Capítulo 28.

53 6 1
                                    

Dark paradise. - Lana del rey. 

Pov Hannae:

Estaba pasando los peores días de mi vida y lo estaba haciendo sola. Podría dejarme morir y nadie se daría cuenta, porque ya no me quedaba nadie. Y eso me aterraba, el pensar que podía pasarme cualquier cosa y que difícilmente alguien me echara en falta. Pero obviamente mi mayor miedo era por Asher, por si le pasaba algo y no volvía a verlo, por si lo alejaban de mí aunque no lo mataran o el terror de no volver a tener ninguna noticia suya nunca más. Habiendo sido el último beso que nos dimos el último de todos los que habíamos experimentado estos años, siendo una despedida definitiva y no un" te veo mañana, cuídate".

Me pasé los dos primeros días después de que Asher se marchara sin comer ni dormir y llorando en todo momento, llegando al punto de marearme por la falta de descanso y hambre, teniendo la sensación de volver a estar colocada. Sensación que no había echado absolutamente nada de menos desde la última vez.

Después de esos días de incesante llanto llegó la nada, ese sentimiento de vacío existencial que me hacía quedarme sentada en el suelo, en una esquina, cogiéndome las piernas y metiendo la cabeza entre ellas mientras no pensaba en nada ni sentía nada. Solo estaba ahí, dejando el tiempo pasar, sin ser capaz de asumir que lo que estaba viviendo si era real.

No sabía que era peor, si el no dejar de sentir que te quitaban la vida cada instante en el que lograba respirar o el no sentir absolutamente nada, dejándote en un estado casi vegetal. Ambas sensaciones era incapaz de deseárselas a nadie, ni a mi peor enemigo.

El cuarto día me lo pasé deambulando por la casa, con una camiseta de Asher puesta, ya que era lo único que me hacía sentir que volvía a abrazarlo, y un moño deshecho. Comí bastante, ya que era lo único que me producía algún tipo de sensación y estaba necesitada de estas.

A veces sentía que cuando no me daba cuenta Asher me llamaba, me gritaba un te quiero, un "Hannae ven aquí, que te necesito a mi lado", o simplemente le escuchaba cantar solo riéndose cuando lo miraba y sonreía. A lo mejor me estaba volviendo loca, porque después de no sentir nada acabé por sentirle a mi lado en cada instante.

Me reconfortó, aunque eso no dijera cosas muy buenas de mi estado mental. Me dio calma. El sentir que él seguía a mi lado, que aún no se había ido, o que si lo había hecho me daba fuerzas de seguir adelante. Necesitaba aferrarme a algo, a cualquier cosa.

Ese día dormí mucho y desde muy temprano. Estaba cansada por los días en los que no dormí por lo que no me resistí cuando el sueño acudió a mí. Y menos mal que me dormí, porque descubrí que en sueños podía volver a ver a Asher, podía volver a sentirlo y quise no despertarme nunca para poder quedarme a su lado. Ya que algo de mí empezaba a dudar si él seguía con vida, habían pasado muchos días sin noticias y aunque tenía esperanzas de que el peor final no fuera real no podía evitar pensar que dicha posibilidad existía.

Y fue esa noche cuando entendí que si se había ido, que si de verdad no volvía, yo no podía seguirle a ese lugar. Que no debía ir a buscarlo, que debía seguir luchando, salir adelante, conseguir todo por mi misma. Porque Asher no querría verme llorando, querría verme haciendo mi vida de la mejor forma posible. Aunque fuera difícil. Y aceptar la posibilidad me dio paz, el tener presente la muerte como algo que podía pasar me permitió no morirme de pena, yendo tras él. Porque aunque fuera todo lo injusto que yo quisiera estaba en su destino, y si este llegaba yo solo podía aceptarlo. Y dicha aceptación no impedía que lo siguiera queriendo como siempre había hecho.

Pero por mucho que lo aceptara, que mis creencias me dijeran que su alma estaba a mi lado, no podía evitar no quererme despertar de este maravilloso sueño. En el que podía tocarle la cara a Asher, en el que podía besarlo, escucharlo reír mientras me miraba con esos ojos suyos que solo sabían reflejar amor. Y que aprendieron a hacerlo gracias al amor que Asher me entregó desde el primer día, y que yo intenté alcanzar, devolviéndole lo que él me daba, intentando quererlo de la misma forma. Sin miedos, sin secretos, solo con comprensión, paciencia y cariño.

Eternos[Completa/borrador].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora