Capítulo 27.

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Pretty toxic revolver- Mgk(no está en spotify).

Pov Asher:

¿Por dónde empezar? Era una pregunta difícil teniendo en cuenta que en un primer momento se suponía que iba a estar un par de días y hoy, suponía, que hacía una semana desde que me fui.

Me gustaría decir que me había acabado acostumbrando, pero la verdad es que ni lo había intentado. Al final, si no estás hecho de cierta forma eres incapaz de acostumbrarte a este mundo.

Resumir esta semana sin dar grandes detalles y tirarme horas contándolo sería complicado, pero podría intentarlo.

Día 1: llegué a una casa más tarde de lo que pensaba, estaba llena y T me dejo sin decirme nada, hablaríamos al día siguiente fue lo único que me dijo. Me tiré en la cama que me habían asignado y me pasé toda la noche llorando, queriendo romper cosas por la rabia, y añorando a Hannae. Esperando que no le hicieran nada, esa noche me juré que haría todo lo que me pidieran si eso hacía que Hannae estuviera a salvo. Si tenía que convertirme en un asesino que más daba, ya estaba herido por dentro, un poco más de daño no me mataría.

Día 2: me desperté como una rosa, muerta, pero una rosa al fin y al cabo. T me llevó como si fuera yo una especie de trofeo y fue a pasearme de reunión en reunión, tenía que presentarme a sus otros altos cargos de la mafia. La verdad era que estaban bien organizados, parecían una empresa, ilegal, pero estaba claro que no lo eran. Solo les faltaba un publicista, ¿pero cómo se anuncia una mafia? No tenía ni idea. Después por la noche fuimos a una de sus discotecas, yo me quede la mayor parte vendiendo abajo, pero luego me dejaron subir al reservado. Hubiera preferido no subir ahí nunca. Podrías pensar que como eran narcos habría un montón de chicas de compañía, pero no, lo único que hacían era beber y planear asesinatos. Gran forma de terminar una noche. Una velada estupenda.

Día 3: aquí me mandaron a hacer un encargo, debía llevarle un paquete, de dudosa procedencia, a un tío importante. Me hicieron subir a su despacho y todo, no se creían que fuera de parte de T y lo entendía, esa era la gracia, que no me parecía a los tipos de T. Espere durante mucho tiempo a que me cachearan, un poco de más creía yo, pero no podía quejarme. Después hable con un señor muy majo al que le acababa de entregar varias armas. Gajes del oficio. Cuando al fin me dejaron irme ya era de noche, debía volver a la casa, la cual estaba en una colina de la ciudad. Era como una especie de Hollywood, bueno nunca había estado pero había visto pelis. Tenía que ir hacia allí, pero no pude. Cuando salí del edificio eche a correr sin mirar atrás y sin saber a dónde me dirigía, solo quería alejarme. Hacía mucho tiempo, cuando aún trabajaba con Kane, que no volvía a entregar cosas que ni sabía que eran. El desconocimiento era lo peor. Siempre había odiado esa sensación y esta vez no había sido diferente. Por lo que corrí y corrí, hasta que no pude más, y tuve que apoyarme sobre mis rodillas para coger aire, me tire al suelo y grité de la rabia soltandolo todo. Luego tuve que pagar un taxi para que me llevara a la colina, no tenía fuerzas como para subir andando.

Día 4: aquí no hice mucho, o sea vender y tal, pero todavía no había llegado el objetivo que T quería que yo les "llevará" por lo que aún podía tener la conciencia tranquila. Luego por la noche como plan estrella varios de los chicos que estaban ahí me llevaron a una carrera de coches, obviamente ilegal. Al principio me quede en una de las gradas, estábamos dentro de lo que podría haber sido un antiguo estadio pero ya sin césped. No estaba a gusto en ese ambiente, lo cual era entendible a la perfección, además no me gustaba estar con los hijos de los jefes. Yo no era uno de ellos, y se notaba, y venían las preguntas, las mentiras salían solas y yo ya estaba harto de mentir. Y había que tener en cuenta que nunca había tenido muchas oportunidades de socializar, por lo que no era mi fuerte.

Eternos[Completa/borrador].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora