Capítulo 38

267 25 32
                                    

Recuerden que Anne y Gilbert tienen entre 18 y 19 años en este fic.

Gilbert

El cabello de Anne huele a jazmín.
Ese es el primer pensamiento que pasa por mi cabeza cada día desde hace un año.

Suspiro pensando en las eternas horas que me quedan hasta que vuelva a casa y en lo poco que quiero levantarme ahora mismo.

Al menos es en el día esta vez. Después de discutir y discutir con Anne sobre el turno noche que según ella "no necesitábamos" tuve que darle la razón cuando a las cuatro de la mañana casi inyecto la sustancia incorrecta en una de las prácticas. Digamos que al paciente no le hizo mucha gracia y a mi mentor tampoco.

Anne se queja entre sueños cuando me muevo y se me tira encima, gruñendo.

—Tampoco quiero irme, pelirroja. Pero no tengo mucha opción.

Le dejo un beso en la frente luego de cambiarme y tapo su desnudez con una manta antes de salir de la habitación.

Reviso la habitación de los chicos asegurándome de que todo esté en orden como todos los días.

Nahuel se mueve demasiado y todas las sabanas estan hechas una bola en el borde de la cama. Lo tapo correctamente y su ceño fruncido se calma. Tenía frío.

Nimue y Nirah duermen abrazadas y Nirah tiene lo que parece ser un cuento entre las manos.
Probablemente a ambas les dolerá todo el cuerpo mañana pero se ven muy tranquilas como para despertarlas, asi que solo agrego una almohada para que al menos no les duela el cuello.

Irán es el más normal para dormir, abraza un osito de peluche y no emite ni un sonido, a diferencia de Iris, que ronca tan fuerte que no sé como los demás no se despiertan.

Me aseguro que todo este en orden una última vez y salgo de la habitación en silencio, aún les quedan dos o tres horas antes de que tengan que prepararse para el colegio.

Preparo café y antes de sentarme y desayunar veo la pila de platos sin lavar sobre la mesada.
Mientras los lavo las imágenes de la noche de ayer se disparan por mi cabeza.

Debí haberla detenido. En especial cuando fuimos a la habitación.
También debí haberla detenido cuando me empujó a la cama en lugar de dejarme llevar y concentrarme en las tiras de su corsé. 
Eso es lo que un caballero habría hecho. Lo que un buen hombre habría hecho.

¿Cómo creerme uno si ni siquiera me importó conservar el honor de la mujer que amo?

Anoche dijo que podríamos iniciar lo nuestro. Que podríamos intentar ser una pareja, aunque nos tengamos que separar en un año.
Dijo que ya nos preocuparíamos por eso más adelante y dolerá lo que tenga que doler.
Luego seguiríamos adelante con nuestras vidas.

Excepto que para ella las cosas son distintas. El haber estado conmigo la condenaría para siempre, dificilmente pueda casarse una mujer que ya fue tomada.

Si alguien se enterara...si arruiné su vida para siempre solo porque no la detuve cuando debía, me odiaré el resto de mi vida.
Tampoco estoy de acuerdo con la idea de Anne con otro hombre. Imaginar a alguien más tocándola, besándola.
Pero es una idea con la que tendré que hacer las paces en algún momento, no puedo comportarme como un niño pequeño y enfurruñarme por algo que ya sabía desde el principio.

Solo que yo quiero ser la persona que la despose. Quiero darle todo lo que quiera, si ella pudiera decir que sí tendría todo lo que quiera por el resto de mi vida.
Quiero que finalmente estudie como sé que lo hará luego de este año, pero quiero que lo haga conmigo a su lado. Quiero estar ahí cuando obtenga su título y quiero acompañarla a su primer día de trabajo.

De todas las personas, es a ella a quien quiero ver cuando por fin sea médico.

Sacudo la cabeza, de vuelta en la realidad. Me seco las manos y tomo el último sorbo de café.

La única manera en la que algo de todo eso podría pasar, es que se descubra todo el fraude del gobierno en Avonlea de modo que los niños, ella y yo podamos volver y seguir viéndonos, que los cargos en nuestra contra queden eliminados. El llevarnos a los niños sería visto como un rescate y no como un secuestro, no seríamos criminales.

Suena muy simple; excepto que para que eso suceda primero alguien debería decir algo de lo que les hacen a los indígenas. De la tortura y de esa escuela maldita.
Pero quienes tienen el poder allí lo saben y están de acuerdo.

Y en un año, cuando termine el gobierno y podamos volver, aún quedarán cargos en nuestra contra.
Los niños volverán con sus familias y deberán irse muy lejos para que no los encuentren.
Y Anne, quizá hasta yo pueda quedarme en Avonlea. Pero aún así no podria tener contacto con ella o con ninguno de los niños, para que no nos relacionen.

La primera vez que pensé en la posibilidad de que nos absuelvan de los cargos a todos y podamos seguir viendonos, me emocioné mas de lo que debería.

Envié a Bash a Avonlea, a averiguar que tan probable era que eso suceda.
Tardo tres días. Solo tres días y bastó para que me imaginara con Anne.
Cuando llegó casi había decidido que si él decía que no estabamos tan lejos de aquello, le pediría matrimonio.
Pero la respuesta de Bash no había sido lo que yo esperaba.

Avonlea estaba tan convencida de que los indígenas eran salvajes, que nadie haría nada aunque se enteraran de lo que sucedia en esa escuela.
Faltaban demasiados años de aceptacion y tolerancia como para que cualquiera de nosotros pudiera seguir en contacto.

Pues bien. Anne dijo que tomaramos lo que pudieramos mientras tanto de nosotros mismos. No podremos volver a vernos, es un hecho. Pero para eso todavía falta un año, un año en el que disfrutaré de esta particular familia.

Unos brazos me rodean la cintura por la espalda y veo a una Anne muy despeinada apoyar la barbilla en mi hombro.
—¿Ya te vas? —pregunta.

—Desgraciadamente. —tomo su barbilla y dejo un pequeño beso en sus labios.

Niega con la cabeza y vuelva abrazarme esta vez de frente, escondiendo el rostro en mi cuello.
—No quiero. —murmura y rio porque casi no se le entiende.

Hundo los dedos en su cabello que no deja de fascinarme. Siempre lo tiene recogido o peinado cuidadosamente, pero mi parte favorita es esta. Cuando está totalmente descontrolado, rizos por todas partes y hasta parece más rojo.
—¿Acabas de oler mi cabello? —levanta la cabeza para mirarme.

—¿Yo?

Se pone en puntas de pie y roza mi boca al hablar
—Tú. Gilbert Blythe.

—No estoy admitiendo nada, pero si lo hubieta hecho. Sería tu culpa por oler tan delicioso.

Rie risueña y se me ocurre que quiero hacer que esté así por el resto de nuestras vidas.
—Menos mal que no estas admitiendo nada, ¿eh?.

Pasa los brazos por encima de mis hombros y me abraza por el cuello. Mis manos van automáticamente a su cintura, ciñiéndome más a ella.
—Menos mal. —asiento muy serio y ella vuelve a reir, antes de besarme otra vez.



*********
¿Voilá?

¿Les gustó?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 26, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

"𝖎𝖙'𝖘 𝖙𝖊𝖒𝖕𝖔𝖗𝖆𝖗𝖞"-shirbertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora