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🍃Para todo hay primera vez🍃





La luna brillaba iluminando cada esquina de la calle. La soledad se sentía, y Jungkook no dejaba de dar vueltas con la vista clavada en la puerta que daba la entrada para su futuro trabajo.

El señor le había dado todos los datos al igual que el pelinegro los suyos, pero éste cambió algunas cosas, pues no quería que se quede su registro permanente en algo que se convirtió en un bar y prostíbulo de hombres. Donde cualquiera se acostaban con los sirvientes indiscriminadamente.

Miró su muñeca — Siete en punto — dijo arrepentido. Era hora, bien le había advertido que eran estrictos con la puntualidad.

Tomó una gran bocanada de aire, y abrió la puerto con temor de lo que posiblemente vea al otro lado de esta.

— Disculpe — le detuvo un uniformado de soldado que no pasaba de los veinticinco años —, ¿Cédula de identidad?

Jungkook se preguntó si pedir eso era normal, no llevaba consigo su billetera, así que le mostró la tarjeta con el número de su jefe grabado — Jeon Jungkook. Nuevo empleado.

El guardia se mostró sorprendido — ¿Eres tú? ¡Genial! Me gusta hacer amigos — de la nada su semblante cambió a uno muy agradable —. Ehm, no sé si te lo han dicho pero, solo los clientes pueden ingresar por el frente. Necesitas cuidar tu reputación, es por eso que hacemos que los empleados se disfracen e ingresen por la puerta del segundo piso que simula un departamento. — Le explicó.

El pelinegro asintió en agradecimiento y se dirigió a las escaleras a una esquina de edificio.

>> Oye — le detuvo y volteó —, si quieres ganar extra, te recomiendo dejar tus tatuajes a la vista, a las mujeres les gusta mucho eso, tu estilista te ayudará, es muy buena.

El pelinegro volvió asentir y ahora sí, subió hasta el segundo piso ingresando por la puerta blanca como le habían indicado.

Dentro había una habitación, velador, cama, ropero y un hall de bienvenida muy pequeño. ¿El chico uniformado le había engañado?

Se distrajo al oir la puerta nuevamente ser abierta, y sus ojos temblaron al ver de quién se trataba. No podía creer que él trabajase en este tipo de cosas, pero al él verse accediendo, entendió que el contrario estuvo en la misma situación, o talves peor.

— ¿Jungkook? ¿Qué haces aquí?

El nombrado ladeó la cabeza y pensó — Me mudare aquí, ¿Te gusta? — Dijo sarcástico.

El menor le vio confuso y luego comprendió — Oh, no. No, no, discúlpame, no debí haber ido a verte. No puedes trabajar aquí, tú tienes un buen futuro, este trabajo podría cambiar eso. Yo, me las arreglaré.

— Chan, es tarde ¿No crees? — Mostró una sonrisa dental, intentando despreocupar a su primo — Además, necesito reunir para un presente, y mis padres no me dan dinero, solo facturas de mis gastos.

— ¡Aish! Bueno, te muestro el lugar. — Terminó diciendo.

El menor entró al baño y tanteando la pared encontró el botón que siempre cambiaba de lugar para no ser descubierto. Lo presionó, y la pared se abrió haciéndose para un lado.

Ahora todo tenía sentido, la música fuerte, las personas gritando, el olor a alcohol y sudor.

— Bajamos por el ascensor de los vestuarios, nadie puede entrar ahí, así que es seguro.

— ¿Nadie?

— Nadie que no sea empleado, claro.

Chanyeol llevó a Jungkook a conocer el lugar, les presentó a sus amigos y compañeros de trabajo, el jefe le estaba muy agradecido por haber aceptado, y es que la fiesta de ese día, las ventas subieron con ese chico, y las propinas aumentaron.

— Jin hyung, ¿Y el Leoncito?

Su compañero hizo un puchero — Vendrá un poco tarde, sus profesores cambiaron la fecha de entrega de sus tareas y ahora está apretado — le contó y vió al joven a su lado — ¿Crees que trabajar aquí es fácil?

Jungkook no quería iniciar ninguna pelea, pero la expresión del pelirosa daba miedo, lo que no comprendía era que solo estaba preocupado por su Leoncito, no quería hacer sentir incómodo al chico nuevo.

>> Lo siento — se dió cuenta del tono de su voz anterior — ¡Esforcémonos! — Apoyó.

Jungkook notó de que el pelirosa era simpático, así que se hicieron amigos al instante luego de unos chistes y anécdotas del trabajo.

Llegaron las nueve de la noche, y el principal miedo del pelinegro llegó. Subir al escenario. Le pagaban por eso, y el contrato ya estaba firmado.

Ya listo y con los nervios de punta, no podía evitar caminar en círculos detrás del telón. Su estilista comprendió y se acercó a darle apoyo. El pelinegro solo asintió, fingiendo que estaba mejor.

— Vamos, bebe. — eso lo tomó por sorpresa. Jin había aparecido de la nada.

Jungkook acercó el vaso a su nariz y está se arrugó al captar el fuerte aroma >> Es un poco de alcohol puro, algunos aquí aún no se acostumbran a actuar como se debe estando sobrios, si estás inconsciente, te desembolverás rápido frente al público.

No había de otra, bebió todo el líquido y a los segundos hizo efecto. — Gracias — devolvió de vaso.

— ¡Perdón, perdón, perdón! — gritaba un chico que corría en su dirección, mientras se abrochaba el cinturón de tigre — Ah, Jin, yo- intenté venir mas pronto pero- — el oxígeno le hacía falta.

Jinnie le sonrió — Tranquilo. Todos tenemos prioridades.

En ese momento el telón comenzó a abrirse y Jin se alejó rápido agitando sus puños en el aire y figurando con sus labios "déjalos erectos".

Taehyung sonrió y miró a su compañero. Su olor le indicaba que era otro más que trabajaba bajo el efecto del alcohol. No le importó, pero no lo dejaría pasar por alto, debía estar alerta al él solo seguir sus instintos y el Leoncito rozando cuerpos.














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La Verdad No Contada || Taehyung X JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora