Capítulo 14.

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Anne

Al otro día por la mañana, Bash y yo desayunamos juntos, él se despierta a trabajar muy temprano y yo me he criado toda mi vida levantándome a esta hora.

Hay costumbres que uno no puede quitarse.

Me cuenta de su vida con la pequeña Delphine y, aunque se culpa por no estar mas tiempo con ella, puedo ver que es un buen padre.

Bash cultiva manzanas, pero como eso no es suficiente,trabaja en el día en construcciones, mientras una mujer viene a encargarse de Del.

Cuando se va, caigo en cuenta de que deberíamos empezar a construir cuanto antes la casa en la que viviremos a partir de ahora.
Además, habría que inscribir a los niños en alguna escuela, escuché que en este lugar son más...comprensivos, con las personas diferentes.

Bash me habló de pueblos donde hay gente solo con su mismo color de piel, dijo que ahí hay escuelas donde nadie juzgaría a los pequeños.

Estoy pensando en todo, cuando el pelinegro me da un beso en la mejilla.
Doy un salto que casi me caigo del susto.

Él solo ríe.

—Pensé que habías escuchado mi saludo.

—No, lo siento, estaba-

—¿Distraída con tus pensamientos? Lo sé. —Asiente divertido.

Se sirve café y otra taza para mí.

—Estaba pensando que tal vez podría ir hoy a comprar madera, siendo que no tendremos que pagar renta, creo que tenemos más que suficiente.

Me siento en la mesa con él y tomo mi café aunque ya desayuné.

—¿Crees que tardemos mucho en construirla? —pregunto preocupada—. Sé que Bash dice que no molestamos, pero deberíamos irnos antes de empezar a hacerlo, de todas formas es demasiado amable como para decírnoslo.

Gilbert pone una mano en su mentón y frunce el ceño.

—Si todo sale bien creo que en unas semanas debería estar lista.

Es un alivio.
De todas formas, seremos vecinos, asi que aun podremos vernos todos los días.

Ladeo la cabeza y miro a los cinco angelitos que duermen a unos metros de nosotros.
Pensé en despertarlos hoy temprano, pero se ven tan pacíficos, como si no hubieran dormido tranquilos en mucho tiempo.

El pelinegro también los mira.

—Se ven tiernos, ¿no?

Él asiente.

—Sí, muy tranquilos.

"𝖎𝖙'𝖘 𝖙𝖊𝖒𝖕𝖔𝖗𝖆𝖗𝖞"-shirbertDonde viven las historias. Descúbrelo ahora