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🍃Acepto ser actor porno🍃


Hizo falta una semana para que las teorías locas del fandom de Jeon se calmasen. Como todos los días, debía ir a casa, pasar tiempo con su mascota, y hacer las tareas del instituto.

Pero cierto chico había alterado su rutina. O más bien, gracias a él, Jungkook veía cada día mas interesante.

— Hobi — llamó a su amigo desde el marco de la puerta, con una vista de muchas personas guardando sus cosas en su mochila para retirarse — ¿Está?

El de oyuelos negó con una sonrisa apretada — Lo siento, Kook. Pero ese chico es muy escurridizo, pestañeo y desaparece. — Dijo en su defensa.

El pelinegro chasqueó la lengua — No te preocupes. Si tan solo mis clases culminasen más temprano.

Hoseok asintió, estaba de acuerdo con eso — La próxima semana lo detendré. Lo prometo.

— Deberías también dedicarte a lo tuyo.

El pelicafe rió — Me ayudaste cuando más lo necesité. Es lo menos que puedo hacer al coincidir en solo una clase con Kim.

Jungkook sonrió sintiéndose conmovido — Si así lo quieres. Gracias.

— ¡No hay de qué! — Colgó la mochila en sus hombros — Bueno, me voy, ¡Bye, bye!

Jungkook se despidió de igual manera, y siendo un fracaso, debía esperar hasta la próxima clase que comparten Hoseok y Taehyung.

Las nubes habían tapado el sol, y muchos de los estudiantes agradecían eso.

Caminó un poco en la dirección a su casa, hasta que una mano con manga negra de seda cara, un reloj plateado, pulseras originales y anillos de oro, le detuvo por la muñeca. Jungkook por instinto, se volteó.

— ¿Jeon Jungkook, verdad?

El nombrado asintió lento, teniendo una notable desconfianza en el caballero con aspecto de mafioso.

— ¡Perfecto! ¿Quieres ganar un millón por día? — Dijo con un tono tentador.

Carisma, atuendo, palabras, dinero, todo apuntaba a un mafioso. Y Jungkook era todo lo contrario al trabajo ilegal.

— Gracias por la oferta. Pero no me gustan los contratos turbios. — Se despidió para seguir su camino.

El hombre al verle sin interés, se alertó y volvió a detenerlo al obstaculizarle el camino.

— ¡Dos millones! — Jungkook iba a volver a negarse, pero el de traje le ganó — ¡Cinco millones! Ni más, ni menos.

Sí, la cantidad era tentadora, y su insistencia muy provocativa. Pero había algo que le cruzó por la mente al pelinegro.

— ¿Por qué yo? No me conoce, no lo conozco. ¿Ofrece dinero a personas al azar?

El caballero rió y negó a la vez — No cualquiera puede trabajar conmigo, y tú, me has demostrado que tienes potencial.

— ¿Potencial? Estudio medicina, así que sí, creo que tengo potencial en eso. — Comentó arrogante.

— No, no. ¡Baile, público, disfraces, un escenario! — Usó énfasis, lo que lo hizo más asombroso — Y — Guiñó un ojo, y una corriente incómoda recorrió el cuerpo de Jungkook —, ese chico que besaste, sé que te gusta.

— ¿Besé a quién? — Estaba completamente confundido, nunca había dado un beso a alguien que no fuera su madre.

— Ese no es el punto — el hombre despejó ambas mentes —. Tengo un restaurante donde la paga va por los cielos. ¿Aceptas? — Le extendió la mano.

Jungkook sonrió ladino y la estrechó con la suya. El hombre misterioso festejó antes de tiempo.

— No me hace falta el dinero. — Soltó la mano contraria, y dejando confundido al de traje, se encaminó a su hogar.

El ensacado volvió a hacer el mismo movimiento para detenerlo.

Suspiró frustrado, nunca antes le habían rechazado a tal suma de dinero — Ten — le entregó su tarjeta de presentación —. Si cambias de idea, llámame. — Y con esa condición le dejó en paz.

El estudiante de medicina ladeó la cabeza mientras veía la tarjeta, parecía original.

Suspiró y siguió hasta llegar a su casa. Le alarmó ver la puerta abierta, así que con apuro se adentró con el corazón en la boca, y sintió una enormes ganas de golpear al intruso por el susto que le provocó.

— No me dijiste que vendrías. — Dijo haciéndose notar.

— Perdón, Kook. No sabía a quién más recurrir.

Jungkook dejó sus cosas sobre el sofá y se sentó al lado de su primo, este no solía actuar así, y eso le preocupó al pelinegro — ¿Puedo ayudarte en algo, Chanyeol?

El nombrado se ruborizó — Es vergonzoso pero — se detuvo, Kook tomó sus manos y le invitó a proseguir —... Pero necesito dinero. Mamá empeoró, y los medicamentos y tratamientos aumentaron. Se acabó de someter a una cirugía y- — sollozo, y quebró en llanto — Kook, ya no sé que más hacer.

En lo que sobraba de la tarde, y una parte de la noche, Jungkook se dedicó a pensar en cómo ayudar a su familia. Chan se retiró luego de calmarse bebiendo té de manzanilla, y Jeon le prometió actuar a su lado. ¿Pero cómo?

En ese momento recordó. Del bolsillo de su chaqueta beige sacó la tarjeta de aquel hombre. Miró atentamente el número y sin más opciones, marcó.

Pasaron tres pitidos y contestaron — ¿Bueno?

Jungkook no sabía si era lo correcto, pero era lo que tenía a su alcance. Apretó sus nudillos, y llenó sus pulmones de aire, aún sin creer lo que iba a decir, y segundos después lo soltó.

— Acepto.














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La Verdad No Contada || Taehyung X JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora