°•°22°•°

10 1 0
                                    






🍃Busca lo que encienda tu alma🍃






Ese día, Jungkook no había esperado a Taehyung en su lugar de reunión. Tampoco al día siguiente, ni al siguiente, ni al siguiente, no lo había visto ni jugando fútbol en el patio con sus amigos. Tampoco en sus clases las veces que se fugó de la suyas, hasta llegó a pensar que la Tierra se lo había tragado.

Llegó jadeante a su casa, recibido con ladridos que rebosaban de euforia, Yeontan lo había estado esperando, sabía que su dueño la estaba pasando mal, y pensó que unos besos al rededor de su rostro le animaría.

Taehyung rió por primera vez en el día — Oye, me vas a comer la cara — el can ladró —. Sí, Tan, ¿A qué sabe mí cara? — Le consultó.

La bola de pelos ladró imparables veces mientras daba vueltas y corría de un lado al otro, hasta que tropezó con los deportivos del castaño y rodó hasta chocar con la pared ocasionando que se queje.

— Al igual que un juguete.

Taehyung miró sobre sus hombros, y le restó importancia al ver qué era el pálido. Decidió ignorarlo y jugar con su cachorro.

— ¿Que pasó? — Preguntó ente risas — ¿Estás bien? — Levantó al can un poco aturdido.

Empezó a tambalear pero luego se recompuso y fue a ladrar al que pensó que sobraba en el momento.

Yoongi lo miraba frío, como ese perro saltaba intentando llegarle a la altura le ocasionó un risa burlona. Dejó a la molestia de lado y observó a Taehyung — ¿Tienes tiempo?

El menor le miró con recelo, no respondió, no quería saber que era lo que quería ahora, ya que siempre se descepconaba con la respuesta.

— ¡Ah, Tae! — Llegó Hoseok — ¡Hola, Yeontan! — Se hincó y acarició al cachorro, luego se reincorporó acercándose al castaño — ¿Has visto a Jungkook? No ha venido a clases.

Taehyung congeló su respiración, tensó su mandíbula y su mirada bajó paseando por todos lados.

>> Taehyung... ¿Qué pasó-

— ¡¿Por qué le preguntas a él?! — interrumpió el pálido molesto de volver a escuchar ese nombre — Tae — se le puso en frente, obligándolo a saciar sus dudas —, ¿Qué tiene que ver Jeon contigo?

Taehyung exhaló con pesadez, mirándolo con temor >> ¡Maldita sea! No. No, Taehyung, él no puede ser mejor que yo. ¡No puede! ¡TAEHYUNG TE AMO- — fue callado.

Hoseok quedó estático al igual que el pálido, quien solo tenía un leve sonrojo en sus ojos al su rostro ser girado bruscamente. Taehyung miró su mano, estaba muy roja, casi igual que la mejilla de Min.

— Yoongi — musitó, el nombrado no se movió, no lo miró —, deja de decir que me amas. Solo es obsesión. — Y dicho eso, agarró la correa amarilla tirada en el piso, la abrochó en el collar de Yeontan, y con incomodidad, muy contrario al cachorro, dejó la casa.

Sabía a dónde ir. Sabía que debía hacer. Pero no podía hacerlo solo. Para eso estaba Yeontan, para eso siempre estuvo.

Entre pasillos desolados, Taehyung buscaba debajo del sofá, debajo de la máquina expendedora, volvía a examinar el pasillo y sus rincones, hasta que un brillo resaltó entre la tierra de una planta en maceta.

Tomó el objeto entre sus dedos índice y pulgar, lo alzó a nivel de sus ojos y sonrió — Lo encontré. — Extendió su otra mano y guío el anillo a su dedo anular.

Se detuvo, no quería hacerlo. Después de haberlo rechazado de ese modo, no se sentía capaz de volver a poseer la joya. Negó con la cabeza, se levantó y guardó el aro en su bolsillo.

— ¡Yeontan! — Vociferó y el cachorro inmediatamente regresó corriendo por uno de los pasillos — ¿Te divertiste? Espero que sí. No es el parque, pero te gusta explorar lugares nuevos.

El can ladró y dió vueltas sobre su lugar. Al minuto, una pequeña cachorra blanca apareció por dónde Yeon había regresado.

Tae se sorprendió, pero ya sabía a quién le pertenecía. Acarició un poco a la perra albina y los dejó atrás. Recorrió todo el pasillo, miró por las ventanas, entró a algunas aulas, pero no habían señales de Jungkook.

— ¿Te perdiste? — la bola de pelos blanca le lamió la mano, y el castaño se hincó para estar más cerca — Si supiera donde vive Jungkook, te llevaría sin ningún problema — le acarició detrás de la oreja —, pero aún no me invita a su casa. ¿Te parece si vamos a la mía?

Aunque no le ladró o saltaba como su cachorro lo hacía, podía notar que se divertía mucho jugando con Yeontan, y este con la pequeña Cookie.

Llegó a casa pasada la media noche, bajó a Cookie de sus brazos, no la había dejado caminar por miedo a que se pierda de verdad. Y soltó la correa de Yeontan. Agradeció ver las luces apagadas en su totalidad, excepto la de la entrada.

Arropó a ambos cachorros en la cama de Yeontan, esperando que no salgan de lo cálido solo por jugar. El primer paso ya estaba hecho, tenía el anillo con él. Solo faltaba encontrar el paradero de Jungkook.

Esa noche, fue la primera vez que faltó al trabajo. No avisó a su jefe, así que no se sorprendería si le daban de baja.





β °•° ‣ AFreeSoul

I love you

La Verdad No Contada || Taehyung X JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora