podía enfocar bien pude verlo detenidamente por primera vez. Era alto, rondaba los cuarenta, pero se notaba que era japones, ya que ni una sola arruga estropeaba su rostro, entre otras cosas, y las que podían hacerlo eran mínimas. Era moreno y tenía el pelo negro echado hacia atrás con algo de gomina. Luego llevaba un traje bastante ajustado que resaltaba su buena figura, mientras se ataba los gemelos levantó su cabeza para mirarme y sonreirme. Lo extraño es que tenía una sonrisa bastante bonita e incluso dulce lo que me acabó por provocar un escalofrío. Nada de su rostro indicaba la clase de persona que era, ni la forma de sus ojos, ni sus cejas pobladas, ni su bigote, ni siquiera los gestos que hacía inconscientemente. Todo en él era aparentemente normal y posiblemente eso era lo que más miedo producía de él.

T sabía de todo esto, jugaba con su apariencia y había acabado por hacer de esta su mejor arma.

— Ya ha despertado la bella durmiente, ¿has dormido bien, cariño? — me preguntó agachándose y pasando una mano por mi barbilla, quise darle una patada y alejarme, pero sabía que ni podía ni debía hacerlo. Por lo que lo único que pude hacer fue apartar la cara sin decir nada. Porque sí, estaba atada en una silla al igual que Asher, pero él no se pudo controlar tanto como yo, ya que se empezó a mover en la silla, intentando soltarse mientras le gritaba que no me tocara. — Asher, Asher, yo no haría eso, no tan rápido, contrólate un rato jovencito, o esto puede acabar muy mal muy rápido. — lo amenazó T mientras sus guardaespaldas, o lo que fueran, le ponían cada uno una mano en cada hombro de Asher para pararlo.