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🍃Por fuera somos uno, por dentro somos otro 🍃





El bullicio del restaurante era abundante, al parecer, los clientes fijos ya estaban enterados del show PIV. En donde los protagonistas eran "Conejito malo" y "Leoncito".

Los apodos, o como lo definía su jefe, "nombres artísticos", eran parte del contrato. En protección de su identidad. Si ellos decidían decir su verdadero nombre, el cual solo sabía su jefe, las consecuencias no se aferraban al local.

— Leoncito — le llamó su compañero rubio, pues habían clientes merodeando —. ¿Has visto al "conejo"?

Taehyung lo pensó — Debe estar en su habitación... Bebiendo — al igual que las demás noches, al momento de la presentación de la pareja, el castaño podía aspirar el olor a alcohol que desprendía su piel —. ¿Trajiste un empleado o a un alcohólico?

Chan sonrió, el chico de sonrisa cuadrada siempre sería una buena razón para estar feliz — Es mí primo, nunca ha tenido que actuar como un exhibicionista en celo, solo está muy nervioso como para hacerlo estando consciente.

— Nadie sabe quién es — puntualizó Taehyung —, solo tú.

El rubio rascó detrás de su cuello — No me gusta hablar sobre mí familia.

Y como si hubiesen sido la peor elección de palabras, a Chanyeol le puso triste al ver que su castaño no tenía intención alguna con expandir su conversación.

>> Deberías conocerlo, es muy popular.

Taehyung negó mientras se ponía las orejas con rayas y cascabeles con ayuda de un espejo en la pared — Si por alguna razón busco venganza, lo expondría a toda costa.

El silencio se instaló en el pequeño camerino del castaño. Chanyeol iba a saciar su curiosidad, porque en realidad, nunca había visto a Taehyung enojado antes, sí preocupado por la impuntualidad o angustiado por la universidad, pero nada más allá de ese límite. No pudo modular palabra alguna, la puerta fue abierta y su privacidad se desvaneció.

— TaeTae, vamos. — El nombrado quedó consternado, el pelinegro con antifaz negro y labios pintados nunca se le había dirigido tan directamente.

— ¿Tu primo? — Preguntó con algo de sarcasmo — Dijiste que no era un lanzado.

El rubio se alzó de hombros — Está volado. Solo síguele la corriente. No quiero que haga un berrinche como un niño de kinder.

Taehyung suspiró, sí, Chan tenía razón. El "conejito" ebrio era como un niño, buscaba la atención y a veces mimos, no le gustaba ser regañado o mal mirado. Sus pucheros eran tan tiernos que al castaño no le importaba subir al escenario con él.

Las personas silbaban con euforia al ver a la joven pareja aparecer, tomados de la mano y una peculiar sonrisa en ambos.

Taehyung miró su agarre, y sonrió aún más. ¿Debía ser necesario soltarle para dar el show? Jungkook apretó la mano contraria al sentirla deslizarse, se miraron a los ojos y el "conejito" besó sorpresivamente al "Leoncito", provocando los gritos de la audiencia.

Un beso apasionado, donde el cuerpo del menor se iba rindiendo y el pelinegro lo recostaba lentamente en la alfombra roja que estaba por todo el escenario.

Cómo las anteriores veces, Taehyung hacía el papel de sumisión y hembra, ya era costumbre, hasta ver a su auditorio masturbarse en su frente. Muchos derrochaban dinero para verle el "paquete" erecto, y por más que quería su aumento no lo lograba.

Hasta ese roce, en donde su dormido miembro tuvo fricción con la erección del contrario. El pelinegro gimió en sus oídos con una voz profunda.

Los ojos del castaño se aguaron y temblaron, sintiendo un raro cosquilleo en su entrepierna.

— ¡YO TE ARREGLO EL PROBLEMITA!

— ¡MI LEONCITO! ¡METEMELO!

— ¡JODER, ¿PUEDO PEDIR UNA NOCHE?!

— ¡PIDO SEXO PUBLICO!

Los gritos de la audiencia aterraron al menor, quién abrazó al chico encima suyo escondiendo su rostro en su cuello, Jungkook notó como su cuerpo temblaba, no podía dejar el acto por el cual le pagaban, así que comenzó a embestirlo, sintiendo la horrible necesidad de hacerlo suyo, sin ropa, sin observadores. El calor se le subió a la cabeza.

Debía controlarse, sabía que no era su Taehyung, ese hermoso chico nunca podría acceder a este tipo de trabajos. Pero el alcohol le hacía imaginar al castaño para saciar el hecho que lo extrañaba.

Sin deterse sus labios rozaron por sus pómulos — Tranquilo, Leoncito. Yo estoy aquí, no temas. — Le susurró en consuelo.

El castaño dejando de temblar, siguió desempeñando su papel en el escenario, hasta que poco a poco las personas se retiraban por dos razones.

Se quedaban sin dinero.

O, llegaban al orgasmo las veces que les eran necesarias para decidir que era suficiente.

— ¡Hasta mañana! — dijo Taehyung al compañero que acababa de salir.

Era el último, y no era tan tarde como esperaba. Se quitó su mascarilla y sus gafas, recostandose en el frío piso.

— Apagar las luces, revisar que los casilleros estén cerrados, cerrar la oficina del jefe... — Repetía con voz moribunda las tareas pendientes.

— ¿Te ayudo?

No... Se suponía que era el único en el restaurante.















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La Verdad No Contada || Taehyung X JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora