𝐒𝐦𝐮𝐭 𝐂𝐡𝐚𝐥𝐥𝐞𝐧𝐠𝐞 ➛Frerard

R.20: 𝑯𝒂𝒛𝒎𝒆 𝒆𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓

Tímido y Vainilla: Se denomina sexo vainilla al sexo convencional. Busca el calorcito y confort que brinda la pareja; no expone a ninguna de las partes y no por su sencillez deja de ser placentero.

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Si alguien se encontrase con Frank Iero y le pregúntase, ¿Qué es lo primero que se viene a tu mente cuando te mencionan la palabra amor? Él sin dudar respondería el nombre de Gerard. Su esposo y su mejor amigo es lo que más ama en su vida, su tesoro más preciado. Pensar en Gerard, su bonita sonrisa, su suave piel, sus hermosos ojos y sus dulces labios, pero también en sus miles de cualidades y sus muchos defectos, los cuales hacen que ante sus ojos sea mucho más perfecto. Gerard está ligado íntimamente a su definición de amor, única y especial, justo como él.

Una sonrisa escapó de sus labios al pensar en eso, su fortuna era tan inmensa por tener a Gerard a su lado. Mientras continuaba rebanando verduras su mente no paraba de pensar en él y lo mágica que sería esa noche, a tan solo menos de una hora.

Habían transcurrido un par de días después de su cumpleaños, y aunque la sorpresa que tenía preparada para Gee estuvo lista desde el primero de noviembre no creyó oportuno hacerlo ese día. Esperó y las cartas jugaron a su favor, su esposo había salido de compras con Kristin esa tarde, dejándole la casa sola para poder cocinar a gusto y sin dar explicaciones.

Con jazz sonando en el pequeño tocadiscos en la sala y una copa de vino a su lado había trabajado con rapidez. Colocó las últimas verduras sobre la carne dorada y la metió al horno nuevamente, se dirigió a terminar de colocar la mesa y por último subió a su habitación a quitarse el delantal de Gee y a cambiar su camisa.

—Hola bebé —escuchó hablar a Gerard en el piso de abajo, después de unos cuantos minutos. Él estaba terminando de peinar su cabello castaño—. Ya estoy en casa.

—Bajo en un minuto cielo.

Con prisa se colocó perfume y revisó su apariencia una vez más, sabía que a Gerard le gustaba que usara esas camisas color amarillo mostaza. Guardó en la bolsa trasera de su pantalón la pequeña caja de terciopelo y corrió escaleras abajo.

—¿Cómo te fue babe? —preguntó al llegar junto a Gerard. Estaba sentado en un sofá de dos plazas revisando su celular.

—Bien cariño, compré algunas cosas para la casa y ropa para mi —sonrió hacia Frank y se ruborizó un poco.

—Cosas lindas me imagino —dijo su esposo y lo abrazó contra él, depositando un beso en su mejilla.

—Sip —respondió. Giró su rostro y dejó un suave beso en la comisura de los labios ajenos—. ¿Qué es eso que huele tan rico? ¿Cocinaste? —preguntó después de separase y olfatear el aroma que venía de la cocina.

Frank sonriente se levantó de su lugar y tendió su mano derecha hacia él, invitándolo a ponerse de pie.

—¿Me concedería el honor de cenar está noche a su lado?

—Bobito, esta y todas las noches de nuestra vida —respondió Gerard tomando su mano.

Dejó su celular de lado y caminó junto a Frank hacia la cocina, encontrando la mesa decorada con platos simples, dos copas, un vino, un par de velas largas y un ramo de flores al centro. A su mente regresó el momento exacto que vivieron hacia un par de años atrás en el viejo departamento de Frank, casi todo lo que estaba en frente a él era igual incluso las flores.

—Frankie —musitó despacio y se giró a abrazar a su pareja, con los ojos llorosos y un nudo en su garganta.

—Sé que no es nuestro aniversario pero quería hacer algo especial para ti, ¿Te gusta?