La Verdad No Contada || Taehyung X Jungkook

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🍃Este libro es mío 🍃

— ¡Jungkook!

— ¿Eh? Mm, hola Jimin, ¿Qué sucede?

— ¿Hiciste la tarea de fisiología? — El pelinegro asintió y al bajito le brillaron los ojos.

>> Pero ya se lo entregué al profesor.

Jimin le miró decepcionado, no era la primera vez que sucedía, usualmente solía ir a su casa para hacer las tareas juntos, pero el día que habían enviado la investigación de fisiología, Jungkook no estaba en casa, tampoco Cookie, y en el tiempo que lo estuvo esperando, nunca llegó.

— ¿A dónde fuiste el jueves? Te esperé como perro y ni siquiera una carta dejaste. — Se quejó.

— Fui al parque, la bola de pelos salió corriendo cuando la solté y demoré más.

— Ajá, sí, claro.

Jungkook rió golpeando el brazo del contrario — Vamos, te ayudaré con la tarea.

— ¡Sí! Jungkook, te amo. — Se había notado el interés.

— Haz silencio antes de que cambie de opinión. ¿Vamos a la biblioteca?

— Mgh, vamos.

En la biblioteca, era el día de fisiología. Muchos de los estudiantes de la facultad de medicina, incluyendo compañeros del mismo u otros cursos, estaban por lo mismo. Todos habían olvidado hacer la investigación.

— Espérame, voy a buscar el libro y un diccionario. — Dijo Jungkook dejando a Jimin al cuidado de una mesa antes de que no hayan más.

El pelinegro se adentró en el sector de medicina, justo al lado de los libros acerca de artes. Cruzó unos tantos estantes antes de detenerse al sentirse atraído por un chico de apariencia delicada.

Taehyung, parándose de puntillas intentando alcanzar el libro sobre ángulos fotográficos de el último estante, resoplaba al ver qué ni saltando podía rozarle la yema de sus dedos. Tenía miedo de que el estante caiga ocasionando un desastre si empleaba más fuerza.

Hizo un puchero y posó sus manos en su cintura, frustrado.

Estaba a punto de patear su mochila en el suelo a un lado suyo, pero le tomo por sorpresa ver un brazo ejercitado, con algunos tatuajes visibles, pasar sobre su cabeza y alcanzar el libro que tanto había querido.

Pensó que otro estudiante también lo necesitaba, y dió la vuelta rápido para ver un chico, mucho más alto que él, que después de cruzar miradas dio vuelta y se llevó el material de estudio del castaño.

— Maldito... — Masculló y fue tras él.

Mientras tanto, Jungkook estaba disculpándose con un estudiante de preparatoria. Puesto que le había tocado el hombro pensando que era alguien que ya conocía, pero se equivocó.

— ¡Por favor, mantengan la calma! — Pidió la bibliotecaria más asustada que molesta.

Jungkook llegó hasta donde el escándalo, pero la multitud al rededor le impedía ver.

— Jimin, ¿Qué pasó?

Su amigo se alzó de hombros — Un chico de la facultad de artes está peleando con otro más grande por un libro. — Dijo como cosa de todos los días.

— ¿Un libro? — Cuestionó extrañado. Tanto drama por un libro. Aunque estando en la universidad, los libros eran sagrados.

Hizo espacio entre la gente hasta llegar a la acción, efectivamente, un joven de contextura fuerte y grosera estaba debajo de un cuerpo delgado con los brazos lastimados. El pelinegro no pudo diferenciar a ninguno, el grande nunca lo había visto, y el otro tenía una pila de libros sobre su cabeza.

— ¡Ríndete enano! ¡Yo lo encontré primero! — Le gritó.

El mayor, pensando que la batalla ya estaba ganada, se levantó dejando respirar al contrario y apenas se dio la vuelta, Taehyung se levantó dejando caer todos los libros al suelo.

— ¡DESGRACIADO! — Antes de cualquier reacción, Tae con todas sus fuerzas, metió su rodilla entre sus piernas, sintiendo como las pelotas, se aplastaban a lo fantástico.

El grandulón dejó caer el libro, y uniendo sus piernas, apoyó las manos en las rodillas, esperando componerse.

Taehyung caminó a su lado, sonriendo de lado al tomar SU libro. Lo abrazó y salió de ahí, con la mirada de todos encima, pero feliz por obtener su libro a pesar de las pintas de sangre y moretones en su cuerpo, los más visibles; sus brazos y parte de su cara.

— Eso fue una locura. — Comentó Jimin con asombro.

Jungkook aún preocupado por el estado del menor solo asintió. Recordó el día en que dijo que no lo quería cerca, y lo echó de su casa, si no hubiese sido por eso, sabía que ahora estaría corriendo tras el menor.

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