Make a wish [Yoontaegi] TERMINADA ✔️

🎂Capítulo 11🎂

Taehyung

Me preocupaba la condición en la que se encontraba actualmente Yoongi. Apenas podía imaginarme como era el dolor que sentía en sus antebrazos, pero supongo que esto no podía comparársele.

¿Realmente era yo el que le había causado este dolor?

¿Por mi culpa allá arriba lo estaban castigando?

—Yoongi...¿Estás bien? -le pregunté, ayudándolo a ponerse de pie, pero evitando un poco la cercanía por si acaso-.

—Sí, Tae. Ya estoy mucho mejor. Solo fue un dolor momentáneo. ¿Cómo tengo la espalda?¿Puedes decirme?

No quería verlo porque sabía que no estaba bien como decía.

—Joder, Yoongi. Estás sangrando. ¿No te duele?

—Eso no importa... ¿Tú estás bien? ¿No te hicieron nada, no? -comenzó a examinar mi cuerpo y rostro para asegurarse de que todo estuviese en orden-.

—Yo estoy bien. -dije distante y apartando sus manos, él me miro preocupado-. Pero tú no lo estás,  así que deja de fingir. Necesitas curarte, sino no creo que puedas volver. Ven, te llevaré a casa.

—¿En serio? ¿Y tus tíos qué dirán?

—Yoongi...no creo que puedan verte después de todo.

—Cierto...-ambos reímos algo incómodos y tomé su mano para llevarlo lejos de ahí, sin dejar de mirar al cielo por un segundo, preguntándome qué estaría sucediendo allá arriba-.

Caminamos por unos minutos pero al ver más gestos de dolor en su rostro decidí pedir un taxi para que me dejara frente a mi casa. En medio del camino recibí un mensaje de parte de mi tía.

“Nos vamos de viaje por una semana. Encárgate de la casa y las compras, espero que todo esté impecable y como lo dejé cuando regrese”.

Bueno, al parecer mis tíos no serían un problema. Menos mal, porque no tenía ganas de verlos, ni a Hyunsuk tampoco.

Le agradecí al taxista por dejarme e introduje mi llave en la cerradura, entrando finamente a casa. Le dije a Yoongi que esperara en el sofá mientras yo iba al baño a por el botiquín, y eso hicimos.

Rápidamente buscaba en los estantes, gavetas y pequeños armarios del baño, no quería que Yoongi continuara sufriendo, y no dejaban de venir a mi mente ideas del porqué le habían causado esa especie de descarga eléctrica en el lugar donde deberían ir sus alas.

Cuando finalmente lo encontré bajé las escaleras y me senté a su lado.

—Quítate la camisa... Por favor. -dije dudando y con un hilo en mi voz-.

—¿Qué?

—Tu...camisa. -carraspeé-..

—Oh. Espera.

Intente mirar a un lado pero la vista me tentaba, después de todo, igual tenía que curarlo. No, Tae, enfócate, sé profesional y no te aproveches de la situación, que tu amado está sufriendo.

Se comenzó a desabotonar la camisa y yo solo mordía mis labios por la obra de arte que estaba apreciando. Su cuerpo, aunque no era atlético como el de JungKook, sí estaba definido, y era pálido, de un color y una textura que llamaban a tocar, al pecado.

Me recompuse, moviéndome un poco y Yoongi me miró sin entender nada, pero rió de forma traviesa y terminó por quitarse la camisa, dejándola a un lado y volteandose, dándome la espalda para que lo curara.