La vida es como una flor, tan perfecta pero a la vez tan frágil, cualquier mal movimiento puede provocar que se vaya apagando poco a poco, como lo fue con la vida de la vida de la Reina Adelaida La Guerrera.
Todos los libros de historia hablan sobr...
El enano solo se limitó a bajar la mirada negando. Había olvidado la historia que las contaban sus padres sobre el amor que ambos reyes se tenían y juntos gobernaban de una manera única en la que Narnia tuvo tranquilidad unos años.
-Es que no lo saben, ¿Verdad? - Los miro apenados.-
Confusos preguntaron qué era lo que sucedía.
-¿Qué sucede? -
-Mis reyes, en verdad lamento ser yo quien les de esta noticia. Después de que ustedes se fueran la Reina Adelaide cayó en una terrible depresión que la obligo a mantenerse encerrada en sus aposentos por unos dos años, no quería salir por nada del mundo, hasta el mismo Aslan fue a verla pero no logro que saliera para seguir gobernando. Las pocas personas que lograron entrar a verla dijeron que seguía siendo hermosa pero su mirada solo reflejaba una gran tristeza que podía poner a llorar a los narnianos por el dolor que les transmitía.
-Ve al grano y dime, ¿Dónde está mi esposa?- Grito molesto y asustado-
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-Deja que termine, Peter.- Lo regaño Lucy.-
-Los telmarinos atacaron Narnia queriéndose adueñar de Narnia y entrón a Clair Paravel matando a todo aquel que se interpusiera en su objetivo, la reina Adelaida.- Bajo su mirada.-
-Eso no es relevante. Mi esposa sabe como defenderse por eso fue nombrada la Guerrera de Narnia.-
-Majestad, todas sus fuerzas se fueron al momento de caer en la depresión. Ellos lograron entrar a sus aposentos pero se dice que ella si defendió hasta que una flecha acabo con su vida.- Los cuatro hermanos solo abrieron sus ojos sorprendidos.- La reina Adelaide murió hace 105 años majestad-
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Los gritos del magnífico se hicieron presentes al escuchar esa terrible noticia. Sus llantos fueron acompañados con golpes al suelo, golpes de enojo al saber que no pudo defenderla de esos malditos telmarinos. Su reina se había ido y sufrió su ausencia tantos años que podía sentir en su pecho el dolor que ella había sentido.
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En lo más profundo del bosque tembloroso, los narnianos unidos culpaban al muchacho que hizo sonar el cuarto de la Reina Susan. El príncipe Caspian, el cual no encontraba la manera de defenderse de las acusaciones hacia su persona.
-¿Por qué me hacen responsable de los delitos de mi pueblo? - Se defendió- Yo puedo ayudarlos a recuperar lo que por derecho les pertenece, lejos de estas tierras yo soy un príncipe. Pero mí tío quiere mi tono, por eso me mando asesinar.
-Así son ustedes los telmarinos, quieren lo de otros solo para tener más poder en sus manos.- Protesto un minotauro mirándolo con odio.- Asesinaron a nuestras familias, y nos dejaron sin nada.
- Nos quitaron nuestro hogar, nos robaron la paz que nuestros reyes les consto darnos.- Gruño un lobo-
-Pero yo los puedo ayudar a encontrar a los reyes y conseguir de nuevo a narnia. Peleare por mi corona y les daré lo que a ustedes les fue robado hace tantos años.- Los miro- Pero por favor necesito de su ayuda para que esto suceda.-
Un silencio se hizo presente en el lugar mientras que los narnianos se miraban entre si.
-¿Cómo sabemos si debemos creerte? - Pregunto Repeechip- Tus ancestros asesinaron a nuestra reina Adelaide -
-Yo opino que lo asesinemos de una vez, antes de que sea tarde.- Propuso una enana con una cara no muy amigable-
Tal propuesta emociono a los narnianos, provocando que se acercaran al príncipe, este solo retrocedió unos pocos pasos hasta toparse con un centauro.
-Dejen que el hijo de Adán hable-
- Ustedes saben que hay un mito de que Aslan trajo de nuevo a la vida a la Reina Adelaide y la hizo dormir hasta la llegada de los reyes. Yo propongo que vayamos a buscar el lugar donde ella descansa, y tratar de despertarla para que nos ayude con esta guerra.-
Los miro con esperanzas, pero la misma enana negó mirándolo mientras se acercaba a él.
-¿Acaso quieres que nuestra reina muera nuevamente a causa de la tristeza de no tener a su marido de nuevo?- Grito- Piensa bien las cosas muchacho.
-No podemos causarle más dolor a la Reina.- Hablo ahora un tejón
-¿Cómo sabes tanto de nosotros? - Pregunto un jaguar-
-Mi tutor se encargó de contarme sobre ustedes y la historia de sus reyes.- Suspiro- Y de ese mito de la reina Adelaide.-
Al mencionar su nombre un gran viento paso enfrente de ellos, ese viento frio era acompañado de tanta paz y de una melodía que solo los narnianos conocían, esa melodía que tanto cantaban esos años de tristeza junto a la Reina. Se miraron entre si ya que ese viento era una señal de que debían seguir al príncipe caspian.
-En nombre de mis hijos y de mis amigos yo te ofrezco nuestra ayuda y armas para recuperar lo que nos fue robado a ambos.-
Un gran alivio recorrió el cuerpo del telmarino al escucharlo, una alegría se hizo presente en el al saber que lo ayudarían a vencer a su tío.
-Pero antes de ir en busca de los reyes debes venir con nosotros.- Menciono el minotauro colocándose a un lado de el ofreciéndole su lomo como asiento.-
Caspian algo dudoso tomo su mano para subir a su lomo.
-¿Ah donde iremos? - Pregunto mirándolo-
-Haces muchas preguntas muchacho- Lo regaño Reepichep- Iremos en busca de una persona.
