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🍃Carta... de odio y amor🍃




Jungkook soltó por milésima vez otro suspiro en esa mañana. Ahora sabía que Hoseok vivía con su futuro husbando, al parecer los astros se le alineaban poco a poco.

Se detuvo en seco por el pasillo al ver a un reconocido castaño girar en la última esquina. Se apresuró a alcanzarle y se arrepintió al ver la escena.

Yoongi manoseando el cuerpo del chico que le gustaba al fondo de un pasillo, con el frente a la pared. Los gemidos del menor no se hicieron esperar en el momento que el pálido apretó su miembro.

Jungkook saliendo del shock, iba a interrumpir, ya que era un instituto educativo y eso estaba prohibido. Pero más que nada, era por el hecho de que otras manos lo estén tocando. Recapacitó, y se alejó de ahí. No era nada para el castaño, no tenía ningún poder sobre él.

—Taehyungie... — gimió en los oídos de este al ver cómo mordía su labio para no soltar sonido alguno —Vamos, bebé... Gime mí nombre~...

Sus ojos avellana se humedecieron y ardieron al igual que su naríz. Estaba asqueado, pero no hacía eso por su gusto ni por Min, lo hacía por ese chico misterioso.

Gruñó al sentir la mano del mayor querer escurrirse por debajo de su ropa y lo detuvo dándose vuelta, mirándolo a los ojos con furia.

—Ya pasaron tus cinco minutos — recordó con repugnancia —. Me largo. — Arregló el cuello y los botones de camisa, al igual que el cinturón.

Yoongi quería detenerlo. Lo deseaba más que nada en el mundo, pero seguía siendo la razón de las lágrimas del castaño. Golpeó la pared con su puño al darse cuenta de lo que había hecho.

Taehyung más enojado e impotente que nunca, llevaba un semblante que hacía que todos los que pasasen a su lado salgan corriendo. Pero eso es lo que menos le importó.

Sacó de su bolsillo un papel, y lo abrió para leerlo como se debía. No lo había leído ya que apenas en la segunda línea lo guardó y fue en busca de su autor.

Acercó el papel a su rostro, intentando identificar que decía en la parte tachada, lo puso contra la ventana y los rayos de sol fueron de gran ayuda.

"Taehyung... Perdóname, pero en serio ¿Puedes darme una oportunidad? Creo que he sido muy paciente.

Por favor, prometo que no tendrás que preocuparte por nada...

—Pff, otra vez con el dinero. — se quejó.

¿Sabes? Te estás sobrevalorando, el stripper ese de ayer te lavó el cerebro.

Ya sé quién es. Te propongo algo, déjame hacerme mío por cinco minutos, o el tarado paga las consecuencias.

Te espero, bebé."

Taehyung sintió temor de lo que sería capaz Min, así que accedió, no tenía más opciones. Hizo añicos ese trozo de papel con la amenaza y lo depositó en el contenedor de basura.

Su clase ya había iniciado, pero aprovechó que los pasillos esten solitarios para ir a su casillero. Que a su desgracia, quedaba en el mismo pasillo que el casillero del pálido.

Abrió este con su código invencible y se llevó la sorpresa de encontrar un caja negra con un listón rojo grande. La tomó entre sus manos y miró hacia los lados. ¿Quien se la habría dejado y cómo?

La abrió y vió su ropa dentro. Doblada estrictamente y con un aroma adicto. Una carta descansaba en la cima.

"¡Muchas gracias! ¡Eres mí superhéroe!"

La sonrisa cuadrada nació al sentirse alagado. Sacó sus prendas y las olfateó con anhelo, descubriendo que una caja de sus chocolates favoritos se había estado escondiendo en el fondo.

Nunca nadie había sido tan detallista con él, ahora no podía esperar a que su hora de trabajo llegue para poder verlo de nuevo, aunque sea, disfrazado.














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La Verdad No Contada || Taehyung X JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora