🎂Capítulo 2🎂

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*Lunes, 30 de diciembre, 8:00 am*

Hoy es mi cumpleaños. Pero eso a mis tíos les da igual. No marcará la diferencia pues para ellos es un día más del calendario. Después de hacerles el desayuno y tomar una tostada pues estaba apurado ya que llegaba tarde y no quería que las puertas se cerraran, corrí cómo loco y solo así fue que pude entrar.

Después de quitarme el sudor con el pañuelo que siempre traigo en el bolsillo me dirigí a mi aula para comenzar un día de clases como cualquier otro.

No tengo amigos así que ni siquiera espero una felicitación, aunque si Jungkook lo hiciera me convertiría en el chico más feliz del mundo. Pero es inútil pensarlo, así que es mejor no tener esperanzas.

Ya era el tercer período y Jimin que se sentaba detrás de mí tocó mi espalda.

—Psss...Tae...—me susurró para que la maestra no nos pillara—.

—Sí, ¿Jimin-ssi? —dije volteándome discretamente como si buscara un libro en mi mochila—.

—Feliz cumpleaños. —Me dijo con una sonrisa y ofreciéndome un pequeño cupcake—.

Ese gesto de Jimin realmente me tocó el alma. No me lo esperaba ni un poco. Nuestra relación es un poco extraña, me habla de vez en cuando, la mayor parte del tiempo se la pasa con su novio Hoseok y no es que me invite a pasar el rato con sus otros amigos. Por lo que no puedo ni considerarme así, somos simples compañeros.

—Gra-gracias Jimin-ssi.—Tomé el cupcake rápidamente y con cuidado lo metí en mi mochila, para luego continuar con la clase—.

Al tocar la campana todos los estudiantes formaron jaleo tratando de salir a la vez, parecían monos haciendo huelga, y en todo ese enredo, yo estaba con mis libros entre mis manos, buscando solamente una cara.

Jeon Jungkook.

Cuando lo encontré sentí que comenzaba a derretirme. Estaba con sus amigos sonriente, mostrando esos dientecitos delanteros superiores que se asimilaban a los de un conejito, mientras guardaba sus libros en su casillero. Traía puesto el uniforme del equipo de fútbol y lucía jodidamente sexy cuando pasó una mano por sus cabellos, debido al calor.

Bueno, al menos tenía una hermosa imagen mental para el resto de mi día.

Me dirigí a la costa que se encontraba detrás de la escuela, donde mayormente paso mi hora de almuerzo y tardes. Me transmite paz, es una vista espectacular ver el atardecer junto a las olas golpeando contra las rocas. Siempre me siento en una grande, la cual yo llamo mi sitio especial, a comerme mi almuerzo, el cual yo mismo me preparo.

Solo que esta vez en lugar de comerlo, decidí sacar el pequeño cupcake que me dio Jimin el cual tenía una pequeña vela de color verde en el medio, mi color favorito. Al menos se acordó, o quizás solo fue casualidad.

Junto mis manos y cierro mis ojos y decido soplar la vela.

Ojalá las cosas mejoraran. Ojalá él me pudiera ver.

Terminé diciendo esas palabras brotando una lágrima por mi ojo izquierdo inconscientemente, pero en lugar de yo limpiarla con mi pañuelo, alguien más lo hizo.

¿Jimin?... ¿Jungkook?

Abrí mis ojos y me alejé un poco.

Un chico de cabello negro vestido completamente de blanco y con los ojos pintados de negro me observaba con un pañuelo entre sus manos. Mi pañuelo.

—¡AY! ¿Y tú quién eres? –Grité asustado. Ya estaba preparado para sacar mi spray pimienta–.

—No te asustes. Aunque es entendible. Estaba allá arriba tranquilamente durmiendo cuando no sé ni porqué aparecí aquí. Así que estoy igual de sorprendido que tú. Nunca pensé que me llamarían. Pero supongo que tú eres mi humano destinado, o alguna de esas mierdas a las que nunca les he prestado atención porque hasta en las clases para ángeles guardianes siempre estoy durmiendo en la parte de atrás, feliz en mi nube.

¿Nube? ¿Allá arriba? ¿Ángeles guardianes? ¿De qué mierda hablaba este sujeto?

—¿Eres un acosador? ¿Te golpeaste en la cabeza?

—Que no, estúpido. Mi nombre es Min Yoongi, bueno, al menos creo que es ese, si mal no recuerdo. El punto es que soy tu ángel guardián.

—¿Qué es eso? ¿Es como un hada madrina? —Le interrumpí emocionado. Si de verdad era cierta toda la mierda que me contaba tenía que investigar a fondo—.

—¿Me ves alas o algo como para ser un hada?

A decir verdad, no. Si era un ángel se suponía que tuviera alas.

—Pareces un acosador, o un fantasma.

–¿A que te pego y te hago un trauma craneal para que así mueras?

En ese momento Yoongi exclamó un grito de dolor. Al parecer en su antebrazo le había dado una especie de corrientazo y tenía una marca violeta leve.

—Mierda. No puedo desearte la muerte. Debo apuntar ese tipo de cosas.

—¿Por qué? –Pregunté ladeando la cabeza sin enteder menos que al principio—.

—Porque soy tu ángel guardián, idiota. Ya me las pagarán cuando suba. —Miró hacia arriba maldiciendo con su puño—. Bueno, a lo que iba. Con solo el dulce soplido de una vela... haré realidad todos tus deseos. —Dijo parpadeando múltiples veces y sonriendo. Parecía un gatito—.

–¿Todos? ¿Hasta hacer que Jeon Jungkook se enamore de mi? —impulsivamente fue lo primero que se me ocurrió—.

Podía pedirle que me ayudara con mi trabajo a tiempo parcial, o que fuera mi amigo para no estar tanto tiempo solo.

—No puedo interferir en los sentimientos de la gente. –Dijo cruzado de brazos y mirándose las uñas, a lo que levanté mi labio superior dándole una señal de desagrado—. Y a todo esto, ¿quién es ese tal Jeon Jungkook? ¿Te gusta...no?

—Es el chico más perfecto de este mundo. Alto, fuerte, inteligente, bueno en los deportes, una excelente persona. Ay...—Suspiré enamorado, levantándome de la roca en la que estaba aún sentado—.

—Mi gran pene gordo es perfecto. —ante lo dicho volvió a recibir el corrientazo–. ¡AY PERO QUE QUIEREN DE MÍ SI NO LE DESEÉ LA MUERTE! ¡NO QUIERO COMPORTARME! ¡ODIO A LOD HUMANOS! ¡QUIERO SEGUIR DURMIENDO!

Al parecer ser mi ángel guardián era una especie de castigo para él por haber sido un gilipollas en el cielo, supongo. Si alguna vez fue un humano debió haber sido una horrible persona, nada que ver con mi Jungkookie.

—En fin... que no puedo interferir en los sentimientos de la gente.

—Joder...—Eso me hizo entristecer. Menudo ángel guardián, parecía un genio de la lámpara, con tantas limitaciones—.

Antes de poder decir nada, relacionado con cambiar mi deseo me dijo:

—Pero puedo hacer que te acerques a él. Que te comience a notar.

Lo abracé y me miró mal por lo que me alejé y le di la mano sonriéndole.

—Trato hecho.

No le agradaba mucho la idea de darme la mano, además que no entendía por qué yo quería hacerlo, pero cuando lo hicimos sentí una extraña conexión con él mientras lo miraba a los ojos, por lo que aparté la mirada y lo solté. Era como si yo también tuviera un corrientazo, pero en mi alma.

–Ahora vamos de vuelta a tu escuela. El horario de almuerzo percibo que está por acabarse y tengo ganas de irme. Comencemos por lo básico, te contaré en el camino.

Él se adelantó mientras yo me quedé de piedra en mi sitio por lo raro que había sido lo que me había sucedido hace unos segundos, pero recogí mis cosas y le brindé un pedazo del cupcake de chocolate, mientras me dirigía con él a la escuela.

Estaba muy emocionado porque me contara cual sería el plan para enamorar a Jungkook, o al menos que notara mi existencia.

—Estabas llorando como nenaza, ¿sabías?

—¿Qué? No lo estaba haciendo. —Dije resoplando—. Se me había metido algo en el ojo.

—Llevaba ahí hace unos minutos. Sí que lo hacías.

—Osea que sí eres un pervertido acosador.  Y no, no lo hacía.

—Que no lo soy, pero no quería interrumpirte.

Lindo gesto, pensé.

—¡QUE NO ESTABA LLORANDO!

Make a wish [Yoontaegi] TERMINADA ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora