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🍃Solo, así lo quiso el destino🍃



Cómo cualquier día, las clases en la facultad de Taehyung habían culminado. Cruzando los pasillos que unían varios salones, listo para regresar a casa.

— ¡Ey, Kim! — Un compañero de su curso llegó a su lado y le tomó del hombro como muestra de confianza.

Taehyung lo miró de reojo, con unos ojos penetrantes y deseadores de ver sangre correr y empapar la baldosa.

— SUELTAME — pronunció claro y detenidamente.

El chico, siendo intimidado no puso fuerza y lo hizo, maldijo la situación y se fue corriendo en la dirección contraria.

Taehyung suspiró. Por un momento se había asustado de que esa persona haya sido un gánster que solo buscaba acercarse a él, para luego poco a poco convertirlo en su esclavo.

Sin darle muchas vueltas al asunto, el castaño siguió su camino. Sin voltear.

Ya fuera del instituto, el bullicio de las personas, en su mayoría estudiantes de arquitectura y medicina jugaban fútbol en el patio delantero. El castaño los hubiera ignorado y seguido su camino, si la pelota no hubiese impactado su cara por accidente.

Las manos se le hicieron puño. Y casi olvida que seguía presente en un edificio educativo, podrían llamarle la atención por autodefensa y sentenciarlo al manchar el nombre de la universidad.

"Todo está bien... Solo son inútiles..." — Se repetía en su cabeza.

Un muchacho pelinegro, con ojos grandes, y su camisa sudada adherida a su cuerpo, dando a ver unos marcados músculos se acercó y se agachó al llegar a sus pies.

— Lo siento. Debes poner atención cuando estos tontos jueguen, son torpes. — Recogió el balón y se levantó.

Taehyung, a punto de mandarlo a la vía láctea, alzó el mentón y desvió su mirada.

— Oye — le empujó débilmente del hombro y Kim mordió el interior de su mejilla, el chico notó sus venas sobresaltadas. Dejó la pelota entre sus pies y estiró su brazo —. Soy Jungkook, mucho gusto. — Le sonrió.

Tae abrió ligeramente sus labios — ¡Jungkook! ¡Vamos, apúrate! — Le llamaron y Taehyung solo sostuvo bien las cuerdas de su mochila, giró y se fue. Pensaba que la vida no quería que le dirigiera la palabra a nadie.

Dejando al joven con la mano abierta.

— Ah... Sí... — Aún desconcertado por el chico, tomó el balón y regreso, con su mirada clavada en la espalda de la silueta que poco a poco desaparecía con la distancia.

No tenía que ser un problema, siempre era lo mismo. Si quería hablar para establecer una conversación normal, no se daba la oportunidad. Si era para amenazar o defenderse a lo bruto sin ningún tipo de contacto físico, las estrellas se alineaban y la vida le daba infinitas oportunidades.

Taehyung soltó un suspiro al ya estar frente a la puerta de su casa, giró la llave escuchando la cerradura siendo manipulada como una tortura y se adentró cerrándola con picaporte.

Nadie iría, nadie le tocaría la puerta, nadie lo visitaría, ni un ladrón se interesaría en él. Solo lo hacía para sentirse más seguro.

De repente unas patitas se apoyaron a su pierna, sobre su jean negro ajustado.

— Yeontan... — Murmuró con afecto hacia el canino.

Lo tomó cuidadosamente entre sus brazos y dejó un beso en su peluda cabeza.

>> Regresé, Yeontan.














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La Verdad No Contada || Taehyung X JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora