R.21: 𝑷𝒖𝒆𝒅𝒆𝒔 𝒊𝒓𝒕𝒆 𝒔𝒊 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒓𝒆𝒔, 𝒚 𝒐𝒍𝒗𝒊𝒅𝒂𝒓 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒗𝒊𝒔𝒕𝒆, 𝒔𝒊 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒔

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¿Te gustaría que yo estuviera ahí?

Sería tan rico...

No te imaginas cuánto me gustaría. Te haría muchísimas cosas... 😈

¿Ah sí? ¿Cómo cuáles?

Ponerte sobre mi escritorio por ejemplo. Te quitaría la ropa, luego te prepararía un poco con mi lengua y te follaría muy mal.

Que rico Frankie, mmm que tentador suena eso.

Muchísimo... mi polla está tan dura de solo imaginarlo...

Yo también estoy duro y... muy mojado... mmm...

Me encanta cuando eres así de sucio 🔥

A mi me encanta cuando tú lo eres. Hablando con esa voz tan sexy que me hace temblar.

Mierda Gee, deja de decir cosas así. Quisiera tenerte ahorita conmigo.

Yo podría estar contigo, solo tienes que pedirlo bebé.

Eres una puta tentadora...

Quiero que me lo digas al oído mientras me follas sobre tu escritorio.

Ven entonces.
Date prisa porque estoy tan duro, que no sé si pueda aguantar mucho.

Como usted quiera, señor.

Antes de responder el último mensaje de su esposo, Frank tuvo que colocar el teléfono junto a su computadora y contestó una video llamada muy importante que estaba esperando desde hacía un par de minutos.

Mientras hablaba sentía corrientes eléctricas recorrer su vientre y la intensa necesidad de desabrochar sus pantalones para liberar su polla dura como roca, la tela le apretaba y lo excitaba más. Además tener la constante imagen del cuerpo desnudo de Gee en sus pensamientos no le ayudaba para nada.

Haber tenido sexting con él durante su horario laboral no había sido buena idea, al menos no cuando tenía cosas por hacer.

Los jueves eran sus días menos favoritos para ir al trabajo, ya que había transcurrido casi toda la semana rutinaria y porque faltaba muy poco para disfrutar del fin de semana, por ello necesitaba un respiro y habló como siempre con su esposo. La charla con Gerard había comenzado con naturalidad, le preguntó que qué iban a cenar esa noche y de pronto todo se había salido de control, dejándolo con las inmensas ganas de follar.

Treinta minutos transcurrieron con velocidad, afortunadamente estar hablando sobre negocios le ayudó a Frank a dejar de sentirse incómodo por el leve dolor de polla.

Cerró la pantalla del computador, estiró sus brazos sobre su cabeza para desperezarse, aún le faltaban un par de horas para poder ir a casa. Añoraba mucho estar en casa junto a Gee, todo sería más fácil si él también pudiese hacer home office.

Recordó que había dejado en visto a Gerard, seguramente él había decidido masturbarse mientras estaba en la cama, disfrutando de su orgasmo y pensando en él, Frank no podía expresar la envidia que le daba en ese instante; aunque para ser sincero siempre que Gee se quedaba en casa él sentía envidia, de la buena claramente. Tomó el aparato y notó que no había ninguna notificación, el último mensaje de Gee era el que le daba a entender que iría a la oficina, ¿sería posible que...?

𝐒𝐦𝐮𝐭 𝐂𝐡𝐚𝐥𝐥𝐞𝐧𝐠𝐞 ➛FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora