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🍃Trabajar no solo es para adultos🍃



— ¡Buenas noches! — Había entrado otro cliente al restaurante.

Las luces led eran tan llamativas como los meseros. Algunos sin camisa, otros con la mayoría de los botones desabrochados, otros con shorts ajustados y muslos definidos. Pero ninguno de esos era el caso de Taehyung.

Kim llevaba el cabello alborotado con una diadema de orejas de gato negro, con un maquillaje más tierno que atrevido, un vestuario de mucama y zapatos de taco bajo negros, con una cinta del mismo color rodeando su tobillo.

Era la única manera que el jefe había encontrado para aumentar comensales. Ya no solo venían mujeres por el atractivo de los hombres en forma, sino que los hombres también se sumaban para devorar al chico afeminado con la mirada.

Taehyung ya estaba acostumbrado, porque nadie se atrevía a tocarle debido a los rumores de su mal carácter y tampoco tomaban fotos, ya que estaba prohibido en ese lugar.

Eran cerca de las dos de la madrugada, en unos minutos más, cerrarían.

Taehyung estaba en los vestidores, poniéndose un cómodo abrigo deportivo y calentador rojo opaco.

Uno de sus compañeros de trabajo entró sin avisar y al ver qué el menor no se lo había tomado tan bien, se disculpó haciendo una mínima reverencia.

— Taehyung, me voy, tengo que ir a ver a mí madre al hospital.

El chico asintió sin tomarle mucha importancia.

>> Saqué la basura, limpié las mesas, ya está barrido y... — No quería que el menor pensara que quería librarse de ordenar, en serio quería ir a ver a su madre internada.

— Chanyeol — le interrumpió y el nombrado dejó de recordar —. Solo vete, ya cierro yo.

— ¡Gracias, Tae! ¡Perdóname, te debo una!

Y sin más, dejó al menor solo. Ya todos se habían retirado, y como su rutina de todos los Jueves, las llaves le esperaban.

La puerta se escuchó abrirse y cerrarse. Kim no se preocupo, hasta que escuchó una de las sillas ser corridas.

Se asomó y vio allí a un joven. ¿Acaso no sabía qué hora era? ¿Estaba sobrio al menos?

—¡Oye! — Le alzó la voz debido a la distancia — Ya cerramos, vuelve mañana.

El chico no se inmutó, solo dejó caer su cabeza sobre la mesa.

Taehyung se quejó y fue directo a él, dispuesto a echarlo a patadas de ahí si era necesario. Su trabajo había concluido, no iba a dejar morir su perro de hambre por un cliente ebrio.

— ¡Oye, ¿Estás sordo o qué?! — Quitó su capucha con fuerza para ver cuál mal nacido era, aún sabiendo que seguramente no lo había visto nunca — ¡Tú-! — Sus orbes temblaron — ¿Jungkook..?

El nombrado alzó la cabeza y miró al castaño con sus pupilas dilatadas. Había bebido mucho, y solo quería más para olvidar el dolor.

— ¿Por qué estoy solo? Me prometiste que no me dejarías, mentiroso. — Esas palabras dejaron al menor en la nebulosa, ¿De qué hablaba?

Quería tomarlo del cuello y aventarlo por la ventana para llegar rápido a casa. Pero se compadeció al ver lágrimas mojando su rojo rostro en silencio.

— ¡Aish! ¡Quédate ahí! — Le ordenó.

Luego de varios minutos, el menor se apareció con una charola en manos. La dejó caer frente al pelinegro con desgano, provocando que la mesa se ensucie un poco.

— ¡Más te vale tragar todo! — Advirtió al ver la mueca del contrario.

Esa noche, llegó más tarde a casa que de costumbre. Una bola de pelos lo recibió con ladridos y saltos a su alrededor. Tenía mucha hambre, y no había dormido cómodamente al ver qué su dueño no abría la puerta que custodiaba.

Taehyung sirvió croquetas y agua en su plato, y mientras el pequeño comía con desespero, él le acariciaba desde su cabeza hasta la punta de su cola.

— Lo siento. Un idiota llegó pasado de trago y tuve que velarlo hasta que se vaya.

Su cachorro, aunque no entendía nada, le ladró en respuesta, sabía que estaba estresado.

— Obvio Yeontan, hice que limpie y ordene antes de que se vaya.

El canino volvió a ladrar, haciendo sonreír a su dueño. Siempre sería la razón de su felicidad, y le gustaba.














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La Verdad No Contada || Taehyung X JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora