33.- Sigue vivo

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— Hey, ya nos habíamos visto, eres el chico del metro. Esa vez dijiste mi nombre, ¿cómo sabes quién soy? — preguntó Leorio con ojos de curiosidad.

— Creerías que estoy loco si te lo dijera. — respondió en voz baja sintiendose apenado con la presencia de aquél chico a quien apreciaba.

— Ah, ya veo, eres policía. — concluyó basándose en la ropa que Kurapika traía puesta, a pesar de haber renunciado seguía portando su uniforme que sin darse cuenta se había vuelto el único tipo de ropa que usaba, un traje negro formal con el icono de la agencia en el lado del corazón.

— Lo era. — corrigió amablemente — me llamo Kurapika y me encantaría un café.

— Es un placer, Kurapika. — dijo Leorio tomándole la cartilla del menú — Enseguida te lo traigo.

Kurapika había despertado curiosidad en Leorio, quien tras unos minutos se acercó nuevamente a la mesa y dejó dos tazas de café para después sentarse frente a él.

— Puedo acompañarte un rato, mi turno termina en un par de horas. — propuso sonriendo.

El lugar estaba casi vacío, así que no importaba demasiado tomarse un descanso previo.

— Claro, pero advierto que al hablar conmigo pensarás que estoy loco. — dijo Kurapika agregando azúcar a su taza.

— Sólo un loco reconoce a otro cuando lo ve. — río Leorio colocando un plato de galletas antes de sentarse. — Algo me dice que será una charla interesante.

Tras compartir un poco acerca de sus vidas, Kurapika sintió la confianza para hacerle aquella pregunta que le ansiaba tras verlo trabajando como mesero.

— ¿Porqué no te hiciste doctor? — fué directo al grano.

— ¿Eh? ¿doctor? ¿para qué? así estoy bien. — respondió Leorio confundido. — Nunca he tenido la necesidad de pensar en estudiar una carrera, mucho menos medicina.

— ¿De casualidad no tenías un amigo que... — iba a preguntar Kurapika, pero fué interrumpido por el sonido de un teléfono proveniente del bolsillo de Leorio.

— Un momento, me están llamando. — dijo Leorio amablemente y contestando su celular — ¿hola? ¿qué hay Pietro? ¿conseguiste la beca? ¿de verdad? ¡me alegra mucho saberlo! yo eh, ya sabes, aquí en el café, salgamos a beber mañana para celebrar, ¿te parece? sí, ¡cuídate! nos vemos. — finalizó la llamada con alegría y guardó su dispositivo.

Para cuando dirigió sus ojos al rubio, notó una expresión de sorpresa y ternura.

—  Sigue vivo... — Susurró Kurapika aliviado al saber que el amigo de Leorio, quien anteriormente murió por una enfermedad que no trató por falta de dinero, se encontraba bien, saludable y al parecer estudiaba, lo cuál explicaba porqué la motivación de Leorio ya no era la misma.

Pietro está vivo

Otra oportunidad [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora