26.- Amigos

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Las cadenas envolvieron al objetivo dejándolo inmóvil, Kurapika había logrado detener a Killua pero no imaginó que Gon seguiría atacando.

— JAN... — inició la cuenta regresiva formando un halo de luz incandescente entre sus manos posicionadas, no parecía importarle que Kurapika estuviera en medio del camino — KEN...

Pero a Chrollo sí le importaba, no tuvo más opción que reaccionar y detener a Gon por la fuerza. Al poseer distintas habilidades en su libro no fué tarea difícil, escudó de manera eficiente el ataque, dispersando el fuego gracias a un escudo que robó a un miembro de la agencia.

— Ya nos habíamos visto antes, ¿porqué no te metes en tus propios asuntos, oficial? — renegó Killua sin miedo alguno hacia Kurapika a pesar de haber sido encadenado — te dije que tengo un permiso.

— Él tiene razón. — apoyo Chrollo ganándose una mirada escarlata asesina por parte del rubio.

— No soporto más esto, no puedo verlos destruirse. — confesó Kurapika con amargo pesar —  Killua, Gon, sé que no tiene sentido lo que voy a decir, pero son mis amigos, ustedes solían ser... mis mejores amigos.

— Yo no tengo amigos, jamás lo había visto. — negó Gon.

— Los asesinos no necesitan amigos. — gruñó Killua ofreciendo una expresión de odio irracional.

Kurapika sabía que ellos no podrían entenderlo, que ni siquiera era lógico contárselos, lo había dicho para sí mismo en voz alta, deseaba con todas sus fuerzas arreglar lo que cambió.

— Killua, todo estará bien. — dijo Kurapika acercando su cadena de radiestesia al cuerpo del asesino, la cuál apuntaba a su frente. Ahí estaba, la aguja que lo controlaba.

— ¿Qué está haciendo, oficial? — interrogó Killua nervioso al ver la mano del rubio acercándose a su rostro.

— Un último intento. — Con la cadena de absorción de habilidades extrajo del cuerpo de Killua la aguja que lo controlaba, instantáneamente los ojos asesinos se tornaron más claros y su cuerpo lleno de tensión se encontraba más ligero. — Ojalá pudiera traer sus memorias y demostrárselos, lo único que puedo hacer es hacerles ver que no miento.

El albino Zoldyck recobró el control de sí mismo, estaba asombrado, algo dentro de él desapareció, su convicción por obedecer las órdenes de la familia y su miedo descomunal hacia su hermano disminuyeron a sobremanera. Fué liberado.

— ¿Cómo sabías? — preguntó Killua desconcertado, perdiendo la voluntad de luchar.

— No me creas si no quieres porque tampoco sé cómo explicarlo — volvió a decir Kurapika en un nuevo intento de convencerlo — pero nosotros somos amigos. No vamos a seguir luchando contra ti.

— Amigos... — La palabra era todavía incomprensible para Killua, quien fue privado de establecer confianza con desconocidos, su hermano mayor le había inculcado que fuera de la familia sólo había dos clases de personas, los que deben morir y los que no deben morir.

— Kill, ¿qué estás haciendo? te encomendaron un sólo trabajo y lo has echado a perder. — Y claro. Apareció ahí para recordarselo.

— Tú debes ser el hermano mayor de Killua. — Recordó Kurapika con molestia manteniendo la guardia en alto.

— ¿Illumi? — reconoció Chrollo arqueando una ceja. Qué pequeño era el mundo para él.

— Ah, Chrollo, ¿qué hay? — saludó Illumi con poco entusiasmo.

— ¿S...se conocen? — titubearon Killua y Kurapika al mismo tiempo.

— Larga historia, asuntos pasados. — contestaron Illumi y Chrollo al unisono.

— Tenemos la orden de asesinar a Gon Freecss, muevanse del camino si no quieren morir también. — señaló Illumi olvidandose de formalidades.

Kurapika no quería ceder y Chrollo no se veía con ganas de pelear a muerte, para su sorpresa, no era necesario, un traidor se reveló ante su propia familia.

— Hermano, ya no lo haré. No seguiré asesinando. — dijo Killua irradiando nuevamente un aura llena de desprecio —  Oye oficial, ¿podrías liberarme? — pidió a Kurapika — confía en mi, ya no voy a matarlos... no a ustedes.

Al oír esto, Illumi soltó una carcajada, pensando que se trataba de una mala broma.

— No me digas que ahora traicionarás de la nada a tu familia porque un policía te dijo que son amigos. — se burló el hermano mayor.

— No, traicionaré a mi familia porque he recordado... — al ser liberado de las cadenas, el aura de Killua aumentó de forma inconmensurable, se habían desatado sus peores demonios —  lo mucho que los odio.

Otra oportunidad [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora