30.- ¿A quién matarán?

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Durante el tiempo que Chrollo se tomó para reencontrarse con Hisoka, Kurapika ya había hablado con casi todos los miembros del Zodiaco restantes.

Inclusive se cruzó con Ging, quien parecía estar de mal humor tras salir de la sala de reuniones.

— No esperaba encontrarte aquí, ¿no recibiste el pago? — preguntó Ging al notar su presencia acercándose.

— De hecho, quería agradecerle, no era necesario que nos pagara tanto, despues de todo, su hijo realmente es un gran cazador. — elogió Kurapika.

— Tardó más de lo esperado pero al final lo comprendió, el motivo de su viaje hasta aquí. — reflexionó Ging sonriendo y mirando hacia el techo, soltando un leve suspiro. — Gracias por enseñarle el verdadero camino, espero que sigas siendo su amigo al igual que ese niño que ahora tengo de inquilino.

— ¿Se refiere a Killua Zoldyck?

— No han parado de pedirme que te lleve nuevamente, no es tu obligación ser su niñero o lo que sea, así que, ese era el mensaje. — explicó Ging alejándose a paso lento. — Ah y otra cosa, ya no soy el objetivo de los Zoldyck, como su trabajo de asesinarme se vió afectado por la amistad entre nuestros hijos, quedaron mal ante quien los contrató, pero no te alegres aún, son buenas noticias para mi, pero esos asesinos van tras la nueva víctima.

— ¿Nueva víctima?

Las posibilidades rondaron en su mente, Ging se detuvo a unos metros de distancia y se giró para ver al chico a los ojos. Al amigo de su hijo y Kurapika sintió la respuesta antes de escucharla debido a que Ging cambió por completo su expresión desinteresada a una triste y probablemente decepcionado de sí mismo al sentir culpa por lo que había provocado al meterse con asesinos de élite.

Para su sorpresa, quien contestó su pregunta no fué Ging. Sino alguien que salió de la misma sala de juntas, posiblemente el culpable del mal humor del padre de Gon, que a diferencia suya, poseía una brillante presencia y una animada sonrisa, lo cuál de alguna forma convirtió sus palabras en filosas navajas.

— Te matarán a ti — respondió en seco el zodiaco de la rata, Pariston Hill — Kurapika.

Otra oportunidad [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora