R.23: 𝑴𝒆 𝒆𝒏𝒄𝒂𝒏𝒕𝒂 𝒅𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒓𝒊𝒕𝒐

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La vista de Frank se resintió cuando encendió la luz del baño, no le prestó atención y con los ojos entrecerrados se dispuso a hacer sus necesidades. Bostezó y lavó sus manos, sintiéndose perdido, no sabía que hora era. Después de salir del baño en el piso de abajo, se dirigió con pasos perezosos a la cocina a tomar un vaso de agua y descubrió que apenas era medianoche, sentía que había dormido muchísimo ya y apenas habían pasado unas cuantas horas.

Al pasar el umbral del cuarto de juegos, se regañó mentalmente. En esas pequeñas idas y venidas de pensamientos había perdido el sueño. En silencio se acomodó en la cama y comenzó a divagar para buscar como conciliar el sueño otra vez. El clima estaba cálido por lo que no habían tenido que refugiarse entre las sábanas.

Con su vista deambulando en la oscuridad del cuarto recordó lo bien que la habían pasado esa tarde. Mikey y Kristin los habían invitado a pasar un fin de semana con ellos en la playa, y desde el viernes por la tarde se habían ido. Gozaron mucho del sol, el agua y la arena, Gerard parecía un pequeño y adorable tomatito, y él había adquirido un tono dorado en la piel, haciendo que sus tatuajes fuesen más brillantes.

Habían sido unas cortas pero muy satisfactorias vacaciones, con todo el trabajo que vendría para los últimos de noviembre y primeros de diciembre, eso era algo que necesitaban mucho. Habían vuelto ese mismo día y después de cenar algo liviano, se fueron directo a la cama. Gerard ni siquiera había querido subir a su habitación, por ello estaban durmiendo en el cuarto de juegos.

Sin querer, Frank suspiró y movió sus manos, sintiendo que su dorso chocó con la pierna de Gee. Se estremeció al sentirlo y se mordió los labios, de pronto sintió un cosquilleo en su polla y la apretó con su mano derecha. Había tenido tantas ganas de follar en la playa pero lo único que había conseguido había sido una mamada antes de la ducha el dia anterior.

No había estado duro de milagro pues los trajes de baño que había ocupado su esposo, lo habían hecho lucir tan candente y él solo podía suspirar y pensar en las muchas formas de quitarle esos trozos de tela.

Se removió en la cama y se quitó la ropa interior, era la única prenda que le cubría y la arrojó al suelo. Tomó la base de su pene y comenzó a bombear hasta endurecerse por completo, no fue muy difícil considerando que no había tenido sexo pero si era extraño, no recordaba cuando había sido la última vez que se había dado una paja nocturna.

Leves gruñidos escaparon de su garganta cuando el presemen escapó de la punta, la mano bajó a sus bolas para apretarlo y después se concentró en volver al falo húmedo, su mente repetía el constante recuerdo del culo de Gerard, con un pequeño bikini que dejaba ver sus suaves mejillas. Luego sus piernas llenas de arena, su cintura pequeña y ese cuello apetecible... y esos labios rosados y brillantes con una sonrisa espléndida.

—Mmmm —gimió pero el movimiento de su mano no era suficiente para hacerlo correrse pronto. Necesitaba más, necesitaba a Gee.

Soltó el agarre en su polla dura como roca y a tientas buscó como encender una de las lámparas de lava que estaba en la mesa de noche de su lado, era una perfecta suerte que estuviesen en el cuarto de juegos. Cuando la iluminó, Frank se mordió los labios. El ambiente estaba perfecto, con tonos amarillentos que le daban a la habitación un toque muy sexual y el calor que emanaba su cuerpo lo complementaba.

Frank se sentó en la cama y observó como dormía Gerard, tan plácido, con una pierna estirada y la otra flexionada sobre una almohada, la cual también estaba abrazando. Él solamente estaba cubierto por una camisa y las panties, que dejaban una preciosa vista para Frank, provocando que su polla diera un tirón delicioso.

Solo tenía una oportunidad para despertar a Gerard, de una forma sucia y que lo volviera loco, y tras dar un rápido vistazo a la pizarra de retos, la idea perfecta llegó a su mente. Gerard amaría mucho esto.

𝐒𝐦𝐮𝐭 𝐂𝐡𝐚𝐥𝐥𝐞𝐧𝐠𝐞 ➛FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora