27.- En busca del gran Rey de Narnia.

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Tras estar unos días de luto, había llegado al hora de traer la paz a Narnia nuevamente, sus planes se habían complicado con la muerte de Adelaide, ella era el elemento sorpresa que mantendría seguro a cada guerrero. Al ser un simple guerrero, Arturo sabia que sus planes serian desechados por los grandes reyes, pero debía intentar dejar su huella en la historia de Narnia.

-Si me permiten, tengo una idea que nos ayudara- 

Llamo la atención de todos en la cueva, especialmente de los cuatro Reyes.

-Habla ahora, telmarino- Respondió Edmund, sin olvidar el conflicto que tuvieron hace tiempo- ¿Qué nos propones?

-Debemos de ir en busca de Aslan, el debe de estar cerca.

Fue entonces que se presentaron murmuros en el lugar, algunos estaban felices por escuchar su nombre y otros mantenian baja la mirada.

-¿Aslan? No hemos tenido señales de su persona desde hace miles de años- Hablo una ardilla- ¿Porqué dices que esta cerca? 

-El regreso de nuestros Reyes, la muerte de nuestra Reina debió de mandarle una señal, por eso pienso que debe de estar en camino para estar junto a su hija. Las historias siempre contaban que cada vez que la Reina estaba en problemas fuertes, él llegaba agitando su melena para salvarla de cada acontecimiento. Es lo que un padre haría.

El pequeño Telmarino tenia un punto a su favor, pero ¿Como lo encontrarían? si es un gran león 

-Déjame ir en busca de Aslan, yo puedo encontrarlo- Lucy hablo con seguridad- La única que puede encontrarlo seré yo, y sabes que es verdad, Peter.

Miro a sus hermanos con intención de que le ayudaran a decidir, pero estos solo asintieron a la petición de la pequeña Reina. Peter temía que si se iba irían tras de ella para asesinarla, no podía permitirse perder alguien mas.

-No lo se.- Agacho la mirada- No es seguro que vayas sola.

-Iré con ella, estará bien conmigo- Hablo Arturo mirándolo- Encontraremos a Aslan mientras usted pelea con Miraz.

-¿Esa será tú decisión?- Hablo Trumpkin con preocupación.- Ya perdimos a una Reina, no podemos arriesgarnos a perder a otra y aun guerrero.

Sin duda esa descripción le había subido un poco el ego.

-Es lo único que queda, las tropas de Miraz son demasiadas y Aslan es el único que puede ayudarnos a terminar con esta guerra.- Suspira cansado- Tampoco quiero mandarlos a buscarlo, sé que es arriesgado y el miedo me consume al pensar que algo les puede pasar, pero tenemos que tener fe en que traerán a Aslan.

-No tenemos que perder la fe como lo hicieron nuestros amigos ayer por la noche-El tejón suspiro con tristeza- Se muy bien que la Reina Adelaide apoyaría en esta situación, nunca dejo de creer en su padre. Confió en la Reina Lucy y comparto con ella la fe en Aslan.

- Por Aslan y la Reina Adelaide.- Exclama Reepcheep con su espada alzada.

- Por Aslan y la Reina Adelaide- Exclama un oso.

.....

<PETER>

Con pasos lentos camino a ella y el tomo de la mano para después sentarme a su lado. Su belleza sigue intacta, sus labios siguen rojos al igual que sus mejillas, sigue siendo hermosa aun estando muerta.

-Hoy acabara todo, mi amor. - Murmuro- cuando todo pase te prometo que yo mismo construiré tú lugar de descanso en donde habrá demasiadas flores blancas trayendo consigo la paz que transmitías cada vez que mirabas a alguien. ¿Recuerdas esa primera vez que nos conocimos?, estaba aterrado por ese lobo que quería hacerle daño a mis hermanas, pero tú apareciste de la nada ayudándome a acabar con todos ellos. Quede sorprendido con toda tu belleza, pero lo que me atrapo fue ver tú valentía y sabiduría. - Sonrió recordando ese momento. Mire nuestros anillos de matrimonio- Estos anillos simbolizan nuestro amor y a nuestro pequeño William.

-Peter, es hora- Hablo Edmund desde la puerta – Ya llegaron.

Solo asentí y este se fue entendiendo que quería seguir unos minutos aquí.

-Peleare con Miraz por nuestro reino- Aprieto un poco su mano- Quisiera que estuvieras aquí para ayudarme, no puedo solo Adelaide- Llore a mares- ¿Por qué tuviste que dejarme solo?, prometimos que encontraríamos a nuestro hijo juntos, dijiste que yo soy el cielo de tus estrellas, pero tú eres mi estrella y sin ti estoy completamente solo. Te amo demasiado como para poder seguir, pero encontrar a nuestro hijo será lo último que haga.

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..

Las tropas de Miraz han llegado al lugar, pero solo se acercaron los Telmarinos más leales. Miraz observaba como los tres Reyes en compañía de Caspian salían de la cueva junto a los demás Narnianos.

-Sinceramente me sorprendió que intentaran quemar el campamento, pero sabes- Sonrió- Lo dejare pasar solo porque mi bella esposa si cometió algo de justicia- Menciono al no ver a la Reina Adelaide-

-No deberías de estar orgulloso, el viudo tiene cara de asesino – Hablo un telmarino- Deberías tener mucho cuidado, él sabe lo que hace.

-Un muchachito no me intimida.

Edmund le entrega la espada y escudo a su hermano mayor al mismo tiempo en el que Miraz se acerca a ellos. Tomando es escudo y la espada se acerca al lugar quedando frente a frente.

-Sabes que aún hay tiempo para que se rindan- Sonrió hipócritamente- Deberías de estar buscando a tu hijo, joven Rey.

-Por mi ríndete- Lo desafía- No hables de mi hijo. - Como pudo aguanto las lágrimas.

-¿Cuántos más deben de morir por el trono-

Edmud aprieta los puños al escuchar como menciono a su sobrino, queria meterse y pelear en lugar de Peter, pero las reglas ya fueron escritas, sabía que si Miraz sigue hablando sobre ese tema lo tomaría como ventaja al tenerlo con la guardia baja.

-Solo uno debe de morir por el trono- Grito distrayendo a Peter, que inmediatamente tomo su espada con enojo.

Ambos toman posición de pelea comenzando a dar pequeñas vueltas sin dar la espalda al enemigo, Peter toma la adelantera y da el primer golpe, Miraz ágilmente lo esquiva dándole la oportunidad de chocar sus espadas.

......

El caballo galopa rápido al sentir como Arturo golpea las rindas asustado al ver a unos cinco Telmarinos detrás de ellas, el animal esquivaba las ramas de los arboles como todo un profesional ayudando a que los telmarinos quedaran sin camino para alcanzarlas. Los telmarinos de la nada aparecieron detrás de ellas en compañía de sus caballos.

-Cada vez están más cerca- Grito Lucy asustada.

Arturo giro su cabeza y rápido golpeo las riendas haciendo que el caballo corriera aun más rápido. Después de unos minutos al percatarse de que no las dejarían tranquilas, hace que el caballo se detenga y baja del corcel.

-¿Qué estás haciendo?- Pregunta asustada-

-Lo siento Lucy, debes de encontrarlo sola- Le entrega las riendas- Toma las riendas y ve a buscarlo, eres la única que puede y yo debo de detenerlos. - Golpeando el muslo del caballo hizo que este se echara a correr, llevándose consigo a la pequeña Reina.

Pasaron unos segundos para ver a los telmarinos acercarse a él, tomando sus flechas para colocarlas en el arco lista para atacarlos.

-Espero que tú hicieras esto Adelaide- Cerro los ojos derramando una lagrima-

Al ver a los telmarinos comenzó a disparar sin piedad matando a cada uno que atravesara su flecha. Empezaron a llegar mas de ellos provocando un terror en ella al verse acorralada, uno de ellos alzo su espada dispuesto a cortar su cuello pero se detuvo al momento de que una espada atravesó su corazón.

-Caspian- Susurro mirándolo mientras asesinaba a algunos telmarinos, aunque algunos de ellos lograron salir para ir tras Lucy sin que se dieran cuenta.

-Es momento de ir a pelear.

Como la flor- Narnia- Peter PevensieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora